Es sentir que no estás solo,
que hay alguien que te busca
y que te piensa.
Es extender tu brazo en el vacío
y saber que hay otra mano que la espera.
Es compartir, no importa cuanto.
Es comprender las alegrías y tristezas.
Es saberse bienvenido siempre
y es un contínuo dar la bienvenida.
Es el teléfono que llama por tu ausencia.
Es una carta. Es una despedida.
Es el café que se toma en confidencia
o es encontrarse en la misma esquina;
y tambien es partir con la confianza
de saber que en el tiempo y la distancia
Los amigos no mueren ni se olvidan.