En una pradera pastaban una oveja y un cordero;
y un águila hambrienta los miraba desde lo alto.
Y cuando estaba a punto de aferrar su presa,
apareció otra águila revoloteando con el mismo intento voraz.
Entonces los dos rivales empezaron a pelear,
llenando el espacio con sus chirridos.
La oveja miró hacia arriba y quedó asombrada.
Y volviéndose al cordero, dijo:
"Hijo mío, qué raro que estas nobles aves se ataquen la una a la otra.
¿Acaso no alcanza para ambas el vasto espacio?
Reza, mi pequeño, reza en tu corazón,
para que Dios haga la paz entre tus aladas hermanas".
Y el cordero rezó en su corazón.
Gibrán Jalil Gibrán