Desde la Edad Media el 2 de Febrero es la fiesta de la Candelaria, en la que se bendicen las velas que los parroquianos guardrán en sus hogares para que la Luz Divina dirija sus pasos en la tierra. La Candelaria se considerta también el punto medio del invierno; las oscuras mañanas invernales requerían la luz de los candelabros. Devino una costumbre que, en ese dia, las mujeres hiceran inventario de su reserva de velas y repusieran las que faltaban.

Existen bastantes posibilidades de que todavía se avecinen un par de tormentas, sean de lluvia o de nieve. Cuando hay tormenta se producen cortes de electricidad. Cuando éramos jovencitas, si se iba la luz, nos parecía más mágico que fastidioso. A la luz de las velas, todo se transformaba y todo el mundo se reunía en la misma estancia, en una convivencia especial para un momento especial.

Me encanta cumplir el rito de la Candelaria, tanto por motivos poéticos como por razones prácticas. No he visto nunca una habitación o una mujer que no parezca más hermosa bajo la luz de las velas. Entonces, esta noche ¿por qué no reúnes todas las que puedas y revisas de cuántas dispones? Deshazte de todas las que ya estén casi consumidas. ¿Tienes las velas adecuadas para los distintos tamaños y medidas de los candelabrios? ¿Y suficientes cerillas? Son preguntas retóricas, pero no ridículas, como bien sabe cualquier mujer que se haya encontrado maldiciendo a oscuras.

Ahora apaga las bombillas durante el resto de la velada. Desde luego és más fácil si la decisión sólo depende de ti, pero no es del todo descabellado hacerlo si vives en familia. Cuando mi hija erea pequeña, le encantaba celebrar la Candelaria porque podía elegir una vela especial para ella, cuando terminaba de arder, era hora de ir a la cama. (las velitas de pastel de cumpleaños son muy adecuadas) Para que reflejen más luz junta las velas delante de un espejo. Asegúrate de no colocarlas cerca de las cortinas y no las dejes arder sin vigilancia.

Nota cómo te sientes a la luz de las velas, hasta qué punto decides de otra forma qué haces y cómo. Si vives con otros, nota cómo cambia vuestra interacción: ¿hablaís  más o menos? ¿en qué se diferencia la conversación? ¿es más calmada, más íntima? También es interesante el modo en que cambia el lenguaje corporal. Con las velas,  somos como polillas atraídas por la llama y nos acercamos más a los otros.

Charles Lamb, el ensayista inglés del siglo XVIII, describía la luz de las velas como la iluminación más grata y "el sol y la luna de cada uno" Orbes de oro en nuestra cotidianidad; "planeta doméstico" especial merecedor de respeto y agradecimiento. Benditas sean la cerilla, la sera, la llama. Gracias sean dadas al fuego en este dia nuestro de la Candelaria.

Sara Ban Breathnach

De: El encanto cotidiano