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MUJERES MEDICINA
Mujeres que sanan.
Mujeres que transforman.
Mujeres que despiertan mundos enteros.
No cualquiera tiene la bendición
(sí, bendición) de cruzarse con una
Mujer Medicina en esta vida.
Son como agua pura de cascada :
fuertes, luminosas, transparentes…
capaces de sanar o de quemar,
porque en su alma habita tanto la luz
como la sombra,
ambas al servicio del despertar.
Son pócimas vivas ,
alquimia ambulante…
Pueden ser tan dulces como un ángel
y tan implacables como un demonio.
Su sola presencia cura, limpia,
transforma, desarma .
Huyen cuando algo duele, cuando
algo traiciona su esencia.
La hipocresía las ahoga,
la mentira las amarga.
Pero cuando te miran…
te atraviesan el alma .
Son difíciles, sí…
porque son estrategas, disciplinadas,
creativas, salvajes y libres.
Indomables.
Sin jaulas.
Sin dueños.
Inteligentes (mucho más de lo que aparentan)
y conectadas con fuerzas
que otros temen comprender.
Son aliadas de la naturaleza,
hijas de la Tierra,
voces antiguas de otros tiempos.
Tienen espíritu de maga,
sangre de hechicera,
fuerza de guerrera,
alma de sanadora.
Y unos ojos que parecen tristes
y felices al mismo tiempo…
como si llevaran
siglos recordando y olvidando.
Saben amar.
Pero aman fuerte.
Aman con el fuego del universo entero,
sin límites, sin frenos, sin miedos.
Una Mujer Medicina que ama…
es tormenta, es volcán, es océano.
Y nadie puede detenerla cuando siente.
Estar con una mujer así es entregar
tu alma al misterio, abrazar la locura divina,
perderte para encontrarte .
Su ternura te rompe, su dulzura te eleva,
su fuego te purifica,
su fragilidad te desarma…
Con ella conoces la vida.
Luego, sin ella,
solo queda el eco del vacío.
Porque cuando
una Mujer Medicina se va
… NO MIRA ATRÁS.
Se reconstruye. Se blinda.
Renace como un fénix dorado
y se vuelve aún más poderosa,
más sabia, más sagrada.
Algunos hombres las pierden
(o huyen de ellas) por miedo.
Porque no saben cómo sostener
a una mujer que arde, que brilla,
que vibra en dimensiones superiores.
Son unicornios : raras, míticas,
indomables, un desafío para quienes
no están listos para una mujer completa.
La admiran, la desean, la buscan…
pero cuando descubren que su alma
no se deja domesticar, retroceden.
Prefieren volver a lo simple,
a lo seguro, a lo tibio.
Pero lo que no saben es que nadie
olvida a una Mujer Medicina.
Porque son terriblemente hermosas,
infinitamente inteligentes, profundas,
intensas, sabias, misteriosas…
Y sobre todo: irremplazables.
Todos somos uno
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