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Mensajes para la mujer: Agotamiento espiritual
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De: maritza  (Mensaje original) Enviado: 12/06/2009 05:19

corceve.gif picture by judaporsiempre

 

 

 

 

Agotamiento espiritual

Alejandrina  LopezTodos hemos pasado, o pasaremos, en algún momento por estrés.
"Estrés" se denomina a "la presión por agotamiento". Todos necesitamos recibir cierta cantidad de estímulos para funcionar en la vida.Si no hubiera estímulos, nos moriríamos de aburrimiento, de angustia, por eso es bueno recibirlos. Pero el problema es cuando recibimos mucha cantidad de estímulos porque empezamos a saturarnos y nuestro cuerpo y mente ya no pueden recibir ningún estímulo más.
Reaccionamos con agotamiento, nos sentimos irritados. La sociedad vive irritada, hoy cualquiera toma un arma y mata porque se enojó por algo. Somos una sociedad estresada y no aguantamos más la cantidad de estímulos negativos que constantemente nos están enviando.
Comenzamos a sentirnos depresivos, irritados, con dificultad para concentrarnos, nos viene un pensamiento a la mente y al segundo se nos olvidó.
El estrés no solo afecta la vida física y emocional sino también la vida espiritual; y en este nivel se produce lo que llamo agotamiento espiritual.
Agotamiento espiritual
La Palabra lo define como un ahogamiento espiritual . En el pasaje dice: " el afán de este siglo ahoga la palabra ".
Todo el estrés que enfrentás comienza a ahogar lo que ya está sembrado dentro de tu vida, como vienen tantos estímulos negativos comienzan a ahogar lo que se sembró y de pronto comenzás a sentir anorexia espiritual : no tenés ganas de nada, no tenés ganas de hablar con Dios, no tenés ganas de esperar que Dios te de una respuesta, lees la Biblia y no recibís revelación, adorás y no te pasa nada.
Esto le pasó a David que estaba estresado por estímulos negativos, totalmente ahogado y no podía adorar. El moría si no adoraba, porque ese era su estilo de vida y en un momento de tanta presión y agotamiento, le dio una orden a su alma y le dijo: "alaba alma mía a Dios".
Hay momentos donde no podemos adorar porque el agotamiento y presión son tremendos, en esos momentos tenemos que aprender de David y darle una orden a nuestras emociones. Decirle "ahora emociones no vamos a pensar en ninguna otra cosa, tenemos que alabar. Ahora vamos a adorar".
Hay momentos en los que tenemos que ordenarle a nuestro cuerpo y emociones lo que tienen que hacer: ¡Alaba alma mía a Dios!
"Bendiga todo mi ser su santo nombre" David se obligaba, se ordenaba, le daba una orden a sus emociones, así mismo, a su cuerpo de que todo su ser tenía que alabar a Dios.
Cuando sentimos estrés parece que nada pasa en nuestra vida y lo peor es que comenzamos a cuestionar y criticar todo lo que ocurre. Cuando estás estresado espiritualmente nada te viene bien, lo que antes te encantaba, lo que antes te fascinaba ahora es criticable: no te gusta esto, ni aquello, ni el coro, ni las luces, ni porque dijeron eso, o la pastora dijo lo otro, no aguantás nada porque estás estresado.
Debes reconocer cuando hay estrés espiritual en tu vida, porque si no vas a pensar que eso es un ataque del enemigo, que estás en pecado. Vas a darte con un caño, y lo único que tenés que hacer es reconocer que el estrés espiritual ha venido a tu vida para saber cómo resolverlo.
Declará: Cuando esté estresado espiritualmente lo primero que debo hacer es reconocerlo: no estoy en pecado sino estresado.
Para salir del ahogamiento espiritual:
1- Cortar con el parloteo negativo:
