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De: cele19331  (Mensagem original) Enviado: 04/09/2013 16:06

TENEMOSLAOPCINDECAMBIAR-6razonespracrerenti-.jpg

El filósofo y escritor Jordi Pigem nos plantea que la actual crisis económica refleja los fallos de una sociedad alienante que atenta contra nuestro bienestar y el de nuestro planeta. Sin embargo, nos lanza un mensaje optimista: esta crisis es también una oportunidad para reconciliarnos con la naturaleza y crear una sociedad más sabia., capaz de reconocer que la felicidad personal no se logra con la acumulación material.

 

Pycholigies: Como explica en su libro, en términos médicos una "buena crisis" es un momento de inflexión en el que la enfermedad vira hacia la curación. ¿Esa expresión puede ser aplicable a la situación actual?

Una crisis era originalmente el momento crítico en el curso de una enfermedad, cuando ésta podía mejorar o empeorar. Si se producía un cambio bien se hablaba de buena crisis. De modo que, en su sentido original, una crisis es una oportunidad de curación. Hoy tenemos una crisis sistemática, no sólo económica, sino ecológica, cultural y de valores. En el fondo de ella hay una forma absoleta de entender el mundo que nos lleva a destruir el planeta y a no sentirnos satisfechos por más que consumamos. Vivimos entre una visión del mundo absoleta y otra que quiere nacer y que estamos llamados a crear entre todos. La crisis es como una vigorizante ducha fría, una oportunidad para despertar y ponernos en marcha.

 

¿La insostenibilidad a largo plazo a nivel de recursos de esa sociedad materialista es un indicio de la necesidad de cambio hacia un nuevo sistema?

Un economista norteamericano bromeaba con que para creer en el crecimiento económico ilimitado en un planeta finito hay que ser un loco o un economista.Hemos actuado como si el propósito de la sociedad sea que crezca el producto interior bruto y que siga creciendo por los siglos de los siglos, pero ahora nos damos cuenta de que eso es imposible. Y ni siquiera es deseable, porque se trata de un indicador que sólo tiene en cuenta transacciones económicas y que queda muy lejos de lo que se ha dado en llamar "felicidad interior bruta". La carrera hacia el crecimiento material ilimitado no sólo no es buena para el planeta, sino que en el fondo tampoco hace feliz a nadie. Por ejemplo, la renta media de los norteamericanos se ha multiplicado por tres desde los años 50 del siglo pasado, y sin embargo los norteamericanos de hoy se declaran menos felices que en los años 70. Un indicador muy interesante, el "índice del planeta feliz", clasifica los países del mundo por su nivel de felicidad a partir de tres datos objetivos: esperanza de vida, satisfacción vital declarada en las encuestas y huella ecológica. Con los datos más recientes, el país que resulta más feliz es Costa Rica, un país que no tiene ejército y que se preocupa de cuidar su biodiversidad. España queda en el puesto 76, mientras Estados Unidos, paradigma del progreso material, que en el lugar 114, entre Madagascar y Nigeria.

 

Para lograr un sistema sostenible y no alienante, ¿debemos aprender a primar la riqueza intangible sobre la material?

Sabemos que no podemos expandir ilimitadamente el consumo material, pero, en cambio, todo lo que nos hace plenamente humanos es ilimitado: nuestra capacidad de aprender, de crear, de organizarnos y de amar no tiene límites. Desde hace cuarenta años, en las sociedades postindustriales como la nuestra se están dejando atrás los valores materialistas, ligados al dinero, las posesiones y la seguridad, adoptando poco a poco valores postmaterialistas, entre los que se cuenta la libertad personal, gozar del tiempo libre, la calidad de vida en vez del nivel de posesiones materiales, la igualdad del género y la autorrealización. Cada vez hay más gente que quiere trabajar menos y tener menos posesiones a cambio de tener más tiempo libre para ser uno mismo.

 

¿Cómo nos afecta psicológicamente el hecho de que nos hayamos desvinculando tanto de la naturaleza en el último siglo?

