“He aquí yo estoy a la puerta y llamo;

Por: María Elena de Lambaren

Apocalipsis 3.20:

 “He aquí yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”.

La escritura refiere la puerta, entendemos que es la puerta de nuestro corazón, si usted lo abre y le deja entrar, el Señor cambiará sus circunstancias al instante, su vida ya no será igual nunca más, y gozara de cuidados especiales, formara parte del pueblo escogido por Dios, de un linaje especial, de una nación santa, porque Dios mismo nos escogió primero, y cuida de cada una de sus ovejas es nuestro buen Pastor.

Abra la puerta para que entre a su vida que de esa forma su presencia siempre estará con usted, se imagina que poderoso será ese momento, la presencia misma del Señor en usted,  que preciosa compañía, y si Dios con usted quien contra usted, sus enemigos si es que los tiene, retrocederán porque su guardador Jehová Dios de los Ejércitos estará con usted siempre  y a donde quiera que vaya le cuidará, le amparará, y le librará de todo mal.

Recuerdo una noche lluviosa, oscura, y con neblina, cuando iba circulando por la carretera libre a la Ciudad de Cuernavaca, allí en medio del camino me encontré con una emboscada que ladrones habían preparado para robar, destruir y matar, era una barricada de varios neumáticos de tráiler apilados en medio de la carretera con los cuales pretendían que el vehículo que pasara por allí en ese momento, frenara intempestivamente y saliera del camino tal vez accidentado y así poder robarlo, Dios que iba delante de mí, y que no me dejo ni un instante sola, me dio la habilidad para poder virar el volante a la izquierda hábil y velozmente, a la vez que me tope con un vehículo de frente,  con el cual pude haber colisionado y con gran destreza pude alinearme en el carril derecho, y sin poner en riesgo la vida del otro conductor ni la mía. Reconozco que en ese momento no fui yo, fue Dios mismo quien tomo el volante y me ayudo, así que pude salir victoriosa de la trampa del enemigo, ni siquiera tuve la oportunidad de frenar, ni derraparme en el camino, absolutamente nada que pusiera en peligro mi vida, o la de los demás, salí victoriosa gracias a Dios, porque Dios cuida mi entrar y mi salir desde ahora y para siempre amén.

Así lo prometió y así me lo ha cumplido siempre, nunca me ha dejado y en los momentos de mayor angustia o peligro siempre está conmigo y me ayuda en todas las cosas a bien.   

En el mundo siempre tendremos aflicciones eso es innegable, pero tomados de su bendita mano las cosas son distintas, porque con cuidado especial cuida de su pueblo.  

Hechos 1:8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, Y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, Y hasta lo último de la tierra.

Como podemos ver la escritura dice: pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, esto es majestuoso su presencia misma es la que le dará ese poder para vencer, ¿a quién vencerá? a las fuerzas del mal, y todo ataque del enemigo quedará cancelado por el poder de su presencia y por el poder de la sangre de Cristo Jesús, a su nombre sea la gloria.

Si no tiene empleo, siga orando, ¿Le han dado un diagnostico fatídico en donde la ciencia dice no hay nada que hacer? Ayune, ¿Atraviesa por un divorcio? vuelva a orar ¿Un hijo rebelde que no se quiere corregir y le ocasiona dolor vergüenza y tristeza? Permanezca en oración ¿No puede dejar una adicción que le atormenta? ayune y ore, porque ese género no sale con nada, más que con oración y ayuno, ¿Es alcohólico? Doble rodilla ¿Su familia le ha abandonado? ¿Padece pobreza y miseria? ¿Vive en soledad? Ore, no se canse de orar, ayune y persevere, que esa es la llave que abre el corazón de Dios, de esa forma usted vencerá y Dios ira delante de usted cómo iba con el rey David cuando venció a Goliat.

Ese gigante que se burlaba y provocaba al pueblo de Israel, y que para todo un ejército parecía imposible de vencer, David con su fe en Dios, y con el poder que Dios le otorgo pudo vencer a ese gigante, solamente con la presencia de Dios en su vida en ese momento tan angustiante David pudo vencer.                                                                                                          1Samuel 17:45

Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.

Apreciable hermano, si sus problemas son como ese gigante Goliat y usted cree que ya nada tiene remedio, y ese problema usted lo ve gigante y tremendamente enorme, no se preocupe tanto que no es así, mas bien enfoquese en el Dios de Israel, en el mismo Dios que estuvo con David y que también estará con usted ayudandole a vencer, para Dios todo es posible, cuando usted le deje entrar a su vida Dios le dará la victoria, y usted vencerá en el poderoso nombre de Jehová.

Y sobre todo ya no se preocupe tenga fe y no dude, no se atemorice por los problemas que se presenten día a día, si Dios toca a su puerta recíbale y empiece a caminar en victoria, que para Dios todo es posible, déjele entrar que las situaciones difíciles y tal vez tormentosas por las que ahora usted atraviesa, y que tal vez le parezcan imposibles de resolver, Dios en su infinita misericordia y amor le ayudará a salir victorioso de cada prueba y dificultad, porque Dios le ama tanto que ya no desea verle sufrir, Dios está a la puerta y llama, si usted le escucha y le deja entrar sus problemas y dificultades empezaran a tener solución, y esto será en la misma medida con que usted busque su presencia, me refiero a la perseverancia con que le busque y dese que Dios entre a su vida.                 

No tarde ni un momento más apreciable hermano, reciba el poder que viene de lo alto, y en oración y sujeción a su preciosa voluntad usted vencerá  mañana puede ser demasiado tarde. Deje que Jesucristo entre hoy a su vida y que resuelva todo aquello que usted solo no podrá.

Salmos 17: 6-8

Yo te he invocado, por cuanto tú me oirás, oh Dios; Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra.  7.- Muestra tus maravillosas misericordias, tú que salvas a los que se refugian a tu diestra, de los que se levantan contra ellos. 8.- Guárdame como a la niña de tus ojos; Escóndeme bajo la sombra de tus alas.

Filipenses 4:13

Todo o puedo en Cristo que me fortalece.                                                                                                                                                                                    Dios le bendiga por siempre amén.

Por: María Elena de Lambaren