Hoy la infidelidad no
comienza en un lugar físico.
Comienza con un “me gusta”
que no dirías frente a tu pareja.
Con un “qué bien te ves”
enviado en privado.
Con esa reacción con corazón
a una historia que no era para ti.
Con una conversación que empieza
a horas en las que antes estabas dormido.
No hay contacto físico,
pero sí hay interés.
No hay encuentros, pero hay tiempo,
energía y atención que ya no le das a tu pareja,
sino a otra persona.
Empieza con una solicitud de amistad
que nunca debiste aceptar.
Con un saludo de alguien del pasado
que nunca debiste responder.
Con un mensaje “sin importancia”
que misteriosamente siempre borras.
La infidelidad actual
no deja marcas visibles…
Se esconde en notificaciones
silenciadas, en contraseñas
que no se comparten,
en teléfonos que
ya no se dejan a la vista.
Aunque digas “solo estamos hablando”
o “no significa nada”…
ya estás cruzando líneas que no deberías.
Ya estás entregando partes de tu vida
que le pertenecen a
la persona que tienes en casa.
Porque la infidelidad también
se da con la mente,
con la atención y con el corazón.
Y cuando la confianza se rompe por eso…
reconstruirla es casi imposible.
Llámalo como es:
infidelidad emocional.
Y sí… también destruye hogares.
#TodosSomosUno
|