América Latina cuenta ya con unos 221 millones de pobres y la cifra
seguirá aumentando en los próximos años, bajo los efectos de las crisis que en
mayor o menor grado sufren sus países, advirtió el informe sobre el panorama
social de la región difundido ayer por la Comisión Económica para América Latina
(Cepal).
Unos 214 millones de personas, equivalentes al 43 por ciento del total de la
población latinoamericana, vivían en la pobreza en el 2001 y otros siete
millones se sumarán este año, elevando el porcentaje a 44 por ciento, precisó el
documento.
Entre 1990 y el 2001, el número se incrementó en 10 millones y por ello es
altamente improbable que se alcance la meta de la llamada Declaración del
Milenio de la ONU, que anticipaba una reducción media de 50 por ciento del
flagelo hacia el 2015.
El peor nivel es el de Argentina y también anotan deterioros importantes
Venezuela, Paraguay y Uruguay, según la estimación del organismo, que tiene su
sede en Santiago.
''Argentina, cuya crisis económica es muy fuerte, pesa muchísimo en el
aumento de la pobreza'' regional, dijo el secretario ejecutivo de Cepal, el
colombiano José Antonio Ocampo. El producto interno argentino decrecerá más de
10 por ciento este año, arrastrado por el derrumbe de su economía en el 2001,
según la previsión de su propio gobierno.
Hasta 1997, numerosos países del continente lograron importantes reducciones
de la pobreza, aunque con altibajos, pero los progresos quedaron anulados por
los retrocesos desde el 2000, dijo Cepal.
Seis de los siete millones de pobres que se sumarán en el 2002 tienen la
calidad de indigentes, es decir, son incapaces de solventar la canasta mínima de
alimentos.
Desde el 2000, cuando los pobres estimados sumaban 206.7 millones de
personas, ''el desempeño regional ha sido inferior al deseable, con tasas de
crecimiento del producto per cápita muy bajas y hasta negativas'', señaló
Ocampo.
Cepal prevé que la retracción económica de este año será de 0.8 por
ciento.
La estadística de Cepal consigna que entre 1997 y el 2001 la pobreza
disminuyó únicamente en cinco países: México, República Dominicana, El Salvador,
Panamá y Chile.
El fenómeno permaneció prácticamente estancado en Bolivia, Costa Rica,
Honduras y Venezuela y aumentó en Brasil (levemente), Uruguay, Ecuador,
Colombia, Argentina y Paraguay, fuertemente en estos últimos dos países.
Según los cálculos de Cepal, para alcanzar la reducción de la pobreza a la
mitad en el 2015, el producto debería crecer en una media anual de 2.7 por
ciento.