Miércoles, 27 de octubre de 2010

Aroma para el mundo

Léase Santiago 1.19-27

No os engañéis: «Las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres».

-1ª a los Corintios 15.33 (RVR)

DESPUÉS de una asamblea de la iglesia, estaba empacando de prisa y eché mi ropa sucia junto con la limpia en la maleta. Pensé que al llegar a casa podría lavar la ropa sucia y usar la limpia. Pero al abrir la maleta sentí el olor a sudor en toda la maleta. El olor se había pasado a la ropa limpia.

 

Algo similar puede ocurrir también en nuestras relaciones con otras personas. A veces los niños en la iglesia me preguntan si está bien tener amigos que no son cristianos. «Seguro que sí», les digo. «Pero siempre pregúntense: ¿Estoy influyendo en ellos o ellos están influyendo en mi?». La presión de grupo puede ser una influencia grande para los jóvenes. La negatividad, el prejuicio y la codicia pueden ser contagiosos. Pero también lo pueden ser el amor, el gozo, la paz, la bondad y el dominio propio (Gálatas 5.22-23).

 

La lectura de hoy en Santiago nos advierte que debemos guardarnos «sin mancha del mundo»(Santiago 1.27). Esta advertencia nos recuerda no dejarnos dominar por las influencias mundanas. En cambio debemos ser una influencia poderosa, llevando el amor de Cristo a través de nuestro ejemplo.

Sr. Michael Raypholtz (Ohio, EUA)

Oración:

 

Amado Dios, ayúdanos a permitir que Cristo sea la mayor influencia en nuestras vidas. Amén.

PENSAMIENTO PARA EL DÍA Dios nos llama a tener un impacto positivo en nuestro entorno.

OREMOS:

  

 

Por los adolescentes.