Vivimos entre prodigios tecnológicos que ninguna generación anterior hubiera imaginado, pero al mismo tiempo, en ninguna otra época las personas se han sentido tan desarraigada de la naturaleza y del cosmo como en el siglo XX. Ninguna sociedad había separado tan radicalmente la cultura y la naturaleza como lo ha hecho la cultura occidental, y hemos llegado a un punto en que nos sentimos individuos aislados, desvinculados de la sociedad, de la naturaleza y de nosotros mismos. Durante siglos nos hemos ido exiliando de la naturaleza y del mundo, y es exilio tiene que ver con la epidemia de depresiones y con las nuevas psicopatologías que han aparecido en las últimas décadas. Ahora, esta situación está empezando a cambiar. Nos damos cuenta de que no somos individuos aislados y de que una vida plena incluye sentirnos conectados con nuestro interior, con los demás y con la prodigiosa vida del planeta.

 

En su libro dice que nuestro afán de control es resultado del miedo, ¿podemos superarlo?

Dicen que Einstein afirmó que la cuestión más importante para la humanidad era saber si el universo era un lugar acogedor. Si nos creemos aislados de la naturaleza y del mundo, nos sentiremos en un entorno hostil y pondremos el énfasis en la seguridad y el control. en cambio, si nos sentimos parte del mundo, si sentimos, por ejemplo, que nuestra respiración es parte de un ciclo inagotable que se reproduce a través de la biosfera, que nuestra energía es parte de la energía que mueve toda la vida, que cada uno de nosotros desempeña un papel único en la gran aventura humana, podemos relajarnos y sentir que participamos en el apasionante juego del mundo. Podemos pasar de una actitud de control a una de fluidez, y darnos cuenta de que no somos espectadores pasivos en un mundo de objetos, sino coautores y cocreadores de un universo de relaciones.

 

¿Qué importancia tienen la empatía y la solidaridad para superar este modelo economicista?

La ciencia nos está mostrando en los últimos años que la empatía y solidaridad son una arte esencial de la naturaleza humana y que ya se dan en otras especies de primates. Por otra parte, hasta hace poco creíamos que la inteligencia se basa casi exclusivamente en la capacidad lógico-matemática. Ahora sabemos que la capacidad de calcular es sólo una parte muy pequeña de la verdadera inteligencia, que tiene múltiples dimensiones: emocional, social, ecológica, intuitiva... como dice el neurólogo Antonio Damasio: "El conocimiento se vuelve miope cuando reprime los sentimientos". El hecho de que la ciencia reconozca cada vez más el valor de la empatía y de los sentimientos puede ayudarnos en el cambio de actitud y de valores que hoy necesitamos, porque hemos visto que la codicia y la competición no funcionan. Es importante darnos cuenta de que las cualidades que nos hacen plenamente humanos y felices son las mismas que contribuyen al bienestar del planeta. Hoy tenemos una crisis económica global, mucho más global que la de 1929, a la vez que estamos llegando al límite de extracción de muchos recursos. Y además todos los ecosistemas del planeta están también en crisis. Nos encontramos ante retos sin precedentes, pero al mismo tiempo ninguna generación anterior gozó de las oportunidades que tenemos nosotros: el conocimiento que nos aporta la ciencia, las posibilidades que nos brinda Internet, las perspectivas que obtenemos del contacto con otras culturas... Hoy tenemos más oportunidades que nunca de transformarnos y de transformar el mundo.

 

¿Debemos recuperar esa "reverencia por la vida" de la que hablaba Albert Schweitzer?

Schweizer afirmaba hace casi cien años que la cualidad más importante que necesitaba el mundo era la reverencia por la vida. Hoy parece todavía más esencial. Un gran ejemplo de reverencia por la vida fue Félix Rodríguez de la Fuente, que ayudó a toda una generación a descubrir los valores de la naturaleza. El camino hacia la autorrealización pasa por sentir que estamos conectados, redescubrir la fascinación por lo que hacemos, sentir la gratitud por la existencia y cultivar la plenitud vital en el aquí y ahora.

 

NÚRIA BERLANGA

Buena crisis, hacia un mundo

postmaterialista. Jordi Pigem

Cele -Celestino

© Fondo Y Tag Luz Marina R



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De: IMANPRINCESS Enviado: 14/03/2022 22:17


 
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