Es el diálogo interno negativo que aparece en la mente y que, cuando estamos estresados, se hace más grande. Me acuerdo de una mujer que conocí que me decía que ella hacía el amor con sus pensamientos negativos, que se acostaba en la cama, se tapaba y toda la noche estaba con sus pensamientos negativos dando vuelta por su cabeza.
Cuando una persona está estresada espiritualmente, aparece enseguida la palabra "debería": debería haber hecho esto, debería estar haciendo lo otro, debería haber respondido de esta manera, debería haber ido a tal persona y decirle esto; o el "no debería" no debería haber actuado así, no debería haberle dicho esto, no debería haber contestado de esa manera.
Cuando uno está estresado, la mente legalista comienza a resurgir. Todo es "no debería" o "debería", es una especie de orden dentro de la mente de deberes y obligaciones.
Cuando no estabas estresado, estabas libre en el espíritu, pero cuando viene el estrés parece que todo es una obligación: "tengo que ir a la iglesia", "y... tengo que ir a la reunión", "cómo no voy a leer la palabra, debería leerla", todo el legalismo que parecía que se había ido de tu vida, aparece.
Para cortar con el parloteo negativo, primero debo saber que siempre va a estar ahí; siempre va a estar en la mente esa ley interna que dice que tenés que moverte obligadamente a hacer algo; siempre aparecerá cuando quiera iniciar algo o esté a punto de lograr algo diferente.
Debo aprender a tomar otro camino mental, a dirigirme mentalmente hacia otro lado.
La mente muchas veces parece un laberinto; y el parloteo negativo parece una pared con la que nos chocamos. En vez de ir por otro lado, lo que queremos hacer es derribarlo y seguimos golpeándonos contra él. Siempre estará ahí y lo que debemos hacer es tomar otro camino. La mente se transforma en un laberinto y debemos encontrar la salida, buscar la vuelta y no seguir tropezando con el pensamiento negativo que nos daña.
Tengo que encontrar la salida, abrirme paso y seguir adelante, meterme por otro camino, buscar otra manera, dejar de culparme, de sentir ira y probar por otro lado.
Moisés fue llamado por Dios y su primer respuesta fue "¿quién soy yo para un llamado tan grande" En vez de responder ¿quién mejor que yo? Ya que era un hombre que había sido educado en las mejores escuelas de Egipto, conocía muy bien las leyes egipcias, y muy bien el sufrimiento del pueblo hebreo.
Quiero decirte que sos el hombre y la mujer exactos para la tarea que Dios te quiere llamar, y lo que tenés que decir es: "soy la persona indicada y por eso Dios me está llamando "
Lo que le prohibió a Moisés decir "soy la persona indicada porque conozco muy bien el dolor de mi pueblo y las trampas del pueblo egipcio", fue una experiencia traumática que vivió.
Todos vivimos experiencias traumáticas en nuestra vida, por lo menos una, que nos cambió la vida, que nos traumatizó. Moisés había pasado por la experiencia de haber matado a un egipcio, fue la experiencia más triste que vivió durante toda su vida y la llevaba a cuestas, por eso, cuando Dios lo llama, no puede decir de ninguna manera "acá estoy" sino dice "¿cómo me estás llamando a mí si maté a un egipcio, qué querés que mate a todos ahora?".
Hay personas que al recibir el llamado de Dios comienzan a dudar de sí mismos porque recuerdan la experiencia traumática. Me imagino que en la mente Moisés tenía el parloteo negativo que le decía "ya cometiste un error en tu vida qué ¿vas a hacerlo otra vez?" "¿qué voy a hacer ahora me voy a tener que esconder de nuevo y si me descubren?" "yo me equivoqué"
Y viene el parloteo negativo: "ya hiciste algo que no debías", "ya te equivocaste", "no estás limpio", "ya pecaste", "no tenés autoridad para hablar", "no tenés derecho a opinar sobre este tema porque ¿te acordás lo que te pasó?"
