Cinco personas, incluyendo cuatro miembros de una misma familia,
fueron asesinadas por desconocidos en un pequeño caserío, sin que aún se
revelen los motivos del crimen, aseguraron ayer familiares de una de las
víctimas.
Las personas murieron, presumiblemente todas degolladas, en la
madrugada del jueves pasado en la pequeña finca La Rosa, a las afueras de
Artemisa, a unos 50 kilómetros al oeste de La Habana
''Parece que entraron a robar ... La gente [en Artemisa] se siente
consternada'' por el crimen, dijo Camilo Martín, primo de Osmel Martín,
una de las víctimas.
Miles de personas asistieron ayer al entierro de Martín, que era un
miembro de la logia masónica de Artemisa y el custodio de la finca.
''Había hombres llorando y besando su féretro. Era un hombre tan bueno
y todos lo conocían'', dijo su desconsolada madre, Felicia Martín, en su
casa en un batey de Las Cañas.
La madre dijo que el custodio alcanzó a dispararle a los desconocidos,
hiriendo uno de ellos, ya que un auto de la finca robado por los asesinos
fue encontrado el viernes con manchas de sangre en su interior.
Martín fue alcanzado por una bala en la cabeza y luego degollado, al
igual que el dueño de la finca, Félix Chacón, su hija Onelia Chacón, su
yerno José Félix Viña Capote y su nieta Ubilizet Chacón, de 22 años,
dijeron familiares.
Las autoridades no han informado o revelado detalles sobre el suceso,
mientras unidades de la policía nacional y del Ministerio del Interior se
mantenían en la finca.
Un oficial de ese ministerio pidió a los periodistas apostados a la
entrada de la finca abandonar el lugar, asegurando que adelantaban una
investigación sobre el inusual crimen múltiple.
En diciembre pasado, cinco personas, entre ellas un niño de ocho años y
un matrimonio de Miami que visitaba Cuba, fueron asesinadas a balazos en
su vehículo durante un aparente intento de robo en una carretera del
centro de la
isla.