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ESPESA TEXTURA DEL
VIENTO
Nacida de la
selva me tomaste arisca yegua para estribos y albardas. Durante muchas
noches nada se oyó sino el chasquido del látigo el rumor del
forcejeo las maldiciones y el roce de los cuerpos midiéndose la fuerza
en el espacio. Cabalgamos por días sin parar desbocados corceles del
amor dando y quitando, riendo y llorando -el tiempo de la doma el
celo de los tigres- No pudimos con la áspera textura de los vientos. Nos
rendimos ante el cansancio a pocos metros de la pradera donde hubiéramos
realizado todos nuestros encendidos sueños. Gioconda Belli

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