Quiero decirte: Dios quiere hacerte vivir una experiencia mucho más gloriosa que la mayor experiencia traumática que hayas vivido en tu vida. Dios te quiere dar experiencias de gloria que te hagan olvidar lo traumático del pasado.
Resumiendo: primero cuando tengas estrés espiritual, tenés que saber que el parloteo negativo va a estar ahí, que los pensamientos negativos van a venir. Pero tenés que traspasarlos no esperes que se vayan de tu vida, no esperes que no estén más en tu mente, traspásalo, aprendé a no darle importancia, a sacarlos de tu vida y seguir adelante.
2 - Nunca te detengas en los detalles:
U na persona estresada espiritualmente comienza a detenerse en los detalles. Dijo Moisés: "¿quién soy yo?" Y Dios el dijo: "quien seas vos, para mi es un detalle. A mí me importa que sepas quién soy yo". A Dios no le importa quién seas, cuál es tu pasado, cuáles tus errores, tus miedos y tus luchas, a Dios le importa que sepas quién es Él, porque si sabés quién es, todo cambia.
Dios le dijo "en este papel que te estoy dando el protagonista no sos vos, soy Yo". Quiero decirte que en la vida cristiana, el protagonista no somos nosotros, el protagonista es Jesucristo y a Él le debemos la gloria.
Pero Moisés se seguía concentrando en los detalles y le dijo "a mí no me van a creer" "Que te crean a vos es un detalle, dijo Dios, no me importa que te crean a vos sino que me crean a Mi".
Una mujer me decía el otro día que no podía predicar porque cuando lo hace, cree que la gente piensa que todos los pastores son corruptos y por eso hace silencio. A Dios no le interesa si la gente opina una cosa u otra, o si querés predicar o no, a Dios le interesa que le creas a Él y no a un pastor. Por eso dejalo todo en manos de Dios, no te fijes en los detalles porque los detalles te van a paralizar; aprendé a pasar a través de los detalles y entender la obra que Dios quiere hacer.
3 - No te preocupamos por las tonterías, sé obediente:
"Soy torpe de lengua" dijo Moisés. "No importa", dijo Dios "es un detalle, no importa que seas tartamudo, sordo, ciego, que no puedas caminar, eso es un detalle, lo único que quiero es que me obedezcas". Hay detalles en nuestra vida, nos preocupamos por tantas tonterías, si una persona me saludó o no, porque vivimos vidas llenas de estrés mirando detalles y los detalles nos detienen.
Dios le dijo a Josué "mira que te mando que te esfuerces y seas valiente". Esforzarse no es algo que se provocará a medida que pase el tiempo. No, Dios le dio una orden: "te mando que te esfuerces" Esforzarse y ser valiente es un mandato de Dios, no esperes que se vaya haciendo la fortaleza, lo tenés adentro. Sé obediente a Dios y no mires los detalles. Lamentablemente cuando estamos estresados miramos los detalles y no vemos la gran obra que Dios está haciendo: "ah! no tengo lugar donde sentarme", "ah! Pero a mí no me saludó tal persona", "a mí el pastor no me nombró". Dios le dijo: "no mires los detalles".
Aprendé a ser obediente a Dios y no concentrarte en el cómo (cómo será, cómo lo hará) y Dios te dice "Él cómo déjamelo a mí" (cómo me vas a prosperar, cómo me vas a sanar, cómo vas a hacer que mi familia se convierta) Dios te dice: el "cómo" me corresponde a mí, no mires los detalles y obedéceme".
Si queremos tener bendición debemos concentrarnos en el llamado que Dios nos hizo y aprender a obedecer, dejándole el cómo a Dios.
Dios quiere hacerte vivir una experiencia gloriosa pero si seguimos concentrados en los detalles no vamos a poder. Nos distraemos fácilmente y tal vez nos perdemos lo más importante, porque el estrés espiritual hace que nos perdamos las mejores revelaciones que Dios tiene para nuestra vida.
Ezequiel 24, Dios le dijo a Ezequiel: "hoy voy a quitarte de golpe la mujer que te deleita la vista, pero no llores ni hagas lamento ni dejes que te corran las lágrimas, gime en silencio y no hagas duelo por los muertos"
