La vida no espera,
y cada día es un regalo que no vuelve.
Por eso decidí vivir con intención,
amar sin miedo y agradecer lo que tengo.
Aprendí que hasta lo más pequeño
tiene valor si se mira con el corazón.
Hoy quiero invitarte a hacer lo mismo:
elegí vivir con propósito, presencia y alegría.
créditos a quien corresponda..
|