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| UNA TRADICION. LOS CAÑEROS CUBANOS YA SE HABIAN INCORPORADO AL PAISAJE DE LA ISLA. (Foto: Archivo Clarín) | |  |     
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El silbido de la locomotora de vapor que transportaba caña de azúcar ya no se escucha más. Desapareció también ese dulce aroma a melaza que emanaba de los hornos del gran ingenio azucarero construido por la ciudad de Patria, en el centro de Cuba. "Extraño el aroma de azúcar hirviendo", confesó Domingo Hernández, que hasta hace poco trabajaba como mecánico en el ingenio de Patria. "Ese olor era fuerte y penetrante".
Cerrado ya, el ingenio se convirtió en museo para los turistas. El cierre forma parte de la profunda reestructuración implantada a raíz de la aquejada economía cubana. El presidente Fidel Castro anunció hace poco que su gobierno cerrará cerca de la mitad de los 156 ingenios azucareros que tiene la isla, que durante la mayor parte del siglo XX fueron la fuente número uno de ingresos en Cuba. Esta industria —con su rito anual de corte de las cañas de azúcar— siempre fue un ícono en los intentos de Castro para construir una próspera economía socialista.
Cuba sigue ocupando de todos modos el cuarto lugar entre los principales exportadores de azúcar del mundo. El año pasado exportó alrededor de 2,8 millones de toneladas métricas. Sus ganancias, sin embargo, bajaron marcadamente, lo que llevó al gobierno a centrarse más en los cítricos, el tabaco y el ganado. Con más de 500 mil trabajadores vinculados a la industria azucarera en esta isla de 11 millones de habitantes, una gran cantidad de gente se ve obligada a abandonar empleos en los que algunas familias estuvieron durante generaciones enteras.
La desaparición de la era del azúcar no es simplemente la pérdida de una industria. Es también la muerte de un símbolo de Cuba. Es como si Hollywood perdiera sus películas. "El azúcar es sinónimo de Cuba", indicó José Antonio Quintana García, un historiador de la localidad de Patria. "Es parte de nuestra alma. Es lo que nosotros somos".
En Cuba, por lo menos un quinto de las tierras están abocadas a la producción de azúcar. El azúcar cubano es el principal ingrediente de otro producto básico de este país, el ron, y tanto las plantaciones de azúcar como los ingenios y sus trabajadores son protagonistas obligados de la literatura y arte cubanos. Los cortadores de caña traídos hace tiempo de Jamaica, Haití y otros países contribuyeron también a la mezcla de razas que existe en la isla.
Castro apeló al azúcar, incluso, para pagar su revolución. En 1959, cuando lideró el derrocamiento de Fulgencio Batista, se apropió de todos los ingenios azucareros que estaban en manos de dueños extranjeros. Muchos de ellos eran estadounidenses, incluido el dueño del ingenio de Patria. Bajo el nuevo gobierno socialista, el nombre del ingenio fue modificado. En lugar de Patria, pasó a llamarse "Patria o muerte", un grito en favor de la revolución que todavía se lee en los afiches de la isla.
El Che Guevara, que sigue siendo uno de los símbolos revolucionarios más poderosos de Latinoamérica, llegó a Cuba en 1956. En una muestra de solidaridad con los trabajadores, Guevara cortó caña y ayudó a cargarla hasta el ingenio.
Para muchos trabajadores, según dijo Eliezer García, representante del Ministerio del Azúcar, el futuro ahora no está en el azúcar sino en otras cosechas, como las naranjas y los mangos. García explicó que los motivos son complejos pero que el principal es que el precio del azúcar cayó mucho en el mercado mundial. Un saco de azúcar de medio kilo vale hoy cerca de cinco centavos de dólar. Quince años atrás, valía más de tres veces más.
Cuba no es el único país con problemas. México, Uruguay, Haití y otros países que no son lo suficientemente ricos como para apuntalar a los productores de azúcar también se ven afectados.
A principios del siglo XX, Cuba era el mayor productor de azúcar del mundo. Su suelo es especialmente apto para la caña, que se planta aquí durante todo el año. Pero a principios de este siglo XXI, la competencia se hizo feroz. Son más de 100 los países que producen azúcar. Y muchos lo hacen de forma más eficiente que Cuba, que tiene una economía socialista rica en eslóganes pero pobre en productividad.
La oferta mundial de azúcar aumentó y su precio bajó. Esas cosechas que alguna vez le hicieron ganar a Cuba miles de millones de dólares ahora le aportan sólo una parte de aquella cantidad. En los 90, el turismo comenzó a superar al azúcar como industria más importante de la isla. Ahora, el turismo aporta cerca de 2.000 millones de dólares anuales, cuatro veces más de lo que produce la industria del azúcar.
En la provincia de Ciego de Avila, una de las principales zonas agrícolas de Cuba, ya cerraron tres de los nueve ingenios azucareros. El gobierno informó que los trabajadores serán enviados a escuelas para ser capacitados y realizar otras tareas.
"Ningún trabajador será abandonado", dijo García. Pero algunos economistas no están tan seguros. Dudan de que Cuba pueda encontrarles empleo a estos trabajadores, al menos, en lo inmediato.
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