Y Ezequiel respondió; "por la mañana le hablé al pueblo y por la tarde murió mi esposa, y a la mañana siguiente hice lo que se me había ordenado"
Dios le dijo que moriría el deleite de sus ojos porque Ezequiel amaba a su esposa, se deleitaba en ella, y Dios quería darle un símbolo al pueblo, para enseñarles que les iba a quitar el templo de delante de sus ojos donde ellos depositaban sus afectos. Para eso Dios hizo que Ezequiel viviera una experiencia como la que vivió, y Ezequiel no se quejó, sólo hizo lo que se le había ordenado: no llores, hablale al pueblo, gemí en silencio y no llores por los muertos.
No cuestionar a Dios
Estamos acostumbrados a cuestionarle todo, cuando nos va mal y cuando nos va bien; Ezequiel no abrió su boca: "lo que me mandó obedecí". Pero nosotros vivimos cuestionando lo que Dios dice, lo que Dios nos hace y por eso nos estresamos porque preguntamos y preguntamos y preguntamos y no sabemos qué responder. Pero Dios te dijo que obedezcas.
Hay cosas que Dios te dijo que tenías que obedecer y hace años las venís cuestionando. Dios te dijo "Solamente obedecé". Te mando que te esfuerces y que seas valiente, si tenés que dejar algo de tu vida no me lo cuestiones más, te ordeno que seas fuerte y valiente para dejarlo; si te estoy pidiendo que te alejes de alguien sé fuerte y valiente, es una orden que te doy, no me cuestiones...".
Dios está cansado de nuestros cuestionamientos.
Ezequiel tenía como para cuestionar, "¿por qué yo tengo que sufrir para vos explicar algo?", "¿por qué me sacaste la delicia de mis ojos?" Pero Dios le dijo "no llores, obedéceme".
Hay tiempo en que tenemos que dejar de cuestionar, tenemos que dejar de ser tan críticos, tenemos que dejar de que todo nos moleste; si estamos pasando por estrés espiritual reconocerlo y comenzar a hacer algo: dejar de cuestionar. Hay momentos en los que tenemos que dejar de cuestionar a Dios, donde nos manda a obedecer y tenemos que hacerlo para tener derecho a reclamar la bendición.
Dios hace como quiere y como le parece.
La persona que cuestiona, que se concentra en detalles, termina siendo una persona perfeccionista. Son aquellos que en su infancia han tenido una educación muy rígida, caminan con un cartel "soy perfecta, porque mis padres me pusieron en ese rol y ahora tengo que mostrarle a todo el mundo que lo soy". Son las perfeccionistas las que se estresan fácilmente, rápidamente. Tal vez en tu casa no se expresaban emociones y eso te hace ser perfeccionista. Porque te volviste perfeccionista no te arriesgás y el que no arriesga, no gana. El que no arriesga nunca puede moverse, tenés que aprender a sacarte los rótulos de encima, aprendé a no ser perfeccionista.
Hay una diferencia muy grande entre ser perfeccionista y perfecta, la persona perfeccionista siempre terminará estresada espiritualmente: "no oré lo suficiente", "no oré bien", "no leí la Biblia", "no estoy sirviendo como debo servir", "no estoy haciendo lo que esperan de mí" y parece que todo el mundo te está exigiendo, te está exigiendo y eso es perfeccionismo. Dios no te está exigiendo, el que lo hace es el perfeccionismo.
2 Crónicas 16: 9 " Los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él "
Dios quiere mostrar su poder a los que tienen corazón perfecto, y el corazón perfecto es un corazón leal a Dios . Dios no está buscando que hagas todas las cosas bien, Dios no está todo el día detrás exigiéndote que seas perfeccionista, te dice: "solo quiero un corazón perfecto y ese es el leal a Mi, el que me obedece, el corazón que no me cuestiona que no me dice todo el tiempo "y bueno", "no me corresponde", "no me parece". Dios dice que recorre la tierra buscando y cuando lo encuentra desata todo Su poder.
