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General: Los cuentos del viejo Antonio
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Reply  Message 1 of 7 on the subject 
From: gambito2010  (Original message) Sent: 25/07/2005 07:38

Hola a tod@s:

Saben ayer hubo en la Cd. De Tijuana una reunión del FZLN, para explicar y dar a entender lo que es la sexta declaración de la selva lacandona, claro y llevar las voces zapatistas a cada rincón de nuestra calle según dice el sub. Cuando me entero de esta reunión, a pesar de que yo no era un organizador de ella, empeze a correr la voz que al fin es la misma causa que llevo dentro de mi corazón hace ya algún tiempo. Claro un fiel corresponsal de la Cuba del gran papiyo, para poder traerles las impresiones sobre esto (claro todo esto, como lo que todos hacen aquí por nuestra propia cuenta y con nuestros propios medios).

EL día esperado llego, me pongo mi ropa usual para vestir (la mayoría diseñada por mí, mas bien modificada, espero poder patentarla antes para que después no tener que discutir el origen de ella con Oscar de la Renta) y me dirijo a la reunión. Al llegar comienzan a pasar un documental sobre el ezetaelene, donde el cronista de las imágenes es nada mas y nada menos que Marcos, después hacen un pequeño baile amenizado por percusiones donde aparece una zapatista bailando feliz de la vida, trabajando para ella y su familia, para ayudar a su comunidad, haciendo que ese pequeño granito de azúcar se junten con los demás de las familias, claro después de juntar esta nos damos cuenta del gran trabajo de la comunidad de protegernos y salir adelante, entonces al ver nuestra felicidad llega la ley nos alcanza el brazo libertador, y llega con una maleta llena de explotación, racismo, abandono y todas esas cosas a lo que le llaman libertad.

Esto a la mujer zapatista le produce un peso para caminar cada vez mas peor, dentro de su caminar, cada vez se va haciendo mas y mas débil, es cuando un gran pensamiento le viene en su cabeza, y decide quitarse todo ese peso y trata de luchar por si misma, que pasa que a lo lejos se mira un sombra, que cada vez se ve mas y mas cerca, su color verde intenta camuflajearse dentro de la selva, si es un soldado al que no le importa que sea un hermano a quien esta atacando, pero eso no lo es todo se vale de mañas para atacarla, por que sabe que las personas que caminan con la verdad no tienen miedo, por que en ellos esta la fuerza de la razón, entonces llega por atrás, la ataca por la espalda, ella logra girar y hacerle frente pero después de un largo luchar este logra derribarla y con la fuerza de las armas (que al parecer no conocen otra) la mata.

A continuación se sube una persona un señor trae consigo unas hojas blancas con texto y subrayadas con un marcador algunas partes de ella, cabe mencionar que no se presenta ni dice su nombre, la verdad no lo veo necesario por que aquí todos somos herman@s, somos iguales y tratamos de enseñar la palabra verdadera a nuestros herman@s, hace la lectura de la sexta declaración de la selva lacandona y explica en sus palabras las partes importantes sobre esta , claro nos invita a unirnos a esto y poco a poco salir bien en este caminar.

Cuando este señor termina su platica se inician los comentarios habituales después de una interpretación, algunos muy buenos otros muy malos, como en todo, pero ese es el proceso de aprender y enseñar. Al final acordamos seguir luchando por nuestra causa, hacer mas reuniones y ser voceros de la causa. Después les platicare con lujo de detalle los temas tratados en la juntas y como nosotros mismos vamos alzar nuestros brazos para que seamos escuchados.

A la salida había un librero con varios libros y mire uno que me llamo mucho la atención, este se llama, Los cuentos del viejo Antonio, anoche mismo leí muchos de estos cuentos y me quede serio por que me dijeron que este libro ya no era publicado y que lo cuidara mucho, entonces pensé lo desafortunados que eran mi compañeros de la comunidad por no tener la oportunidad de leerlo, fue cuando me di cuenta en que tenia que hacer algo para que ustedes pudieran leerlo, lejos de escanearlo y mandarles copias de mala calidad, la buena idea me llego y claro lo acepto es mucho mi trabajo pero con todo el gusto de mundo, lo voy a escribir aquí mismo en este mensaje para que todos puedan leerlo, lo voy hacer por cuentos y al final de que este termine nos vamos a llevar una gran sorpresa, no les prometo un cuento por día pero si uno o dos por semana hasta terminar el libro, este libro esta hecho en fragmentos de los documentos que escribió el Subcomandante Marcos haciendo referencia a las enseñazas del viejo Antonio he aquí pues el primer cuento con el que voy a empezar este pequeño pero importante relato.

