No hay aves que trinen,
el viento sopla triste y
el ruido mundano con saña me grita
“estas solaaaaaa”…
mientras la soledad me abraza
y limpia mis lagrimas.
El tiempo me espera
para llevarme a donde
me cobijaran mientras
mi espacio dormido despierta.
Una tea ardiente se asoma
arriba de mi cabeza y
alumbra a todo mi cuerpo
mientras las voces hermanas
oran y danzan al compas
de los cantos que
llaman de regreso a mi Alma
que esta triste y
acongojada.
El vacio se escucha al golpear
A la tristeza, y aquella montaña
que sacio mi sed de Amor
se tambalea sin caerse reafirmando
mi Fe y mi Esperanza,
volvere a la Cima donde unas alas vigorosas
y un graznido que ensordece me avisa
que el camino debe ser retomado
vaciando la carga de la infelicidad
y la desesperanza.
Asi el Padre vendra a su casa
Iluminando a la Estrella de la Verdad y
Sepultando a la mentira junto a la carne
Maloliente ignorante de la cura que la
Montaña prodiga al hijo que llora en el
Regazo del Padre.
Maria Mancilla Abril 22, 2012