Es sabido que para recibir es prioritario dar.

Si le falta dinero significa que alguna vez transgredió la Ley de la Providencia. Dios no quiere que nadie padezca penurias económicas pero la falta de fe, unida a la ambición, la envidia, la queja constante y otros defectos son como una barrera que impide que el dinero llegue a sus manos.

Haciendo circular el dinero que se tenga, sabiendo que Dios proveerá, es el comienzo de la limpieza del camino hacia la abundancia.

Tome un billete que se encuentre en circulación, del valor que quiera. Concéntrese en su propósito y tenga fe en lo que hace. Adquiera dos velas amarillas que atraen la fortuna.

Mezcle una cda. de aceite de girasol, una gota de esencia de vainilla y una pizca de pimienta.
Unte las velas con esta mezcla. Póngalas una al lado de otra sobre un plato, debajo coloque el billete escogido con su nombre escrito.
Encienda las velas y deje que se consumen, pronuncie este pedido:

Invoco el poder de los cirios ungidos,
para que me ayuden a obtener properidad.
Las sagradas llamas iluminan mi futuro.

Luego entregue el billete a una persona desafortunada, mientras repite mentalmente:

Todo fluye y refluye,
todo tiene su período de avance y retroceso,
por el ritmo de la compensación,
cosecharé lo que siembre con creces. Amén