Nasrudín subió a un árbol para aserrar una rama.
Alguien que pasaba al ver
cómo lo estaba haciendo le avisó:
¡Cuidado!
Está mal sentado, en la punta de la rama...
Se irá abajo con ella cuando la corte.
-¿Piensa que soy un necio que deba creerlo?
¿O es usted un vidente que pueda predecir el futuro?
-preguntó Nasrudín.
Sin embargo,
poco después como siguiera aserrando,
la rama cedió y Nasrudín terminó en el suelo.
Entonces corrió tras el hombre hasta alcanzarlo:
¡Su predicción se ha cumplido!
Ahora dígame:
¿ Cómo moriré?
Por más que el hombre insistió,
no pudo disuadir
a Nasrudín de que no era un vidente.
Por fin, ya exasperado le gritó:
-Por mí podrías morirte ahora mismo!
Apenas oyó estas palabras,
Nasrudín cayó al suelo y se quedó inmóvil.
Cuando lo encontraron
sus vecinos lo depositaron en un féretro.
Mientras marchaban hacia el cementerio,
empezaron a discutir
acerca de cuál era el camino más corto.
Nasrudín perdió la paciencia y,
asomando su cabeza fuera del ataúd, dijo:
-Cuando estaba vivo solía tomar por la izquierda;
es el camino más rápido.
Las ocurrencias del increíble Mulá Nasrudín
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