la que me inunda la garganta
en las tardes que se repiten
lo mismo que un eco silencioso,
me señala con cariño una sombra
como previendo otra caída.
Mi nostalgia, esa que acostumbra
a llevarme a un mundo de otra época,
me recuerda, incansablemente,
lo lejos que estoy
de tantas cosas queridas.
Mi nostalgia, la que me golpea
a diario en la puerta,
la misma que me persigue y logra convertir
el dolor en una costumbre,
se asoma, como una furia suspendida,
a incendiar las horas en las que uno amó la vida.
Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida”.
(‘Las simples cosas’ - Chavela Vargas)