Un día decidí salir a aclararla, ya estaba cansada de no saber quien era ni yo ni la gente que me rodeaba.

Realicé una especie de encuesta. Se originaron tres grupos, el primero no me contestó, el segundo trató pero se rindió tarde o temprano, y el tercero me dijo: “tal vez nunca sepamos con exactitud quienes somos ya que nos pasaríamos la vida entera tratando de averiguarlo, pero una cosa hay que tener claro, estas aquí porque un ser superior lo quiso así y conforme el tiempo transcurra te vas a dar cuenta quien eres gracias a él, pero eso si deja que las cosas se vayan dando no te apresures, vive cada momento y las respuestas vendrán como viene la Luna cada noche”.

Esto me hizo entender los diferentes grupos de personas que se encuentran en el mundo; son como sus respuestas.

El primero no le da importancia alguna a cualquier oportunidad que se presente en su vida, ven la vida pasar como espectadores en un teatro.

El segundo lo intenta pero no lo logra. ¿A qué se debe esto? Esto es consecuencia de una mentalidad pobre que se conforma con la mediocridad y no pelea por más.

Y el tercer grupo se puede catalogar como el fuerte, el entrega todo por vivir de verdad, no ver la vida pasar. Pelean por lo que quieren y si no lo encuentran por lo menos escogen un punto intermedio donde establecerse. Tarde o temprano se darán cuenta que el camino que escogieron fue el correcto.

Ponte a pensar en que grupo estás y en cual quisieras encontrarte. Se que escoger tu vida no es fácil, también se, que toma tiempo pero al final tarde o temprano tendrás que tomar esa decisión. Lo que te diferencia de grupo es lo que tardes en tomarla