A filla do presidente de EEUU iniciou onte o Camiño en Sarria, partindo de Samos a primeira hora da mañá tras chegar en tren procedente de Madrid. Con dúas amigas norteamericanas calzou as súas botas e, enfundada na súa sudadeira azul celeste e co pelo recollido nunha trenza, como unha peregrina máis, iniciou o primeiro tramo que a levaría ó centro de Sarria. 

      Foi entón cando comezou a odisea de "os rapaces do Correo'', como xa somos coñecidos no Camiño os dous fotógrafos e os dous redactores que nos lanzamos á busca incansable da expedición. Queriamos o momento culminante, e encontrámolo. ¡Están a comer no hotel Alfonso IX! Que facemos, ¿Seguro que é ela?, ¿quererá falar?, ¿sairá correndo ó vernos? As olladas cómplices dos recepcionistas recitábannos a primicia a berros, o matrimonio sentado na mesa de ó lado comentaba que "é igualiña ó seu pai'', a máquina de tabaco convertíase en cómplice cuspindo paquetes cargados de tempo para mira de esguello, como quen non quere a cousa... 

      Non podiamos perder a oportunidade. Queriamos o que ninguén tiña, a proximidade, as palabras, as sensacións, as impresións sobre ese recuncho de España que a filla do home máis poderoso do mundo, George Bush, escolleu como punto de partida dunha viaxe que é moito máis que a culminación do tramo galego da Ruta Xacobea. É a senda que lle abrirá as portas da nosa cultura e que demostra a proxección internacional do Camiño. Precisamente co desexo que máis se repite desde Roncesvalles ata Santiago, "bo camiño'', despediámonos onte de Jenna Bush e das súas amigas na porta do hotel Alfonso IX, que foi tamén a nosa casa de acollida nesta intensa aventura xacobea. Sabían as tres mozas que o anhelado anonimato sería difícil, pese ós desvelos dos axentes de seguridade que as acompañaban. Pero a obstinación e o espertar desas neuronas adolescentes nas que repousaban aquelas eternas clases na academia de inglés deron os seus froitos e os nosos foron os seus primeiros minutos de volta ó Camiño. Non só accederon a conversar durante uns minutos connosco. Tamén puidemos percorrer con elas os primeiros pasos do tramo entre Sarria e Portomarín falando sobre a "marabillosa'' paisaxe. O xoves, Jenna Bush chegará a Santiago, onde xa ten reservado un céntrico restaurante.

      Fue entonces cuando comenzó la odisea de "los chicos del CORREO'', como ya somos conocidos en el Camino los dos fotógrafos y los dos redactores que nos lanzamos a la búsqueda incansable de la expedición. Queríamos el momento culminante, y lo encontramos. ¡Están comiendo en el hotel Alfonso IX! ¿Qué hacemos?, ¿Seguro que es ella?, ¿querrá hablar?, ¿saldrá corriendo al vernos? Las miradas cómplices de los recepcionistas nos recitaban la primicia a gritos, el matrimonio sentado en la mesa de al lado comentaba que "es clavadita a su padre'', la máquina de tabaco se convertía en cómplice escupiendo cajetillas cargadas de tiempo para mirarla de soslayo, como quién no quiere la cosa... No podíamos perder la oportunidad. Queríamos lo que nadie tenía, queríamos la proximidad, las palabras, las sensaciones, las impresiones sobre ese rincón de España que la hija del hombre más poderoso del mundo, George Bush, ha elegido como punto de partida de un viaje que es mucho más que la culminación del tramo gallego de la Ruta Jacobea. Es la senda que le abrirá las puertas de nuestra cultura y que demuestra la imparable proyección internacional del Camino. Precisamente con el deseo que más se repite desde Roncesvalles hasta Santiago, "buen camino'', nos despedíamos ayer de Jenna Bush y de sus amigas en la puerta del hotel Alfonso IX, que fue también nuestra casa de acogida en esta intensa aventura jacobea. 

      Sabían las tres jóvenes que el anhelado anonimato sería difícil, pese a los desvelos de los agentes de seguridad que las acompañaban. Pero la obstinación y el despertar de esas neuronas adolescentes en las que reposaban aquellas eternas clases en la academia de inglés dieron sus frutos y nuestros fueron sus primeros minutos de vuelta al Camino. No sólo accedieron a conversar durante unos minutos con nosotros. También pudimos recorrer con ellas los primeros pasos del tramo entre Sarria y Portomarín hablando sobre lo "maravilloso'' que es el paisaje. 

      Después llegaría la larga escalinata que anuncia el inicio de una dura travesía, el monasterio de los Mercedarios, el puente de Aspera, los descansos que devuelven el aliento a la sombra de los castaños, los bellísimos pero terribles repechos cuesta arriba... Una bucólica singladura a pie y mochila al hombro, margaritas en el pelo y cuatro periodistas sin resuello con algo que contar a sus nietos.

CRONOLOGÍA


8.00Jenna y sus dos amigas llegan a Sarria tras viajar en tren desde Madrid.

10.00Parten andando desde Samos, donde visitan el monasterio, rumbo a Sarria. Van acompañadas por tres escoltas, dos norteamericanos y uno español.

15.00Comen en la cafetería del hotel Alfonso IX, en Sarria, confundidas entre el resto de los clientes.

15.30Al salir del hotel ofrecen sus primeras palabras a EL CORREO GALLEGO.

16.00Reanudan su primera jornada de peregrinación desde el acceso al Camino desde el centro de Sarria en dirección a Portomarín