EL TEMPLO ABIERTO
Me desnudo ante ti como se abre la flor,
con el pulso en la boca y la piel en ardor.
Te espero tendida, mi centro encendido,
la carne mojada, el instinto dormido.
Tus manos me buscan, me rozan, me prenden,
mi cuerpo te llama, mis piernas te entienden.
Te siento subir como fiebre en la entraña,
mi espalda se arquea, mi alma se baña.
Tus labios me encuentran, respiro tu fuego,
mi voz se hace brisa, mi vientre es tu juego.
Y entras despacio, sin pedir perdón,
como río que rompe la tierra en canción.
Estás dentro, tan hondo, tan cierto,
que el mundo se escapa, que el tiempo está muerto.
Te aprieto, te marco, te sigo el vaivén,
mi cuerpo galopa sin freno ni bien.
Mi nombre lo gritas, yo gimo el tuyo,
y el placer nos arrastra en su viejo murmullo.
Tu cadera empuja, mi cadera exige,
mi centro te abraza, mi abismo dirige.
Nos rompemos juntos, volcán y relámpago,
en un rito sagrado, mojado y sin cálamo.
Y justo al final, cuando el universo se apaga,
te quedas en mí… como luz que no acaba.
Autor: Sisco F.R.G. a / 06 / 06/ 2025 /