BUSH, REELEGIDO
Diecisiete buenas razones para no abrirse las venas
Michael Moore
24/11/04, 23.45 horas
OK, es tremendo. Es realmente tremendo. Pero antes de darnos por vencidos, miremos las cosas por el lado bueno, según la receta de los Monty Phyton (La vida de Brian).
A pesar de todo, hay buenas noticias en los resultados de la elección de George W. Bush, el pasado 2 de noviembre. Estas son 17 buenas razones para no abrirse las venas:
1) Esta es la última vez que repite George W. Bush: ya no puede volver a presentarse a las elecciones presidenciales.
2) La victoria de Bush ha sido la más ajustada de un presidente saliente desde Woodrow Wilson en 1916.
3) El único grupo demográfico que votó mayoritariamente por el demócrata John Kerry son los jóvenes adultos (Kerry: 54%, Bush, 44%), lo que prueba, una vez más, que tus padres siempre se equivocan y que no deberías escucharlos jamás.
4) A pesar de la victoria de George W. Bush, la mayoría de los estadounidenses sigue pensando que el país camina en una dirección equivocada (56%); que no vale la pena seguir haciendo la guerra (51%); y no aprueba el trabajo que hace el reelegido presidente (52%). Qué alivio.
5) Los republicanos no tendrán una mayoría de 60 escaños en el Senado para hacer lo que les venga en gana. Y si los demócratas hacen bien su trabajo, Bush no podrá llenar la Corte Suprema de ideólogos de la derecha. ¿Dije «si los demócratas hacen bien su trabajo»? Humm, quizás sea mejor olvidar esto.
6) ¡Michigan votó por Kerry! Como todo el nordeste, es decir, la cuna de nuestra democracia. Asi como seis de los ocho Estados de la región de los Grandes Lagos. Y toda la Costa Oeste, también.Más Hawai.
OK, no está nada mal para empezar. Controlamos casi toda el agua potable, todo Broadway, y el Monte St Helens. Tenemos el poder de deshidratarlos o de enterrarlos en lava. Y así se terminaría la comedia.
7) Una vez más, se nos recuerda que el Buckeye (símbolo de Ohio), es una variedad de nuez. Pero no de cualquier nuez, sino una nuez venenosa. Una gran nación ha sido derrumbada por una nuez venenosa. Hagamos que Ohio pague el pato en el partido de fútbol que le enfrenta a Michigan.
8) El 88% del apoyo a Bush procede de los electores blancos.Dentro de 50 años, América ya no tendrá mayoría blanca. Si tienes 10 años y lees esto, los mejores años de tu vida serán espléndidos y, cuando seas mayor, se ocuparán bien de ti.
9) Los homosexuales, gracias al escrutinio del 2-N, no podrán casarse en 11 nuevos Estados. ¡Alabado sea Dios! Piensen en todos los regalos de bodas que no tendremos que comprar.
10) Cinco afroamericanos más han sido elegidos como miembros del Congreso, entre ellos el joven y prometedor Barack Obama, en Illinois, y Cynthia McKinney, en Georgia, que vuelve otra vez. Siempre es bueno tener a negros que luchan por nosotros y que hacen el trabajo que nuestros candidatos no pueden hacer.
11) El jefe de Coors (cervecero americano) ha sido batido en la lucha por el escaño de senador de Colorado. ¡Salud!
12) Admítanlo: nos gustan las gemelas Bush, Barbara y Jenna, y no queremos que se vayan.
13) Los demócratas ganaron al menos en tres Estados. Antes de las elecciones, de las 98 cámaras legislativas locales controladas por los partidos políticos (asambleas y senados), los demócratas tenían 44 y los republicanos 53, y en una estaban empatados.
Después de estas elecciones, los demócratas controlan 47 cámaras, los republicanos 49, en una están empatados y otra (la de Montana) todavía no se ha decidido.
14) Bush se va a convertir en el blanco de todos los ataques como presidente. Esta habrá sido su única semana de gloria. A partir de ahora, le van a llover las tortas y, además, se va a negar a hacer el trabajo duro y sucio que se espera que haga.
O quizá considere los cuatro próximos años como un viernes permanente, pasando todavía más tiempo en su rancho de Kennebunkport. ¿Y por qué no iba a hacerlo? Ya ha conseguido su objetivo: vengarse de su padre y darnos una patada en el culo.
15) Si Bush, por el contrario, decidiese ponerse a trabajar y conducir a este país por un camino sombrío, terminaría en uno de estos dos escenarios:
a) Ahora que ya no necesita halagar a los conservadores cristianos, alguien podría susurrarle que utilizase sus cuatro últimos años para edificarse una buena imagen, de tal forma que la Historia sea más clemente con él;
o b) Si opta por seguir siendo fiero y arrogante -y por consiguiente, imprudente-, cometerá un error tan enorme que hasta su propio partido tendrá que echarle de su puesto.
16) Hay cerca de 300 millones de americanos, de los que 200 están en edad de votar. ¡Sólo perdimos por 3,5 millones! No es una paliza. Casi lo conseguimos.
Imaginen una derrota por 20 millones de votos. ¿Si estuviese usted a 58 yardas de la portería y hubiese recorrido a toda velocidad 55 yardas, se detendría a tres yardas de la portería para coger el balón y volver a casa llorando, especialmente cuando su siguiente intento comenzará ahí, a tres yardas escasas de la portería contraria? ¡Claro que no! ¡Animo!
17) Por último, lo más importante. Más de 55 millones de americanos votaron por el candidato calificado de «liberal número uno en el Senado». Es más de la totalidad de votos que consiguieron Reagan, Bush padre, Clinton o Gore. Lo repito: votó más gente por Kerry que por Reagan en su época.
Si los medios de comunicación buscan una tendencia, tendría que ser la siguiente: por primera vez después de Kennedy, nunca tantos estadounidenses votaron a favor de un liberal convencido. El país siempre ha estado repleto de evangélicos, como todo el mundo sabe. Lo novedoso, en cambio, es que tanta gente haya optado por un liberal de Massachusetts. En realidad, ésta es la gran noticia.
Eso significa también que no esperen que los medios de comunicación dominantes, los mismos que les trajeron la Guerra de Irak, les cuenten jamás la verdad sobre el 2 de noviembre de 2004. De hecho, es mejor que se abstengan de hacerlo. Necesitamos el efecto sorpresa para 2008.
¿Ya se sienten mejor? Espero que sí. Como me escribía mi amigo Mort, ayer: «Mi abuelo rumano siempre me decía: ’Recuerda, Morton, que éste es un país tan formidable que no necesita presidente’».Pero nos necesita a nosotros. Descansen ahora. Mañana volveré a escribirles. Siempre suyo.