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De: Luchador Social  (Mensagem original) Enviado: 10/03/2005 13:10
De: Joven Bolivariano Enviado: 09/03/2005 8:06
 
Eso que dice la carta, lo sentimos todos los venezolanos, tengo otra de Lucy Gómez:
Jennifer Mc Coy llegó a revisar en Caracas los resultados de su versión de la política de paz en nuestros tiempos, al precio que sea, que es uno de los objetivos de la organización que representa. Ella es un Chamberlain (1) con faldas, porque cree a pie juntillas, como el primer ministro inglés anterior a Winston Churchill, que con el apaciguamiento de los demonios se evitan las guerras, así sean mundiales.
 
Como los venezolanos tenemos nuestra propia versión sobre la clase de paz que existe en Venezuela y a quién beneficia este similicuire de paz, su visita es por lo menos polémica. Exacerbó las iras de los venezolanos de oposición que se creen estafados gracias a la ayuda del Centro Carter al gobierno en el referendo revocatorio y   alegró a los chavistas, que vieron con no disimulada alegría, como una norteamericana, académica y representante de una ONG respetada, se retrató sonriente al lado de todos sus líderes y altos funcionarios, dándole un espaldarazo al “proceso”.

Me parece que ella actúa con la misma frialdad de un entomólogo frente a una mariposa que va a clavar en un álbum. Le encantan los colores, el aleteo, las antenitas, pero igual la clava porque hay que saber como funciona. Mc Coy nos estudia,  para ver frente a frente como fue que nos  modificó en un año,  la inmensa tolerancia, complacencia y complicidad de la organización que representa  hacia nuestro “sistema de poder dominante”, donde se intimida al poder judicial, se monta un show con las elecciones para ganarse la aprobación de la comunidad internacional, inclinando el campo de juego electoral a su propio favor para asegurar la victoria, utilizando aquí las mismas  palabras que usa en sus análisis,  redactados  un año antes del revocatorio (2).

Es notorio por su actitud, que justifica la existencia de este tipo de regímenes, que no son para ella ni democracias ni dictaduras, siempre que en el continente se garantice un equilibrio social, que es precisamente lo que chequea. Está certificando que la oposición se cala persecuciones policiales y laborales, que hay una juventud venezolana en el exilio político y económico, que como ella misma dice se ha intensificado la confrontación, pero que todo está en los límites tolerables, porque aún no nos hemos caído a tiros.

Es decir, lo que convalidó su organización en el revocatorio, aunque fueron violaciones a normas éticas y legales, intolerables en las sociedades democráticas tradicionales, se permite y justifica que funcione aquí por “nuestro bien”.

Igual que César Gaviria, el  ex secretario general de la OEA, que dijo una cosa en Caracas, donde saludó y confirmó  la victoria del chavismo y otra antes de entregar el cargo, admitiendo que en otra democracia, esas elecciones habrían sido anuladas por fraudulentas.

La lección que podemos sacar para no seguirnos quejando inúltimente, es que para el caso Venezuela   funciona una razón de estado de quiénes en un momento dado tienen poder sobre nuestros destinos.  Por más que Jimmy Carter, Jennifer Mc Coy, César Gaviria, Condolezza Rice o Hugo Chávez nos digan que se están rigiendo por determinados principios legales e históricos, democráticos o socialistas, al final de la historia trabajan en beneficio de sus propias ideas sobre lo que “conviene” en determinado momento. Y esos conceptos de democracia o socialismo, por más que nos los pinten de color rosa, pueden ser absolutamente contrapuestos a nuestros intereses como personas o como ciudadanos de esta nación.

Como   tema de estudio internacional, es inútil irritarnos porque estudiosos como Jennifer Mc Coy vengan a constatar como va el experimento, nos vean con interés y hasta simpatía igual que a las mariposas o a las arañas.

“Que raras, que bonitas, veamos como les sienta que les quiten un poco de aire... ¿seguirán viviendo? ¿Cuántos minutos duran si se los quitamos todo?

¿Morderán si se ven muy mal? ¿O morirán dulcemente?

No dejo de pensar que un experimento parecido llevado a cabo por ciertos alemanes, dio resultado, porque millones de personas murieron sin morder.

Lo único malo es que como exterminaron a la gran mayoría de   las ovejas judías, dejaron vivas solo a la versión guerrera de la especie, a la que algunos se tienen que calar ahora, ex ovejas armadas hasta los dientes, que entienden violentamente el tema de la supervivencia.

Hay un doble y triple lenguaje académico, político y militar, para que la gente corriente no sepa de que le están hablando y lo que planean hacer con ella.

Es lo que hace que Jennifer Mc Coy llame “sistema de poder dominante”, a lo mismo que un caraqueño de a pie, a quién le niegan trabajo, identificación y justicia porque firmó contra Chávez, llama dictadura.  Que lo que Eliécer Otaiza llama “estado general de sospecha” sea simplemente una ola de allanamientos. Que el Fiscal General hable de día festivo cuando no quiere pagarle un día a los empleados de la fiscalía, para diferenciarlo de lo que la ley   llama día feriado.

