Para relajarse, se pueden realizar actividades que
calmen la mente y el cuerpo, como respirar profundamente,
escuchar música, hacer ejercicio, meditar o
tomar un baño tibio.
La relajación alivia la tensión física y mental,
reduce la presión arterial,
mejora la concentración y
el estado de ánimo, y
ayuda a conciliar mejor el sueño.