Sri Lanka, la Antigua Ceylán - Escuela de Rol Saint Seiya GDS-RD

*A través de los pesares mitológicos, el océano indico ha sido testigo de majestuosos combates mortales, los servidores de la Diosa de la guerra justa, batiéndose en duelo ante aquellos portadores de las escamas marinas, protectores del Emperador de los 7 océanos, Poseidón. En esta época, el despertar del Dios del mundo marino esta próximo, esto es bien sabido por aquellos herederos de las escamas marinas, quienes poco a poco comienzan a llegar al templo submarino, uno de ellos es el próximo portador de la legendaria coraza de Krisaor, Krishna. Poderoso guerrero hindú, quien a pesar de haber sido el primer general en llegar, rápidamente ha emprendido un viaje inesperado y no es para menos, ya que una pequeña isla sobre el océano indico, Ceilan, ha sido atacada por una Deidad misma, se trata de Kali, Diosa de la muerte y la destrucción… “Recuerdo bien las palabras de Thetis, según ella Kali se ha manifestado en espíritu, lanzando una terrible maldición en contra de aquellos que sirven a las ordenes de mi Emperador Poseidón, quien ha girado la orden de detenerla y proteger a los habitantes del lugar, sin importar de quien se trate, debo cumplir la orden de mi omnipotente Dios…” -Acabare con esa ridícula Diosa que intenta obstaculizar la magnifica misericordia del amo de los mares- Proclama aquel místico moreno, al tiempo en que empalmando una imponente lanza dorada, entra a la isla en cuestión. “Así que era cierto, Kali juega con la muerte y las plagas mitológicas, es mas de lo que pensé, las personas están sufriendo por la maldita peste, aunque no es tiempo de observar mas, tengo que salvarles y cumplir con la voluntad del Emperador Poseidón…” Krishna por fin ha llegado y divisa una pequeña aldea, con gritos de aquellos que sufren no solo por la infección, si no por la perdida y el contagio de aquellos que aman, es un lugar tremendamente hostil, no solo por la enfermedad, además son poseedores de una increíble inestabilidad alimenticia, un lugar que aun en sus mejores tiempos, es capaz de sacudir la tranquilidad de quien le mire, pero eso parece no inmutarle al protegido de Krisaor, quien avanza apresuradamente por las veredas que se han marcado a lo largo de los años, rodeado por un aura en tonos purpura con destellos dorados por momentos, para por fin postrarse delante de un anciano envestido con una túnica grisácea, debido al paso del tiempo, con un rostro enmarcado por la incertidumbre y el miedo, solo causado por la intervención de un poder incontenible por aquellos simples mortales… - Anciano, se que eres tu el sabio de la región, estoy aquí para combatir ese poder sobrenatural y devolver la tranquilidad rápidamente a la isla, antes tienes que resistir con tu gente. Comenzaremos de una vez…- Proclama aquel chico, quien lleva pantalones en color blanco, con clásicos botines mitológicos, los mismos con vendajes hasta la marte media de las piernas, con camisola en materiales de manta color blanca, abierta hasta la mitad del plexo, test morena y una cabellera en tonos platas que se desliza desde el flanco delantero de su testa, partiéndola por la mitad para desembocar a la altura de la nuca, apresura su andar y se coloca en la parte central de la aldea, lugar donde de un certero movimiento, clava el tridente dorado que se alojaba en su diestra, acción inmediata, se coloca en posición de loto y empieza a meditar, proclamando las palabras: - AUM TRAYAMBAKAM YAJAMAHAE BUGHANDHIM PUSHTIVADHANAM URVAARUKAMIVA BANDHANAAN MRITYORMUKSHEEYA MAAMRITAAT… Vamos Kali, se que eres tu quien ha desenfrenado tal castigo para estos míseros aldeanos, debes de saber, que yo Krishna de Krisaor he venido desde el mundo marino solo para devolverte al sueño eterno, golpeare todos y cada uno de los puntos