"Las hojas no caen, se sueltan.."
Texto de José María Toro, extraído del libro
"La sabiduría de vivir"
.
Las hojas no caen, se sueltan... Siempre me ha parecido espectacular la caída de una hoja.
Ahora, sin embargo, me doy cuenta que ninguna hoja “se cae”
sino que llegado el escenario del otoño inicia la danza maravillosa del soltarse.
Cada hoja que se suelta es una invitación a nuestra predisposición al desprendimiento.
Las hojas no caen, se desprenden en un gesto supremo de generosidad y
profundo de sabiduría: la hoja que no se aferra a la rama y se lanza al vacío del
aire sabe del latido profundo de una vida que está siempre en movimiento y
en actitud de renovación.
La hoja que se suelta comprende y acepta que el espacio vacío dejado por ella es
la matriz generosa que albergará el brote de una nueva hoja.
La coreografía de las hojas soltándose y abandonándose a la sinfonía del viento
traza un indecible canto de libertad y supone una interpelación constante y
contundente para todos y cada uno de los árboles humanos que somos nosotros.
…
Quiero, en este tiempo, sumarme a esa sabiduría, generosidad y belleza
de las hojas que “se dejan caer”.
Quiero lanzarme a este abismo otoñal que me sumerge en un auténtico
espacio de fe, confianza, esplendidez y donación.
Sé que cuando soy yo quien se suelta, desde su propia consciencia y libertad,
el desprenderse de la rama es mucho menos doloroso y más hermoso.
Solo las hojas que se resisten, que niegan lo obvio, tendrán que ser arrancadas
por un viento mucho más agresivo e impetuoso y caerán al suelo por
el peso de su propio dolor.
Las hojas no caen, se sueltan.