Entre 1921 y 1927, el Ejército colonial español bombardeó de manera sistemática los poblados de la comarca marroquí del Rif para acabar con la rebelión independentista dirigida por Abdelkrim El Khattabi. Y en los bombardeos empleó armas químicas como el fosgeno, la cloropicrina, el difosgeno y el ’gas mostaza’. La denuncia está avalada por el trabajo de historiadores como los españoles Rosa María de Madariaga, Ángel Viñas y Juan Pando, y los europeos Sebastian Balfour y Jean Marc Delaunay, entre otros. Guerrilleros marroquies El Rif es una región del norte de Marruecos de cultura y de lengua bereberes, rebelde e históricamente hostil a la monarquía alauí, pero también a la presencia española en la época colonial. En 1924, las autoridades españolas abrieron dos fábricas de armas químicas, una cerca de Madrid y otra en Melilla, y contaron con el asesoramiento de expertos alemanes y franceses para su elaboración y empleo. Según los historiadores, España llegó a fabricar 470 toneladas de gases tóxicos y utilizó 530 aviones de construcción francesa, alemana y danesa, pilotados en muchos casos por mercenarios europeos y estadounidenses, para bombardear el Rif. En virtud del Tratado de Versalles de 1919, los aliados vencedores de la I Guerra Mundial prohibieron a la Alemania vencida la fabricación de armas químicas; el Protocolo de Ginebra de 1925 hizo extensiva esa prohibición a todos los países. Pese a esas normas, los historiadores Rosa María de Madariaga y Carlos Lázaro Ávila establecen en un estudio conjunto que España utilizó masivamente gases tóxicos durante la guerra del Rif y Francia lo hizo en el año 1925 en los alrededores de Fez, una ciudad situada en la zona bajo su control colonial. Bombardeos silenciados Los bombardeos españoles fueron silenciados, pero algunos observadores de la aviación militar, como Pedro Tonda Bueno en su autobiografía ’La vida y yo’, publicada en 1974, se refiere al lanzamiento de gases tóxicos desde aviones y el consecuente envenenamiento de los manantiales rifeños. Por su parte, Ignacio Hidalgo de Cisneros, en su obra autobiográfica ’Cambio de rumbo’, revela cómo fue protagonista de varios bombardeos con gases tóxicos. Años después, en 1990, dos periodistas e investigadores extranjeros, los alemanes Rudibert Kunz y Rolf Dieter Müller, en su obra ’Gas venenoso contra Abdelkrim. Alemania, España y la guerra del gas en el Marruecos español (1922-1927)’, aportaron pruebas de lo que había ocurrido en la región rebelde. El historiador británico Sebastian Balfour, de la London School of Economics, en su libro ’Abrazo mortal’ (Editorial Penínusla), confirma el empleo masivo de armas químicas en tierras rifeñas. Balfour, que ha estudiado numerosos archivos españoles, franceses y británicos, sostiene que la estrategia de los militares coloniales españoles se basaba en escoger zonas muy pobladas del Rif para lanzar bombas tóxicas. Así lo confirma, por ejemplo, un oficial británico, H. Pughe Lloyd, en un despacho enviado al ministro de la Guerra de su país en 1926. España, que contó con la colaboración activa de Francia durante la guerra contra los rebeldes rifeños -un conflicto que provocó la muerte de 20.000 soldados españoles- jamás ha reconocido oficialmente los hechos. Los historiadores franquistas silenciaron el asunto y las autoridades marroquíes no han demostrado el menor interés por esclarecer los hechos. Tiene su lógica teniendo en cuenta que el régimen marroquí utilizó también masivamente armas químicas contra la rebelión rifeña entre 1956 y 1958, una vez alcanzada la independencia. Hassan II, que dirigió personalmente la represión cuando aún era príncipe heredero, jamás viajó al Rif durante su largo reinado y mantuvo a este territorio en un estado de marginación económica y social. Consecuencias La utilización de armas químicas ha provocado consecuencias catastróficas para la salud de la población rifeña, que padece infecciones y mutaciones genéticas que provocan cánceres, además de disfunciones psíquicas como la depresión, la angustia y el pánico. Así lo han establecido en sus investigaciones científicos extranjeros y marroquíes como el psicólogo y criminólogo Ahmed Hamdaoui. El propio Instituto Oncológico de Rabat está estudiando las razones por las cuales el cáncer es una causa de mortandad más frecuente en el Rif que en el resto de Marruecos. Algunos expertos consideran que este hecho es una consecuencia directa de la utilización de armas químicas. Así lo afirma el historiador Sebastian Balfour. El investigador y médico de Tánger Abdelouaed Tedmouri explica que, a partir de una serie de estudios comparativos y «constataciones clínicas» que ha llevado a cabo, está en condiciones de afirmar que «la mitad de los cánceres que se detectan en Marruecos, el 50%, son en el Rif, y esto ya debe ser sujeto de preocupación». Tedmouri compara los índices de esta enfermedad en el Rif con otras regiones mediterráneas de Europa como Andalucía y el sur de Francia, que tienen un clima, una alimentación y un modo de vida bastantes parecidos. Llega a la conclusión de que «mientras en el caso español o francés la diferencia con las demás regiones es mínima, en el caso rifeño es abismal si se compara con el resto de Marruecos». A su juicio, «hay causas externas que provocan un mayor índice de cánceres en el Rif, y son las consecuencias de la guerra química de los años 20». Los testimonios de rifeños que han perdido parientes por causa del cáncer son muy numerosos. Ilyas El Omari, presidente de la Asociación de Defensa de las Víctimas de los Gases Tóxicos en el Rif, afirma que su padre murió de cáncer a los 45 años, pero también su abuelo y varios de sus tíos. Las víctimas reclaman una compensación Movimientos sociales bereberes del Rif, defensores de los derechos humanos e investigadores marroquíes y extranjeros se han movilizado en los últimos días para denunciar el «uso sistemático» de armas químicas por el Ejército colonial español durante la guerra colonial. Piden a España que articule medidas de reparación moral y material por los daños causados a la población y no descartan dirigirse al propio rey Juan Carlos I. Sectores importantes de la población rifeña creen que «España tiene que dar un paso y reconocer públicamente que cometió crímenes contra la humanidad en el Rif», en palabras del periodista, antropólogo y activista cultural rifeño Rachid Raha. «No pedimos venganza, pero pensamos que España debe asumir lo que ocurrió en el Rif», apunta el psicólogo Ahmed Hamdaoui. Centenares de personas se reunieron el pasado fin de semana en la Cámara de Comercio de Nador para debatir sobre la guerra del Rif. El coloquio, que la policía intentó prohibir, fue organizado por la revista ’Le Monde Amazigh’ y reunió a numerosas personalidades. La estrategia que piensan seguir los colectivos sociales es utilizar el acuerdo amistoso entre España y Marruecos y denunciar a Madrid y París y a las empresas que fabricaban y vendían los gases tóxicos. Ministro de Defensa Trillo dice que le hubiera gustado tomar Perejil ocho años antes Más Información: Andalucía Libre nº 116 - Ceuta y Melilla; El desastre de Annual; Er Rif (castellano y frances); Españoles usaron gas toxico en Marruecos; AbdelKrim El Jatabi; |