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General: anarco-socialismo
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De: OmarComas1  (Mensagem original) Enviado: 27/02/2004 23:45

BASES
IDEOLOGICAS DEL ANARQUISMO SOCIAL,
ORGANIZADOR Y
REVOLUCIONARIO

El Congreso Internacional de Federaciones Anarquistas, confirmando la
posición histórica del movimiento anarquista organizado, tomada en la
Conferencia de Saint-Imier, y las resoluciones del Congreso de Carrara de 1968,
tomando en consideración las aportaciones de las Federaciones y de los grupos
anarquistas adherentes a la I.F.A., considera, después del estudio sobre las
bases ideológicas, tácticas y de organización establecidas por nuestros teóricos
(Bakunin, Kropotkin, Malatesta, Rocker y otros) históricamente confirmadas por
las experiencias de las luchas sociales y revolucionarias de los pueblos y los
trabajadores, particularmente por la Comuna de París, la Revolución rusa y la
Revolución española, son valederas y de actualidad.
Estos principios son los
siguientes:
- Negación de toda autoridad y de toda clase de poder.
-
Negación de la jerarquía.
- Negación de las leyes jurídicas.
- Libertad,
igualdad, solidaridad, justicia social, pacto libre, libre iniciativa, ateísmo,
antimilitarismo, internacionalismo, descentralización, autonomía, federalismo,
autogestión y comunismo libertario.
La negación de la autoridad y de toda
clase de poder es el principio esencial y el signo distintivo del anarquismo y
del movimiento anarquista. Los otros principios libertarios resultan de esta
negación de la autoridad y del poder.
El poder asume tres formas distintas en
la sociedad actual:
- Poder económico representado por la propiedad y por el
capital.
- Poder político expresado por el Estado, los partidos políticos y
los grupos de presión.
- Poder espiritual y moral ejercido por las religiones
y las iglesias, igualmente por todos los organismos e instrumentos de
información, de educación, de instrucción, de orientación y de dominación
espiritual, cultural y moral.
El poder, toda clase de poder, se traduce por
la explotación del hombre por el hombre y por la opresión del hombre por el
hombre, opresión y dominación material, espiritual, moral y también física.
Estas tres formas de poder están orgánicamente ligadas entre si y a los
privilegios que condicionan su existencia y de los que, a su vez,
derivan.
Por esta razón la posición social y revolucionaria del anarquismo se
expresa por la lucha irreductible contra todo privilegio, para la igualdad,
asegurada por la posesión social de las riquezas naturales, de los medios de
producción, de transporte, de intercambio y de reparto de los productos frutos
del trabajo colectivo, por la autogestión de la vida social, política, económica
y cultural.
La libertad, condición imprescindible para el funcionamiento
normal de todo organismo social y sano; la solidaridad garantizando la fuerza
por la unión y la justicia social: principios únicos de una verdadera moral,
determinan la estructura realmente viable de la futura sociedad libre.
Los
principios del anarquismo no sufren cambio alguno, afirman la incompatibilidad
del anarquismo con el marxismo, ya sea éste dogmático o no, ya que no cuestiona
la cadena lógica del pensamiento que, partiendo de la teoría conduce a la
practica o al reconocimiento del poder estatal, así como todas las teorías
autoritarias representadas bajo una forma liberal, estos principios básicos del
anarquismo reafirmados, reconocemos la posibilidad de efectuar un nuevo análisis
anarquista, siguiendo las condiciones socio-económicas contemporáneas.
Este
análisis, concebido como crítica anarquista y no como crítica al anarquismo,
puede enmarcarse en el cuadro siguiente no limitativo: análisis diferente del
siglo XIX, estimando la función actual del Estado, de la composición y de las
relaciones entre las clases, de la evolución de la ciencia y de su
vulgarización, la función de esta última en el refuerzo de la alienación, de la
utilización de medios de comunicación de masas por el Estado y los partidos
políticos, de formas alternativas tendentes a transformar la vida
cotidiana.
La realización, la edificación y funcionamiento armonioso de esta
sociedad, no puede ser sino la obra de los hombres directamente interesados, es
decir de los individuos que por su situación social o por motivaciones de
carácter ideológico, son solidarios con la clase trabajadora.
A la hora de
escoger los medios de realización de las aspiraciones a la emancipación total
del hombre, el anarquismo social rechaza el parlamentarismo y el reformismo. La
emancipación social no podrá ser alcanzada mas que por la acción directa
sostenida que conduce a la revolución social, es decir la transformación radical
de la sociedad y de todas sus estructuras.
La espontaneidad revolucionaria es
un fenómeno natural y necesario, pero una de las condiciones esenciales para la
realización de la meta final es la existencia de organización revolucionaria
antes y durante la revolución.
Esta necesidad exige la organización de
fuerzas ideológicas, la creación de grupos libertarios, territorialmente
federados, nacional e internacionalmente, de igual forma que la organización de
los trabajadores por ellos mismos, en la empresa, el taller, por profesiones y
ramos de producción, así como territorialmente a todos los niveles.


(Carrara, 1978)





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