Cada noche, al acostarme,
apareces a mi lado,
rodeando mi cintura con tus brazos,
acariaciando mis mejillas.
Tus labios rozan mis labios
saboreándolos despacio,
muy despacio...
Tu lengua entra en mi boca
devorándola por completo.
Siento el calor de tu cuerpo,
el roce de tus dedos,
el aroma de tu piel...
La excitación de nuestros cuerpos
va en aumento,
la respiración acelerada
se va agitando cada vez más...
Tu mano se cuela entre mis piernas,
arrancándome un gemido de placer...
Mis caderas se levantan buscándote,
llamándote, pidiendo más...
Entras en mí con deseo y desesperación
y tus manos recorren mi cuerpo
mientras me tomas una y otra vez...
Una melodía de gemidos y suspiros
inundan nuestra cama...
Y al abrir los ojos descubro
que algo tan real,
solo había sido un sueño...
|