Papá... ¿Puedo hacerte una pregunta?

¿¡Qué quieres!? Respondió el padre....

Papá, ¿Cuánto ganas a la hora que trabajas?

Eso a ti no te concierne.... ¿Por qué me preguntas estas cosas? – Respondió el padre en tono agresivo.

Sólo he querido saberlo-. ¿Me puedes decir cuánto ganas en una hora?

Sí quieres saber, yo gano 15,00 € por hora.

Ah... – respondió el niño, con la cabeza baja.

Volviendo a mirar a su padre le dice: ¿Me puedes prestar 7,50 €?

El padre estaba furioso y le dijo al niño: - Esa es la única razón por la cual me preguntaste cuanto gano yo?

Piensas que así que puedes conseguir algún dinero para que lo gastes en juguetes o cosas que no debes adquirir?

Vete para tu cuarto y acuéstate. Yo no trabajo duramente todos los días para tirar el dinero en infantilidades.

El niño se quedó callado y se dirigió a su cuarto cerrando detrás de si la puerta

El Padre se sentó y comenzó a ponerse todavía más nervioso sobre las preguntas de su hijo. ¿Como osaba el hacer tales preguntas? ¿sólo quería sacarme dinero?

Después de cerca de una hora. El padre ya calmado comenzó a pensar:

Tal vez haya algo que su hijo realmente necesite comprar con los 7,50 € e el no era un niño que pedía dinero con frecuencia.

Se levantó y se dirigió a la habitación de su hijo, abrió la puerta y a media voz le dijo:

¿Ya estás durmiendo, hijo?

No papá estoy despierto - respondió el niño...

Estive pensando y creo que he sido duro contigo.... Mi día hoy fue largo y duro y descargué en ti. Aquí están los 7,50 € que me pediste.

Entonces el niño se levantó y sonriendo le dijo:. Papá gracias, muchas gracias gritó. Entonces levantó su almohada y sacó unas cuantas monedas

El padre se dio cuenta que el niño tenía dinero y empezó a enfurecerse de nuevo.

El niño lentamente contó su dinero y, enseguida, miró al padre...

¿Para qué quieres más dinero si ya tienes dinero ahí? Gritó el padre.

Porque no tenía suficiente, pero ahora ya tengo. Papá, yo ahora tengo 15,00 €.

¿Podré comprar una hora de tu tiempo? Por favor, mañana me encantaría que llegaras temprano a casa. Para que pudiéramos cenar juntos

El padre quedó destrozado emocionalmente. Colocó sus brazos alrededor del hijo y le pidió perdón

Esto es solo un pequeño recuerdo a todos que trabajan duro en la vida. No debemos dejar escapar a través de nuestros dedos el tiempo sin haber pasado algún de ese tiempo con aquellos que son importantes para nosotros, los que están cerca do nuestro corazón. No te olvides de compartir esos 15,00 € del valor de tu tiempo, con alguien que quieres o amas.

Se muriéramos mañana, la empresa para la cual estamos trabajando, puede fácilmente substituirnos en un mínimo de horas. Pero la familia y amigos que dejamos atrás sentirán esa pérdida para el resto de sus vidas...