Manifiesto PCE 8 de Marzo de 2005
Secretaría de la Mujer del PCE / mar 05
Existen todavía demasiados espacios en los que estamos excluidas las mujeres, sobre todo los relacionados con el poder, con la autoridad, con la influencia, con la toma de decisiones, con la gestión de los recursos económicos. Todos esos espacios son masculinos y están pensados y gestionados en masculino. El patriarcado sigue imponiendo sus normas y consagrando su hegemonía sobre las mujeres.
La democracia está deslegitimada porque la igualdad real sigue siendo una aspiración. La ciudadanía está impregnada de muchos obstáculos, a veces invisibles, para las mujeres. La aprobación de leyes que persigan erradicar los problemas de género es positivo, pero ha de hacerse con la participación de las mujeres y garantizando su cumplimiento efectivo.
La igualdad real es una conquista que todavía tenemos que hacer en la mayoría de los casos: ni siquiera el desarrollo económico, el acceso de las mujeres a la educación y su mayor presencia en el mundo profesional son elementos suficientes para vencer las enormes trabas que hoy por hoy nos encontramos en el camino hacia la igualdad.
Nos encontramos que las diferencias entre hombres y mujeres en nuestro entorno se manifiestan en multitud de espacios: las tasas de paro femenino son mayores o mucho mayores que las del masculino, el reparto real de las tareas familiares es, generalmente, inexistente, transformándose en las dobles y triples jornadas de las mujeres, la violencia de género aumenta día a día.
En el llamado tercer mundo la situación de la mujer sigue siendo penosa, realizando el 90% del trabajo agrícola sin salario ninguno, siendo pieza de caza en las guerras, violadas y despreciadas luego por su propio entorno, y en lo más próximo, nos han bombardeado con la aceptación de una “Constitución Europea”, en la que los derechos básicos de las mujeres no están reconocidos: trabajo, recursos económicos, divorcio, aborto, y basada en un modelo social con las siguientes características:
1. Implantación de políticas dirigidas a eliminar el Estado del Bienestar en los países de la Unión dónde está más desarrollado, e impedir que se desarrolle en los más atrasados.
2. Un modelo social mayoritariamente sexista, que atribuye unos roles a las mujeres que nos reducen al ámbito privado
3. Una Europa dónde los estereotipos de mujer que se suelen transmitir en los medios de comunicación, la educación reglada, etc. dificultan en buena medida una percepción social de las mujeres adecuada a la realidad de igualdad que perseguimos.
4. El principio de laicidad queda también excluido del marco jurídico europeo, manteniendo el poder unas iglesias que justifican fervorosamente el patriarcado más rancio.
5. Alejamiento del pleno empleo, fundamentalmente del femenino, si entendemos que éste exige puestos de trabajo estables y de calidad.
Y en este panorama, ¿qué hacer? La Secretaría de la Mujer del PCE apuesta por unas reivindicaciones concretas basadas en el desarrollo del Estado del Bienestar, la articulación de medidas que favorezcan el acceso al Mercado Laboral de las mujeres, con mención expresa a las mujeres inmigrantes y favorecer una mayor participación de las mujeres tanto en el ámbito político, como en el social: paridad por ley. Avancemos en este camino.
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