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ESCRITOS NAVIDEÑOS Y CANCIONES NAVIDEÑAS: LA MUNECA Y LA ROSA BLANCA!!!
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: IMANPRINCESS  (Mensaje original) Enviado: 09/12/2010 19:23

 

LA MUÑECA Y LA ROSA BLANCA

De prisa, entré en la tienda por departamentos a

 comprar unos

 regalos de Navidad a última hora. Miré a

mi alrededor

 toda

 la gente que allí había y me molesté

 un poco. "Estaré aquí una eternidad;

con tanto que tengo que hacer pensé".

La Navidad se había convertido ya casi en una molestia.

Estaba deseando dormirme por todo el tiempo que

 durara la Navidad. Pero me apresuré lo más que

 pude por entre la gente en la tienda.

Entré en el departamento de juguetes. Otra vez más,

 me encontré murmurando para mi misma,

 sobre los precios de aquellos juguetes.

Me pregunté si mis nietos jugarían realmente con ellos.

De pronto, me encontré en la sección de

 muñecas. En una esquina,

 me encontré un niño, como de 5 años,

 sosteniendo una preciosa muñeca.

Estaba tocándole el cabello y la sostenía

 muy tiernamente.

 No me pude aguantar; me quedé mirándolo fijamente

 y preguntándome para quien sería la muñeca

 que sostenía,

 cuando de pronto se le acercó una

 mujer, a la cual él llamo tía.

El niño le preguntó: "¿Estás segura

 que no tengo dinero suficiente?"

Y la mujer le contestó, con un tono impaciente:

 "Tu sabes

 que no tienes suficiente dinero para comprarla."

La mujer le dijo al niño que se quedara allí donde

estaba mientras ella buscaba otras cosas que le faltaban.

 El niño continuó sosteniendo la muñeca. Después de

un ratito, me le acerqué y le pregunté al

niño para quien era la muñeca.

El me contestó: "Esta muñeca es la

 que mi hermanita deseaba

 con tanto anhelo para Navidad. Ella estaba segura que

 Santa Claus se la iba a traer."

Yo le dije que lo más seguro era que Santa Claus se

la traería.

Pero él me contestó: "No, Santa no puede ir a donde

mi hermanita está. Yo le tengo que dar la muñeca

a mi mamá para que ella se la lleve a mi hermanita.

Yo le pregunté donde estaba su hermana.

El niño, con una cara muy triste me contestó: "Ella se

 ha ido con Jesús. Mi papá dice que mamá

 se va a ir con ella también." Mi corazón casi deja de latir.

Volví a mirar al niño una y otra vez. El continuó:

"Le dije a Papá que le dijera a Mamá que no

se fuera todavía.

Le dije que le dijera a ella que esperara un poco hasta

que yo regresara de la tienda." El niño me preguntó si

quería ver su foto y le dije que me encantaría.

Entonces, él sacó unas fotografías que tenía en

 su bolsillo y que había tomado al

frente de la tienda y me dijo:

"Le dije a Papá que le llevara estas fotos a mi mamá para

 que ella nunca se olvide de mi. Quiero mucho a mi

mamá y no quisiera que ella se fuera. Pero papá

 dice que ella se tiene que ir con mi hermanita."

Me di cuenta que el niño había bajado la cabeza y

se había quedado muy callado. Mientras él no

 miraba, metí la mano en mi cartera y

saqué unos billetes. Le dije al niño que contáramos

el dinero otra vez.

El niño se entusiasmó mucho y comentó: "Yo sé que

 es suficiente." Y comenzó a contar el dinero otra vez.

 El dinero ahora era suficiente para pagar la muñeca.

El niño, en una voz muy suave, comentó: "Gracias

 Jesús por darme suficiente dinero." El niño

 entonces comentó: "Yo le acabo de pedir a Jesús

que me diera suficiente dinero para

 comprar esta muñeca, para que así mi Mamá

 se la pueda llevar a mi hermanita. Y El oyó

 mi oración. Yo le quería pedir dinero suficiente

 para comprarle a mi Mamá una rosa blanca

 también, pero no lo hice. Pero Él me acaba de

 dar suficiente para comprar la muñeca y la rosa

 para mi mamá. A ella le gustan mucho las rosas. Le

 gustan mucho las rosas blancas."

En unos minutos la tía regresó y yo,

desapercibidamente, me fui.

Mientras terminaba mis compras, con un espíritu muy

 diferente al que tenía al comenzar las compras,

no podía dejar de pensar en el niño.

Seguí pensando en una historia que había leído en el

periódico unos días antes, acerca de un accidente

 causado por un conductor ebrio, el cual

 había provocado un accidente donde había

perecido una niñita y su mamá estaba en estado de

 gravedad. Me di cuenta de inmediato que este

 niño pertenecía a esa familia.

Dos días más tarde leí en el periódico que la

 mujer del accidente

 había muerto. No me podía quitar de la mente al niño.

 Mas tarde ese día, fui y compré un ramo de

rosas blancas y las llevé a la funeraria donde estaba el

cuerpo de la mujer. Y allí estaba, la mujer

del periódico, con una rosa blanca en su mano,

 una hermosa muñeca, y la foto del niño en la tienda.

Me fui llorando... mi vida había cambiado para

siempre. El amor de aquel niño por su madre y su

 hermana era enorme. En un segundo, un conductor

ebrio le había destrozado la vida en pedazos a

aquel niño.

Ahora tu tienes la opción, tu puedes ayudar

a alguien más:

"Los amigos son ángeles que nos ayudan

 a ponernos de pie otra vez

 cuando nuestras alas se olvidan como volar"

Desconozco autor

  

 
 
 
 
 
 
 

 

    



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