Oigo el sonido del agua cayendo,
respiro el aire procedente del paisaje.
Envuelta entre las sábanas blancas
recibo el calor del sol.
Y siento el fuerte impulso
de observar cada rama,
cada hoja,cada flor abierta,
cada gota cristalina que cae
de ellos cuidadosamente,
componiendo una melodía
monótona y relajante.
Entonces mis ojos
sienten la textura suave del suelo,
cada cabello se me eleva
levemente por el viento y mi mirada se clava
totalmente en aquellos seres
verdes del fondo a los que llamaban “árboles”.
Para mí, no son simplemente eso.
Para mí, cada uno expresa
un sentimiento, un color...
Cada uno cuenta una historia escrita
por mí y mis amigos en nuestra infancia.
Para nosotros no eran simplemente árboles.
Para nosotros eran lazos de amistad...
que nos unían por siempre. |