OJALÁ ...
Ojalá aprendiera a vivir cada
día como si fuera el último.
El último para olvidar tonterías.
El último para ignorar lo que,
al final de cuentas, no tiene la menor importancia.
El último para reír hasta que el corazón baile.
El último para llorar todo el dolor
que no se desbordó y se convirtió
en una mancha en el tejido de la vida.
El último para dejar al corazón
ejecutar todas las artes que quiera.
El último para ser útil
en toda circunstancia que me sea posible.
El último para no dejar que el tiempo
se filtre inútilmente entre los dedos de las horas.
Ana Jácomo_

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