cósmicos de estos terrestres por medio de los Chakras, así erradicare la influencia que en ellos ejerces…- La lanza comienza a destellar intermitentemente, mientras Krishna entre cierra sus ojos y comienza a levitar a varios metros del suelo y comienza a quemar de manera progresiva la cosmoenergia que alberga en su interior, sus cabellos despeinados comienzan a ondular y se esparcen ondas por los mismos suelos, que rápidamente cubren la pequeña isla, inyectándoles a los aldeanos un confort supremo y aun si saber de que se trata, corren hacia donde se encuentra el misionero de los mares… -muladhara, svadhishthana, manipura, anahata, Vishuda, agnachakra, sahashrara… Golpeare todos los chakras a la misma velocidad de la luz, que puedes hacer Kali, si solo ha escapado una parte diminuta de tu ser, dejando la mayor parte de tu esencia en el inframundo, deberás rendirle disculpas a Thanatos, Dios de la muerte…- Grita efusivamente el moreno, mientras genera miles de hilos dorados de la base aquella lanza que descansa con el tridente en los suelos, dichos hilos suben hasta los cielos y se concentran como si fuese una nube dorada, de inmediato se dispersan a lo largo y ancho de todo Ceilan, dirigiéndose a los puntos chakras de cada individuo que habita el lugar… -Esta maldita peste ha desalineado los chakras de los habitantes, golpeare al uníoslo cada uno de ellos y de esta manera, erradicare con mi divinidad el mal que has inyectado en ellos, los giros de sus vidas se conectaran en armonía nuevamente y eliminare todo rastro de ti, sellare tu alma donde quiera que se encuentre, por medio del portal que la conecta con este lugar…- La tierra comienza a temblar debido a la exposición de cosmos que emana del hindú, quien brilla con una majestuosa intensidad sobre las testas de la multitud reunida a sus pies, los enfermos descansan sobre los suelos de la isla, aquella energía les ha devuelto tranquilidad y paz a pesar de su estado y como era de esperarse, la silueta de una mujer se forma a través de remolinos de humo, que poco a poco comienza a tomar forma humana, solo se le escucha gruñir cual bestia misma, la tierra comienza a levantarse pero antes de que pueda realizar maniobra alguna, se escucha un potente e imponente grito - Maha Ro Shi Ni…- Las ondas esparcidas se acumulan alrededor de aquella lúgubre silueta humana, enmarcando la escena, Krishna abre los ojos, dilatados y en color blanco, abriendo el loto que tenia formado y creando una estruendosa explosión cósmica, que casi de forma inmediata, erradica la malvada presencia sin dejarle dar un paso mas, al tiempo en que los hilos proyectados golpean de un solo movimiento los 7 puntos de las personas, incluso de las que aun no estaban contagiadas. El anciano sabio de la isla, rápidamente vuelve la mirada hacia el lugar donde se encontraba el joven Krishna, solo para darse cuenta de que ha desaparecido, llevándose con el ostentoso tridente dorado, dejando solo la marca del mismos en los suelos. Los habitantes que ya hacían enfermos comienzan a incorporarse y el aura maligna que cubría la región, rápidamente desaparece para dejar paso libre a los imponentes rayos solares que comienzan a abarcar todos los rincones de Ceilan. A lo lejos, se ve al moreno, caminando en dirección desconocida por uno de los extremos de la isla, de espaldas y con su lanza aun en la diestra, con la cabellera destellando los matices plateados a causa de los rayos del sol, el anciano es el único que se ha percatado de eso, entreabriendo los labios y susurrando las gracias hacia aquel extraño que les ha librado de la maldición de la despiadada Kali, hasta que la lejanía no permite mas al anciano conocer el destino de Krisaor, Ceilan estará seguro mientras tenga la protección de tan poderoso General de Marina, Krishna de Krisaor.**