Mi comprensión de la Verdad se profundiza y dirige mi vida.
Mi comprensión de la Verdad ha cambiado con el tiempo. Ahora veo que sólo hay una Verdad —la Verdad de Dios. Debido a que "mi verdad" está sujeta a mi percepción, ésta cambia a medida que mi conciencia espiritual aumenta.
Diariamente se me dan oportunidades de crecer. A menudo, logro una comprensión más profunda con simplemente escuchar —escuchar sin juicio, sin sentir la necesidad de defender una posición o cambiar el punto de vista de otro. Al apreciar los pensamientos y sentimientos de los demás y unirme a Dios en oración y meditación, encuentro que una verdad mayor guía mi vida. Gracias a mi desarrollo espiritual, puedo discernir y acoger la Verdad de Dios.
Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. —1 Crónicas 28:9