Un carpintero ya entrado en años estaba listo para retirarse. Le dijo a su Jefe de sus planes de dejar el negocio de la construcción para llevar una vida más placentera con su esposa y disfrutar de su familia. Él iba a extrañar su cheque mensual, pero necesitaba retirarse, ellos superarían esta etapa de alguna manera.

El Jefe apreciaba a su buen empleado y sentía que dejara la compañía, así que le pidió que le construyera una casa más. Una única casa hecha como un favor personal.

El carpintero accedió, pero se veía fácilmente que no estaba poniendo el corazón en su trabajo. Utilizaba materiales de inferior calidad, apuraba y descuidaba las terminaciones y el trabajo era totalmente deficiente. Era una desafortunada manera de terminar su eficiente carrera.

Cuando el carpintero terminó su trabajo, su Jefe fue a inspeccionar la casa. La inspeccionó detenidamente, observó cada una de sus terminaciones y finalmente le extendió al carpintero la llave de la puerta principal.

"Tómala ésta es tu casa,"

- dijo, "es mi regalo para ti. ¡Qué tragedia!, ¡qué pena tan inmensa !. Si solamente el carpintero hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa, la hubiera hecho de manera totalmente diferente, con más esmero y dedicación.
(Autor: lo desconozco)

César Fdo.