En este país todos sueñan, ya llego la hora de despertar

Sueña Antonio con que la tierra que trabaja le pertenece, sueña que su sudor es pagado con justicia y verdad, sueña que hay escuela para curar la ignorancia y medicina para espantar la muerte, sueña que su casa se ilumina y su mesa se llena, sueña que su tierra es libre y que es razón de su gente gobernar y gobernarse, sueña que esta en paz consigo mismo y con el mundo. Sueña que debe luchar para tener ese suelo, sueña que debe haber muerto para que haya vida, sueña Antonio y despierta... ahora sabe que hacer y ve a su mujer en cuclillas atizar el fogón, oye a su hijo llorar, mira el sol saludando al oriente, y afila su machete mientras sonríe. Un viento se levanta y todo lo revuelve, el se levanta y camina a encontrarse con otros. Algo que le ha dicho que su deseo es deseo de muchos y va a buscarlos. Sueña el virrey con que su tierra se agita por el viento terrible que todo lo levanta, sueña con que lo que robo le es quitado, suela que su casa es destruida y que el reino que gobernó se derrumba. Sueña y no duerme. El virrey va donde los señores feudales y estos le dicen que sueñan lo mismo. El virrey no descansa, va con sus médicos y entre todos deciden que es una brujería india y entre todos deciden que solo con sangre se librara del hechizo y el virrey manda matar y encarcelar y construye mas cárceles y cuarteles y el sueño sigue desvelándolo.

En este país todos sueñan. Ya llego la hora de despertar.............

* Párrafo del capitulo quinto de Chiapas: el sureste en dos vientos, una tormenta y una profecía. Enero de 1994

Gambito
Hasta la victoria siempre
No hay dolor en la muerte, esperanza hay en la vida



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Reply  Message 2 of 7 on the subject 
From: matilda Sent: 25/07/2005 22:47
Gambito: ahora me quedo esperando el siguiente capítulo, no te demores mucho si?
 
saludos
Matilda

Reply  Message 3 of 7 on the subject 
From: gambito2010 Sent: 26/07/2005 20:22

Los arroyos cuando bajan

Cuando el mundo dormía y no se quería despertar, los grandes dioses hicieron su asamblea para tomar los acuerdos de los trabajos y entonces tomaron acuerdo de hacer el mundo y hacer los hombres y mujeres. Y llego en la mayoría del pensamiento de los dioses hacer el mundo y las personas. Y entonces pensaron de hacer las gentes y pensaron en hacerlas muy bonitas y duraran mucho y entonces hicieron las primeras gentes de oro y quedaron contentos los dioses por que  las gentes que hicieron eran brillantes y fuertes. Pero entonces los dioses se dieron cuenta que las gentes de oro no se movían, estaban siempre sin caminar ni trabajar, por que estaban muy pesadas

Y entonces se reunió la comunidad de los dioses para sacar acuerdo de cómo van resolver ese problema y entonces sacaron acuerdo de hacer otras gentes y las hicieron de madera y esas gentes tenían el color de la madera y trabajaban mucho y mucho caminaban y estaban otra vez contentos por que el hombre ya trabajaba y caminaba y ya se estaban de ir para echar alegría cuando se dieron cuenta que las gentes de oro estaban obligando a las gentes de madera a que las cargan y les trabajaran.

Y entonces los dioses vieron que estaba mal lo que hicieron y entonces buscaron un buen acuerdo para remediar la situación y entonces tomaron acuerdo de hacer gentes de maíz las gentes buenas, los hombres y mujeres verdaderos, viendo remediar las cosas por que los dioses se fueron a dormir. Y las gentes de maíz hablaron la lengua verdadera para hace acuerdo entre ellas y se fueron a las montañas para ver de hacer un buen camino para todas las gentes.

Me contó el viejo Antonio que las gentes e oro eran los ricos, los de piel blanca, y que las gentes de madera eran los pobres, los de piel morena, que trabajan para los ricos y los cargaban siempre y que las gentes de oro y las gentes de madera esperaban la llegada de la gente de maíz, las primeras con miedo las segundas con esperanza. Le pregunte al viejo Antonio de que color era la piel de las gentes de maíz y me dijo que eran de todas las pieles pero que nadie sabia bien, por que las gentes de maíz, los hombres y mujeres verdaderos, no tenían rostro.......