En fin, que el bien nuestro es no hacer olas, según Carter y Mc Coy y además, hacerles la caridad de no inquietarles la conciencia. Hay que ser buenitos, sonreírles y agradecerles, porque la idea es llevarnos a nosotros, pobres salvajes, poco a poco por el camino del bien, a costa de tolerar unas cuantas, pequeñas y tolerables ilegalidades y atropellos. ¡Cuan buenos son! ¡Que agradecidos debemos estar que nos tengan como tema de estudio y acción!


Respuesta
Recomendar Mensaje 3 de 3 en la discusión
De: Joven Bolivariano Enviado: 09/03/2005 8:14
 
Y otra de Antonio Sánchez:
 

Es cierto: no era competencia de Jimmy Carter, de Jennifer Mc Coy ni de Francisco Diez haber dicho basta cuando bajo la dirección de Rodríguez, Carrasquero y Battaglini se cometió el horrendo crimen de los mal llamados reparos y la oposición venezolana debió arrastrarse hasta la guillotina del CNE y ser descabezada el 15 de agosto. Ni muchísimo menos denunciar entonces el fraude, salir a la calle y reclamar una inmediata anulación del acto comicial más vergonzoso perpetrado en la historia de la república.

Si quienes debieron haberse negado de plano a convalidar el vía crucis del Referéndum Revocatorio y haber puesto sus vidas al servicio de la democracia no lo hicieron ¿por qué habría de pedírsele lo hicieran a quienes, sólo de paso en Venezuela, vinieron a servir de árbitros en un partido asimétrico, perverso y tramposo en el que consciente o inconscientemente terminarían sirviendo de cómplices de un monstruoso crimen de lesa patria?

Imagino incluso que si en esa humillante y vergonzosa reunión celebrada la madrugada del 16 de agosto en la Quinta La Unidad - en la que ningún líder opositor aceptó el urgente y grave requerimiento de denunciar de inmediato el fraude y llamar la gente a las calles - no se hubiera decidido acatar el crimen, tampoco Carter y Gaviria hubieran podido tomar la insólita decisión de legitimar un evento a todas luces irregular con la velocidad del rayo, legitimación internacional a partir de la cual el gobierno se vería facultado a precipitar la liquidación de todo vestigio de auténtica democracia en Venezuela. Y que anda exhibiendo por el mundo como prueba de pulcritud y respeto a la democracia, mientras la degüella con la más absoluta impunidad.

La culpa por esta tragedia que estamos viviendo es de nuestra absoluta y exclusiva responsabilidad. Y quienes deberán asumirla ante la historia no son principalmente los Sres. Carter, Mc Coy y Diez. Ni siquiera el entonces Secretario General de la OEA, César Gaviria. Deberá asumir dicha responsabilidad aquel liderazgo político venezolano que tiene la obligación de impedir la tragedia con sus vidas y no lo está haciendo. Y aquel liderazgo continental que, cómplice por acción u omisión,  cierra los ojos, calla y otorga. Sin embargo, lo que bordea la estética y la moral de lo real maravilloso es ver a quienes legitimaran el fraude pretendiendo hoy “reconciliar” a quienes lo cometieron con aquellos que fueran burlados. ¿Han llegado, por un toque de mágica varita a la percepción de que ni aquellos comicios debieron haber sido legitimados ni lo que hoy sucede en Venezuela merece algún crédito de buena conducta?

¿A qué ha venido realmente el Centro Carter una vez más a Venezuela? ¿A convalidar ahora el asalto al poder judicial, a la autonomía universitaria, a los medios de comunicación y la libertad de expresión? ¿A otorgarle un barniz de credibilidad a los asaltantes del CNE para que continúen llevando la batuta de este despojo sistemático, disfrazado de democracia mediante elecciones fraudulentas y a todas luces ilegítimas?

Estamos pendientes de la respuesta.                  

De: Joven Bolivariano  (Mensaje original) Enviado: 09/03/2005 8:17
PERSONA NON GRATA 
Si alguien tenía alguna duda acerca de las intenciones del inoportuno regreso de la Sra. Mc Coy a nuestro país, ella se ha encargado de aclararla en cuanto hizo su primera declaración. Sin que se le arrugue el semblante – que en eso de las máscaras los funcionarios del Centro Carter son expertos – ha dicho: “ha mejorado el clima político en Venezuela”.

Paga y se da su vuelto: el fraude más descomunal cometido en Venezuela, y pueda que en el continente entero, legitimado con la prontitud del rayo por su jefe, el ex presidente de los Estados Unidos Jimmy Carter, es legitimado ahora por segunda vez con una insólita, inoportuna y muy poco diplomática declaración, que resuma injerencia política en nuestros asuntos internos. ¿Mejora el clima político en un país que está viviendo el degüello de sus instituciones democráticas, el asalto al poder judicial, a la autonomía universitaria, a los medios de comunicación? ¡Vaya manera de mejorar el clima político: condenando a Tulio Álvarez, a Ibéyise Pacheco, a Patricia Poleo!

Paz de los cementerios: es lo que nos trajeron Usted y su Centro Carter. La misma que gusta de legitimar Jimmy Carter en las dictaduras del tercer mundo. No se llame a engaño: para los demócratas venezolanos, usted, Carter y Francisco Diez son persona non grata



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