“El que ve demasiado termina por no encajar en ninguna parte “ .
Nietzsche
La frase tiene una profundidad brutal.
Habla de ese punto de no retorno
al que llegamos cuando despertamos
a ciertas verdades sobre la vida,
sobre nosotras mismas, o sobre el mundo.
Nietzsche, como buen filósofo del abismo,
comprendía que el conocimiento
puede ser una bendición,
pero también una carga:
cuando ves con claridad,
ya no puedes hacerte la ciega.
Y eso puede ser profundamente solitario.
“El que ve demasiado
carga una soledad profunda”
toca una fibra muy humana:
esa sensación de estar en otro nivel
de conciencia donde ya no puedes
conectar con lo que antes parecía normal.
Lo que antes te daba
consuelo ya no lo hace,
y eso puede doler.
Pero también y esto
es lo luminoso dentro
de lo intenso esa soledad
puede convertirse
en un espacio fértil,
lleno de autenticidad,
si se sostiene con amor propio
y conexión con quienes
también han despertado.
La lucidez no siempre
es un don cómodo.
Nietzsche sabía que
despertar a ciertas verdades
te convierte en bicho raro ,
incluso entre los tuyos.
No porque seas superior,
sino porque ya no puedes
fingir ignorancia.
El que ve demasiado
carga una soledad profunda:
la de no poder volver atrás.
Si te sientes ajeno al mundo, tal vez
es porque has aprendido a ver sin filtros
lo que otros aún niegan.
Vanessa Fauvet
  
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