Fase 4 - Bud de Alcor v.s Lune de Balrog - Eien Kurayami

**En las míticas tierras escandinavas del extremo norte del planeta la blanquecina nieve resplandecia intensamente en medio de la noche a pesar de la ventisca gélida que conllevaba la poderosa tormenta que de desatava sobre estepas asgardianas gobernadas por Odin, más a esto se aunaba la atmósfera enegrecida asfixiante inundaba; todo esto era producto de las cenizas incandescentes y el humo que provenían de un poblado rústico donde la mitad de las casas y granjas eran devoradas por el fuego que avanzaba palmo a palmo causando desolación. Junto a este flamigero espectáculo avanzaba también el eco de las carcajadas provenientes de unas siluetas oscuras que avanzaban portando armaduras oscuras, carentes de vida a través de las calles y edificaciones... los espectros de Hades. No a mucha distancia también se percibía el escandaloso ruido producido por la huida en masa de los humildes pobladores, y el clamor de aquéllos que paralizados por el terror llamaban a grandes voces por la protección de Odin. En ese instante las risas de los esbirros de Hades se detienen en seco cuando uno a uno los espectros caen inertes en las calles arrojados desde la estructuras incendiadas, exponiendo amplios cortes en sus cuerpos y en sus rostros se veia dibujado el terror, lo que más sorprendía era que aquellas laceraciones en los espectros, estaban cubiertas de escarcha y sangre congelada. Y es en ese momento que ante la cara atónita de los esqueletos supervivientes, una figura emerge de la tormenta gélida caminando pausadamente en medio de las estructuras cubiertas de llamas avanzando hasta las calles donde las cenizas y la nieve se mezclaban. -Patéticos sirvientes de Hades, no avanzarán un paso más... ¿creyeron que ya no habia dioses guerreros en la tierra bendecida por Odin desde la última Guerra contra los Santos de Athena?- Pronuncia en tono burlón el guerrero que vestia el Manto Sagrado niveo que representaba al legendario smilodon, cuya capa blanquecina ondeaba furiosamente con la ventisca. -Yo Bud de Alcor Zeta, el último Dios Guerrero de Asgard, no permitire que nuestro pueblo sea víctima de las hordas del Inframundo... Hades y Athena pueden disputarse el sur, pero el norte... pertenece a Odin.- Exclama finalmente el bravo Dios Guerrero de Zeta, a la vez que expone ante los invasores sus largas y afiladas garras cubiertas de la profana sangre de los espectros. (Santos de Athena, más les vale que detengan a Hades y cumplan su promesa de erigir un mundo donde los hermanos no vuelvan a tener que pelear entre sí.) Menta el fiero escandinavo mientras se prepara para confrontar a los viles seres que servían a Hades.**

**Asi que el último Dios Guerrero...- analiza una fuerte y segura voz a espaldas del leal a Odín. Se trata de un hombre de rasgos finos totalmente europeos, de tes blanca y cabellos plateados, con los ojos de un color extraño cual marcado por la utópica voluntad de Hades-sama, el dios de los muertos; el hombre viaja en una carruaje cargado por un sexteto de enanos deformes de orejas puntiagudas que lo han trasladado por todo el sitio mientras supervisa que en efecto, sus fieles lacayos acaben con todo ser en el poblado y cuyo deambular ahora se detiene al toparse con el de blancos ropajes. - ...Que raro que te nombres de esa manera pues, tu no portas un zafiro en tu armadura ¿o si, Bud de Alcor? - Menciona poniendose de pie, lo que los cargadores de inmediato entienden como una señal ante la cual declinan sus cuerpecillos, para colocar el carro que llevan en hombros al ras del suelo facilitandole a su amo el bajar de dicho vehículo, lo cual hace lenta y elegantemente dejando arrastrar por la nieve sus oscuros ropajes que le cubren desde el cuello hasta la punta de los pies. - Ilústrame por favor... ¿acaso no es INDISPENSABLE tener un zafiro de Odín en la armadura para poder nombrarse a sí mismo un Dios Guerrero de Asgard? - finaliza plantandose firmemente en el suelo nevado con un semblante serio y estóico a pesar de haber lanzado filosas palabras hacia su interlocutor. **

