
Óyeme estas palabras que me salen ardiendo
y que nadie diría si yo no las dijera.
Amigo, no te mueras.
Yo soy la que te espera en la estrellada noche,
cuando el aire de la tarde como una boca besa.
Amigo, no te mueras.
Yo soy la que cruzó los brazos por esperarte,
la que quebró sus arcos, la que dobló sus flechas.
Yo soy la que en los labios guarda sabor de uvas,
Y soy la que en la hora del amor te desea,
tendida entre las hierbas ...
yo soy la que te espera!