Sembrar y cosechar y todo en la vida es de alguna u otra forma, sembrar y cosechar...Amanecen nuestras conciencias todos los días y dispuestos vamos con ellas, actuando el existir en las cotidianeidades, para obtener provecho y sacarle fruto a nuestro destino...Facultados estamos para sembrar y de hecho lo hacemos permanentemente, en casi todas nuestras decisiones, pero ¿ En que terreno lo hacemos ?... ¿ Elegimos bien las parcelas de vidas ajenas, donde esparcimos tantas semillas de buenas intenciones ?... De no hacerlo así, no brotaran las reciprocidades, con las que llenaremos los canastos de recogimientos en afectos verdaderos...Sembrar en personas inferirles de emociones empáticas, solo dará como cosecha sentimientos de desdicha, sensaciones de fracaso y vacíos llenos de dolor...Sembrar amor y comprension en aquellos seres que preparados están para recibir nuestro dar, ilusiona el espíritu y revitliza el alma... La ley del todo vuelve se pone de manifiesto, activando una devolución manifiesta...No olvidemos aquello que dice, que la mejor manera de hacer, es ser, por lo tanto, el modo debe llevar implícito, el donar todos nuestros sentimientos dignificantes, que lo que volverá sera digno de ser recibido con toda nuestra dicha y con toda nuestra felicidad... No dejemos nunca de tener en cuenta, que vengamos de donde vengamos, de la creación o de la evolución, hermanos y hermanas somos, por lo cual, el amor en luz para con todos y cada uno de nosotros.
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