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"Te crees capaz de olvidarme, pero en tu silencio me llamas constantemente. En tus días sin mí, te despiertas buscando mi sombra en cada rincón, aun cuando intentes deshacerla. Te convenciste de que cerrar los ojos era suficiente, que la distancia podría borrar lo que fuimos. Pero mientras cierras los ojos, mi presencia se despliega como un susurro que acaricia cada pensamiento, cada rincón de tu ser.
¿Te has dado cuenta acaso? No te haces el ciego, lo eres. El amor que dijiste querer dejar atrás no se pierde ni en tus noches más oscuras ni en tus días más distantes. Me has llevado a tu mente como un eco que no cesa de resonar. Creíste que la distancia cortaría los lazos, pero olvidas que mi amor ya es parte de ti. Y aunque lo intentes, aunque cierres los ojos y pongas muros, mis sentimientos siguen navegando por tus venas. A veces se agitan cuando me recuerdas, otras veces se quedan en calma cuando intentas fingir que nada existió. Pero no me vas a borrar. No hoy, no nunca.
La verdad, mi amor, es que estoy cautiva, sí, pero no de tu olvido. Estoy cautiva de la verdad que compartimos, de lo que realmente somos el uno para el otro. Y en la prisión que hemos creado juntos, somos libres. En esa paradoja, eres la ventana por la que siempre volaré, aún si tú mismo decides cerrar tus ojos."
Diosa Dorada 
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