TE SIENTO AÚN DENTRO DE MI
Desperté con las sábanas húmedas…
no por el sudor ni por el calor de la noche,
sino por lo que dejaste en mi cuerpo,
por lo que provocaste en mí sin piedad.
Tu sabor todavía recorre mi boca,
como si tus labios hubieran decidido quedarse.
Tu olor…
Dios, tu olor sigue impregnado en mi piel,
como si me hubieras marcado con tu lengua,
con tus manos, con tu hombría entera.
Cierro los ojos y vuelvo al instante exacto
en que me tomaste,
despacio al principio…
jugando con mi cuerpo como quien saborea un pecado,
pero luego, sin tregua, sin pausa, sin límites,
te adentraste hasta lo más profundo de mí
como si buscaras quedarte,
como si mi cuerpo fuera tuyo desde antes.
Mis piernas aún tiemblan del recuerdo,
mi vientre arde,
mi pecho te llama.
Y ahí… justo ahí,
donde más se te extraña,
todo palpita.
Tu lengua fue cuchilla y alivio,
fuiste tormenta entre mis muslos,
y calma cuando me desgarraste gemidos.
Me llenaste de ti,
no solo el cuerpo,
me llenaste el alma de deseo y locura.
Hoy no estás,
pero sigo sintiéndote.
en cada respiración entrecortada,
en cada estremecimiento que se repite al recordarte,
en cada caricia que mi piel inventa
para no olvidarte.
Porque esta pasión que desataste no se apaga,
no se va,
no se olvida...
Amante de la Poesía