Hice la lista de todas las mujeres que hay.
Elimine, en primer término a todos los travestis.
Borré a las muy flacas, a las rubias y a las pelirrojas.
Después a las maniáticas de la limpieza,
a las que fuman y a las que usan perfume
(me gusta la mujer que huela a sí misma).
Suprimí a las que hablan mucho.
Quedaron muy pocas.
Taché a las que dicen `o sea',
a las que cuando alguien les gusta dicen que es `un divino'.
A las que tiene tobillos muy gruesos
y las que no aceptan que uno mire fútbol.
Quedaron dos pero con condición
de que ninguna fuera mi mamá quedó una.
Me acerqué a ella corriendo y le dije:
`tú eres la mujer de mi vida'.
Ella me había eliminado hacía rato de su lista
cuando tachó a aquellos estúpidos
que creen que existe la mujer ideal y que ésta,
además los está esperando con los brazos abiertos
D/A
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