Cómo aman los hombres? Nunca antes me lo había planteado, pero desde el momento en que me dicen que ése debe ser el tema de este artículo no puedo dejar de pensar en ello. ¿Aman los hombres de manera distinta a nosotras? Y, si es así, ¿en qué se distingue su forma de amar? Dudo sobre en qué dirección empezar a buscar respuestas. Por supuesto, lo más sencillo es comenzar preguntando a mi compañero, al fin y al cabo él es un hombre, así que debía saberlo, ¿no? No. Cara de póquer, largo silencio. “Imagino que cada uno amará a su manera”, me contesta con una sonrisa. Por supuesto, está en lo cierto, es difícil generalizar. Sin embargo,  cuando unas horas después, lanzo la misma pregunta a un grupo de amigas con las que he quedado para tomar algo en una cafetería, las respuestas llegan a tropel: “no saben expresar sus emociones”, “les cuesta hablar del amor”, “temen el compromiso”, “les importa más el sexo que el amor”, “son poco detallistas”, pero también “aman sin complicaciones”, “se hacen menos preguntas” … Acabo el día en el mismo mar de dudas en que lo he empezado. Está visto que esta investigación va a ser más difícil de lo que pensaba.

La expresión del amor

A la mañana siguiente contacto con la psicóloga Marina Castro, para averiguar por qué tantas veces las mujeres nos quejamos de que los hombres no saben amarnos. “La expresión del amor entre hombres y mujeres es en diferentes canales –responde-. Las mujeres lo expresan verbalmente y con cuidado, con detalles. En la mayoría de casos, al no recibir nada por ese canal, interpretan una incapacidad de amar por parte de los hombres.” Entonces, ¿los malentendidos vienen porque expresamos el amor de forma distinta? “Cada persona usa un canal afectivo para transmitir y recibir afecto –contesta Castro-. En el taller del deseo, cuando separo a hombres y mujeres para debatir la funcionalidad del sexo en los hombres, su componente afectivo está por encima del de la mujer, lo que hace que para la mayoría de hombres su canal sea corporal y pueda dar pie a malentendidos. En cambio, el acercamiento físico es entendido por la mujer como: “¿Otra vez quiere sexo?”, y eso genera alejamiento físico, que por el hombre es vivido como un rechazo emocional”.

Palabras o tacto

Empiezo a  verlo claro, mientras nosotras esperamos palabras bonitas y detalles inesperados, ellos transmiten su amor a partir del contacto físico, y cada acercamiento no significa “tengo ganas de sexo”, sino que puede significar también “me gusta sentirte cerca” o “te quiero”, sin necesidad de que ese abrazo acabe en un encuentro sexual. “El acercamiento amoroso masculino es malinterpretado como sexo, haciéndose broma social y generando el tópico de hombres fríos emocionalmente y calientes sexualmente –corrobora la psicóloga-. Se ha establecido como norma el afecto mediante el canal verbal y despreciado el afecto por el corporal.” Esta reflexión me hace pensar en lo que me decía hace poco mi amigo Marcos, de 42 años, divorciado y felizmente casado en segundas nupcias: “Lo que resulta cansado con las mujeres es su obsesión por las pruebas de amor. ¿Acaso pedimos a nuestros amigos constantemente prueba de amistad? Comprendo su necesidad  porque nosotros no sabemos expresar nuestros sentimientos. Pero nosotros nos encontramos ante una continua evaluación de nuestro amor, con la sensación de que las mujeres nunca están satisfechas”.

Componente sociocultural

De acuerdo, entonces los hombres expresan su amor de forma distintas, pero, ¿son sus sentimientos distintos?, ¿aman de forma distinta? Para la psicóloga Noemí Balada: “Amamos de modo distinto debido a factores genéticos, de evolución y a la educación recibida”. Y añade: “Hace miles de años, los hombres tenían que asegurarse de trasmitir sus genes, y para ello debían encontrar a una mujer dispuesta a concebir su descendencia. Luego, sus funciones consistían en conseguir el alimento para su familia y defenderla de posibles amenazas. Las mujeres buscaban al hombre con más cualidades para procurar tener crías sanas, alimento y protección, además de que eran las que se preocupaban de dar cariño y calor. Y, entre ellos, primaban la comunicación y la ayuda mutua. Por eso, actualmente los hombres tienden a crear  lazos más ‘prácticos’ con sus parejas, no les preocupa tanto la continuidad, les gusta sentirse acompañados, pero no necesitan tanta comunicación y complicidad, mientras las mujeres desean y siguen buscando protección, cuidado y compromiso”.

Así pues, la forma de amar tiene un importante componente social y cultural. No es de extrañar, pues, que el nuevo papel de la mujer en la sociedad haya hecho que el amor masculino haya perdido muchos de sus referentes tradicionales. “Las parejas actuales empiezan a ser distintas porque la mujer está cambiando –confirma la psicóloga-. La mujer se preocupa por formarse, trabajar, y ha relegado a un segundo plano tener pareja y formar una familia. Sus objetivos están más centrados en sí misma y empieza a exigir del hombre compartir derechos y obligaciones, así como el respeto a su vida personal. Ante esta nueva realidad, los hombres están desorientados, sus parejas ya no se parecen al modelo materno, y lo que les han enseñado no se corresponde con la realidad.-“

Todos confundidos

“Ya estoy harto de no saber cómo hacerlo”, me explica Manuel, de 34 años, cuando le lanzo mi pregunta mágica. ¿Cómo aman los hombres? “Cuando Ana me dejó, me echó en cara que estaba demasiado pegado a ella, que no le dejaba vivir su vida. Dos años más tarde, Claudia me ha dejado porque dice que no me comprometo lo suficiente. Si embargo, yo soy el mismo. En vez de preguntarse qué quieren realmente, las mujeres nos cargan con sus propias contradicciones. Y como ellas hablan entre ellas y se apoyan –cosa que nosotros, los hombres, no sabemos hacer-, se ofrecen una suerte de certeza de grupo que las refuerza en su rechazo a interrogarse sobre ellas mismas.” No es sencillo para ellos adaptarse a nuevas mujeres que los quieren tiernos y emotivos, pero también fuertes y sólidos. El catedrático de Filosofía Contemporánea Manuel cruz, subraya esa mismo confusión. “Muchas mujeres reprochan en abstracto determinadas actitudes de los hombres, pero son las primeras que lo primero que critican a su compañero es su falta de iniciativa, de coraje, de decisión, es decir las virtudes clásicas de la masculinidad que hasta ese momento han estado criticando.”  Entonces, aunque vayamos acercando posiciones, ni hombres ni mujeres tenemos aún muy claro qué modelo de pareja queremos. “Creo que nosotros estamos absolutamente perdidos y vosotras también”, responde el filósofo con una sonrisa.

¿Las buenas noticias?

Todos buscamos lo mismo en el amor. Como explica Noemí Balada: “El hombre también quiere tener una compañera, amiga, y compartir con ella un proyecto de vida, pero debido a las diferencias educativas y culturales vive las etapas del amor y las vivencias junto a su pareja de distinta manera”, Así, más allá de géneros, hombres y mujeres, heterosexuales y homosexuales, buscamos lo mismo en el amor: un proyecto con ilusión, una oportunidad para dar lo mejor de nosotros mismos. De nuevo en casa, pregunto a mi compañero si ha reflexionado sobre mi pregunta y ha llegado a alguna nueva conclusión, pero me confiesa que no ha vuelto a plantearse la cuestión. Tal vez, pienso, eso sea ya en sí una respuesta. Los hombres aman sin necesidad de hacerse demasiadas preguntas.

JOANA ARBIOL