Si querés gustar del poder de Dios tenés que ser fiel a El.
Hay personas que hace tiempo tendrían que haber tomado una decisión y haber dejado de cuestionar a Dios.
Dejá de cuestionar a Dios. Tené un corazón leal. Un corazón perfecto es un corazón leal, el que le obedece, y salga como salga lo que hagas serás obediente. Dios se detendrá en los corazones leales, fieles, para mostrar su poder y ahí no podés cuestionar nada porque la fidelidad no se cuestiona, Dios mostrará su poder sobre aquellos que le sean leales.
¿Cuántas veces cuestionaste a Dios? ¿Cuántas veces le dijiste por qué Señor no a mi, o por qué a mi? ¿Por qué Señor me estás bendiciendo tanto? ¡Hasta lo bueno se lo cuestionamos a Dios!
Si estás agotado y estresado espiritualmente, lo mejor que podés hacer es volver a reírte. Hay mucha gente estresada espiritualmente que perdió la capacidad de reírse, de divertirse. ¿Hace cuánto que no jugás a algo? ¿Hace cuánto que no te reís, que no te divertís, que no te tiras con tus hijos y jugás con ellos? ¿Hace cuánto que ya las cosas no te divierten? ¿Hace cuánto que no disfrutás de lo que antes disfrutabas? ¿Hace cuánto que no disfrutas de algo? ¿Hace cuánto que no te reís con ganas? ¿Hace cuánto que no disfrutas de la vida, del estrés de todos los días, esa carga que llevás todos los días que hasta la vida espiritual se te hizo una carga?
Volvé a reírte. A mayor gozo, mayor sanidad
Aprendé a reírte de vos mismo, la risa es sanadora; cuando estés pasando por momentos de tensión, de estrés, aprendé a reírte de la vida. Aprendé a reírte de tus propias equivocaciones, de tus errores, de las cosas que te pasan a diario, no te tomes la vida tan en serio, no le cuestiones a Dios, comenzá a reírte.
Dios quiere darte un sueño grande pero no quiere que te estreses en el camino, si no ¿qué sentido tiene?
Sara se empezó a reír cuando Dios le dijo que iban a tener un hijo. Dice "después de estar gastada voy a sentir voluptuosidad sexual" Se rió de sí misma y Dios le dice a Abraham "¿de qué se ríe tu mujer, acaso hay algo imposible para Dios?"
Esa pregunta es la que tenés que hacerte cada día, ¿acaso hay algo imposible para Dios? ¿Acaso esto que me está pidiendo Él no lo hará en mi? ¿Hay algo imposible para Dios? Esa es la pregunta diaria porque si esto se revela a tu vida no hay nada, nada, nada imposible.
Para Dios no hay nada que no pueda superar, solo que no lo cuestiones, no le pidas explicaciones, Dios te puede decir por qué pero a Él le gusta la gente obediente.
Sara y Abraham tuvieron un hijo y le pusieron Isaac, que quiere decir "Risa" porque Sara dijo "Dios me ha hecho reír y todos los que le vieran se reirán conmigo". Dios va a hacer algo, tiene preparado algo tan grande en este tiempo que te va a hacer reír, va a volver la alegría a tu cara, va a volver el placer de vivir, el sueño de Dios grande y los que te vean cumpliendo ese sueño se alegraran con vos.
Salmo 126 dice que Dios va a llenar tu boca de risa. Y entre las naciones dirán grandes cosas ha hecho Dios con esto.
No cuestionaste, dijiste: "Dios te obedezco" y cuando vean lo grande que Dios te va dar, vas a reírte y lo demás se reirán con vos. Aprendé a reírte de la vida si querés quebrar el estrés espiritual, aprendé a reírte de la vida, ponete contento por las cosas pequeñas y grandes, aprendé a aceptar que Dios tiene y sabe lo que hace, aprendé a aceptar que el poder de Dios y su omnipotencia es sobre todas las cosas.

Pasaje bíblico: Mateo 13: 22

El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa

 

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By Maritza



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