"Abril 7, 2004 

Tras Rajoy y Zapatero, el ser humano más interesado en las elecciones españolas fue Fidel Castro. Se hacía informar minuto a minuto de los resultados electorales. Cuando supo que habían ganado los socialistas tuvo una explosión de alegría casi adolescente.

¿Por qué esa inmensa felicidad? En primer término, por su intenso odio personal a Aznar. Pero también porque se propone inducir un cambio radical en la política exterior española hacia Cuba. Espera que el Ministerio de Exteriores, que en 1996 forjó una política común europea frente a su dictadura, se dedique ahora a desmontarla. Aspira a que España reanude una generosa política de créditos, empréstitos y dádivas que cifra en cientos de millones de euros. Incluso sueña -y para ello desarrolla una audaz estrategia- reclutar al nuevo Gobierno español como valedor del régimen chavista ante la UE y contra Washington. 

 

¿Cómo va a lograr estos objetivos? Naturalmente, con la ayuda de los amigos, peones y agentes de influencia que sus servicios de inteligencia han ido contratando o persuadiendo durante décadas de un trabajo inteligente y sistemático que se lleva a cabo por medio de las embajadas, del «Instituto de Amistad con los pueblos» -un brazo astuto y pletórico de recursos económicos de la Seguridad del Estado-, más el concurso de personas y empresarios que tienen intereses materiales en servir al Comandante. 

 

La primera de las operaciones de presión procastrista contra el todavía nonato Gobierno de Zapatero ya acaba de ocurrir y, paradójicamente, proviene de las filas del propio PSOE. En Bruselas, convocado por el eurodiputado socialista Miguel Ángel Martínez, con el pretexto de la presentación de un libro «inspirado» por la Policía política cubana contra los disidentes de la oposición, luego redactado por cuatro periodistas del aparato, se anunció la exigencia al futuro Gobierno de que retire inmediatamente la demanda de cambios democráticos en Cuba como condición para recibir ayuda europea, fundamento moral en el que se basa la posición común de la UE. 

 

Es difícil creer que Moratinos, el futuro ministro de Relaciones Exteriores, comience su carrera alineándose imprudentemente junto a la dictadura de Castro, especialmente ahora, cuando todas las cancillerías de la UE han perdido cualquier vestigio de esperanza en la posible transición del régimen cubano hacia un tipo de gobierno democrático mientras el Comandante permanezca en el puente de mando. «El momento de cambiar la posición de la UE -me dijo un diplomático inglés que no quiere revelar su nombre- es cuando Castro muera y queramos alentar los cambios». 

Tiene razón." 

 

Hay mucho que ganar si quedaba en el poder Zapatero, Fidel se beneficiaba tremendamente.

Fidel ha contribuido a que varios países de Centroamerica entren en problemas debido a discrepancias ideológicas y políticas, como el caso de COSTA RICA...

 

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