Muchas veces aprendimos
a huir de lo que sentimos.
A reprimir la tristeza, negar el enojo,
evitar el miedo o disfrazar el dolor.
Pero cada emoción,
incluso las más incómodas,
trae un mensaje
que merece ser escuchado.
Cuando dejamos de luchar
contra lo que sentimos
y empezamos a sentir con conciencia,
algo mágico sucede:
la emoción se mueve, se transforma,
y finalmente nos libera.
Las emociones no son enemigas.
Son maestras.
Vienen a mostrar lo
que aún necesita amor,
presencia o comprensión dentro de ti.
Permítete sentirlo todo.
No hay sanación
sin emoción sentida.
#luzinterna