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Desánimo Tal vez te di las tijeras para recortarme el tiempo. Los racimos de las horas parecen yacer deshechos, y sólo escuálidos granos permanecen en el suelo. No sé si vas de la mano conmigo por mi sendero, o si eres sólo una sombra por los campos de mis sueños. Se entrelazaban ayer mis manos en tus cabellos, mis brazos en tu cintura, y tus dedos en mis dedos. Hoy entretejen mi trama aflicción y pensamientos, el dolor, rojo de sangre, y los pensamientos negros. Te quise con esperanza, con desánimo te quiero, y sigo viendo tu rostro al fondo de cada espejo. Y si un día se quebraran, aún te seguiría viendo, gritándome tu semblante cada uno de sus fragmentos. |
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