||天英星|| » Balrog Lune

**La tormenta de nieve podía limitar el campo visual y auditivo de cualquier ser en medio de aquella noche en medio de las llamas que ascendían en el poblado... más no afectaba los felidos sentidos del Dios Guerrero de Alcor Zeta que al escuchar los improperios del nuevo intruso se limitaba a sonreir aún dandole la espalda, a la vez que relajado contesta las cuestinantes del espectro alzando su voz sobre el ruido de la ventisca. -Tienes razón espectro, no poseo un Zafiro se Odin... pues están al cuidado de la Representante de nuestro dios. Pero desde tiempos inmemoriales han habido Dioses Guerreros que protegen Asgard, no siempre portando la gema blasón de Odin, pero siempre luchando en su nombre. Yo era un Dios Guerrero de las Sombras, pero no más, ahora cae sobre mi la responsabilidad del Dios Guerrero de Zeta... no sé tu nombre espectro, pero no dudes que mis garras cortaran esa lengua viperina que posees.- Sentencia antes de emprender una vertiginosa carrera en dirección de el muro de una estructura enegrecida a un par de metros de él y con raudos movimientos desgarra la tráquea de los espectros que salen a su paso con sus afiladas garras antes de impulsarse en su pierna diestra despidiéndose del suelo nevado para luego afianzar su bota zurda en el muro produciendose un movimiento de resorte elevandolo varios metros en el aire en un ángulo de parábola logrando así manipular su centro de gravedad haciendo gala de su fisico atlético, y es entonces que con la ventisca a sus espaldas camuflandolo, Bud extiende las garras de su zurda dejándolas caer en diagonal cortando el aire con un imperceptible silbido cuando distingue por fin la silueta de su adversario metros abajo de él, deduciendo que se trataba de un espectro de alto rango. "No debo confiarme..." Menta el asgardiano mientras sus garras realizan el corte descendente en diagonal apuntando a la clavícula derecha de su oponente con sus centellantes garras.**

** Pero mientras que aquel que se dice llamar Dios Guerrero efectúa toda una serie de movimientos ofensivos, el líder de aquellas tropas de espectros caóticos no se inmuta ni por un momento; son sus esclavos, los que le llevaban en hombros, quienes asombrados e indignados por las acciones desgarbadas del de afiladas garras, dejan su pose sumisa y pasiva para entonces colocarse en posiciones ofensivas, saltando frente a su amo y protegiendolo con sus cuerpos y con toda la fiereza que son capaces de demostrar. - ¿Pero que haces?... Maldito insolente....- exclama la vocecilla de uno de ellos - Pagarás por la muerte de nuestros colegas - adjunta otro - No se preocupe Lune-sama, acabaremos con este sujeto ..- es lo último que se escucha decir a otro de ellos, pues junto a una rafaga de viento helado que ademas aulla cual lobo melancólico se ven caer inhertes los cuerpo de los skeletons. Todos ellos heridos con el corte de lo que parece ser la garra de un tigre. Uno a uno los cuerpecillos caen cerca de Lune, quien se da cuenta de que si sus esclavos no hubiesen sido su escudo, probablemente aquella garra le hubiese herido de muerte. La nieve se tiñe de rojo y el espectro de más alto rango en el sitio, permanece impávido, esperando encontrar con sus pipulas violetas la figura de su ahora oponente, con el viento ondeando sus ropajes y su largo y blanco cabello **

**Cuando las garras de su zurda descienden y ejecutan el corté en el que el asgardiano había depositado una imponente fuerza heredada de los míticos guerreros escandinavos de la antiguedad, la confusión se apodera de él por un instante al contemplar los cuerpecillos deformes de los lacayos del espectro. "Insensatos..." menta brevemente el Dios Guerrero antes de colocar su palma derecha abierta a la altura de su abdomen exponiendo sus terribles y afiladas garras, antes de exclamar. -Aún no se ha terminado.- Y es entonces que estirando y posicionando su bota zurda en el piso nevado para luego flexionar su pierna izquierda, y en un movimiento de resorte, ascender raudamente, alzando su palma derecha exponiendo sus terribles garras que se mueven en dirección de la yugular del espectro en un movimiento similar al de una guillotina invertida. -Muere.- Profiere gelidamente el Dios Guerrero a la vez que su ataque sorpresivo va siendo ejecutado.**