Se murió el viejo Antonio. Lo conocí hace 10 años, en una comunidad muy adentro de la selva. Fumaba como nadie y cuando se acabaron los cigarros, me pedía tabaco y se hacia cigarrillos con doblador. Veía mi pipa con curiosidad y, cuando alguna vez intente pasársela, me mostró el cigarrillo de doblador en su mano, diciéndome sin palabras que prefería su método de fumar. Hace ya algunos dos años, en 1992, cuando recorría comunidades haciendo las reuniones para ver si se empezaba la guerra o no, me llegue hasta el pueblo del viejo Antonio. Me llego alcanzar Antonio hijo y atravesamos potreros y cafetales. Mientras la comunidad discutía lo de la guerra, el viejo Antonio me tomo del brazo y me condujo hasta el rió, unos cien metros mas abajo del poblado. Era mayo y el rió era verde y de discreto cause. El viejo Antonio se sentó en un tronco y nada dijo. Después de un rato hablo.

-¿Lo vez? Todo esta tranquilo y claro, parece que pasa nada....-

-Mmmmh,- le dije, sabiendo que no esperaba ni un si ni un no.

Después me señalo la punta de la montaña mas cercana. Las nubes se acostaban, grises, en la cúspide y los relámpagos quebraban el azul difuso de las lomas. Una tormenta de las de deveras, pero se veía tan lejana e inofensiva que el viejo Antonio empezó a liar un cigarrillo y a buscar inútilmente un encendedor que no tenia, solo el tiempo suficiente para que yo le acercara el mío.

-Cuando todo esta en calma abajo, en la montaña hay tormenta, los arroyos empiezan a tomar fuerza y toman rumbo hacia la cañada,- dijo después de una bocanada.

En la época de lluvias el rió es fiero, un látigo marrón, un temblor fuera de cause, es todo fuerza. No viene de su poder de la lluvia que cae un sus riberas, son los arroyos que bajan de la montaña lo que lo alimentan. Destruyendo, el rió reconstruye la tierra, sus aguas serán maíz, fríjol y panela en las mesas de la selva.

-Así es la lucha nuestra- me dice el viejo Antonio. –En la montaña nace la fuerza, pero no se ve hasta que llega abajo.

Y respondiendo a mi pregunta de si el cree que ya es tiempo de empezar, agrega:

-Ya es tiempo de que el rió cambie de color...

EL viejo Antonio calla y se incorpora apoyándose en mi hombro. Regresamos despacio. El me dice:

-Ustedes son los arroyos y nosotros el rió... tienen que bajar ya....

Sigue el silencio y llegamos a la champa cuando ya oscurecía. Antonio hijo regresa al rato con el acta de acuerdo que decía palabra mas o menos:

Los hombres y las mujeres y los niños se reunieron en la escuela de la comunidad para ver en si corazón si es la hora de empezar la guerra para la libertad y se separaron los 3 grupos o sea la mujeres, los niños y los hombres para discutir y ya luego nos reunimos otra vez en la escuelita y llego su por que México ya se esta vendiendo con los extranjeros y el hambre pasa pero no pasa que ya somos mexicanos y en el acuerdo llegaron 12 hombres y 23 mujeres y 8 niños que ya tienen bueno su pensamiento y firmaron los que saben y los que no ponen su dedo.

Salí en la madrugada, el viejo Antonio no estaba, temprano se fue al rió.

Volví a ver al viejo Antonio hace unos dos meses. Nada dijo cuando me vio y me senté a su lado y, con el, me puse a desgranar mazorcas de maíz.

-Se creció el rió,- me dijo después de un rato

-Si, le dije

le explique a Antonio hijo lo de la consulta y le entregue los documentos donde vienen nuestras demandas y las respuestas del gobierno. Hablamos de cómo le había ido en Ocosingo y, de nuevo en madrugada salí de regreso.

En un recodo del camino real me estaba esperando el viejo Antonio, me detuve a su lado y baje la mochila buscando tabaco para ofrecerle.

-Ahora no,- me dijo rechazando la bolsa que le tendía.

Me aparto de la columna y me llevó al pie de una Ceiba.

-¿te acuerdas de lo que te conté de los arroyos en la montaña y el rió?- me pregunto.

-Si,- le respondí con el mismo mormullo con el que me preguntaba.

-Me falto decirte algo,- agrega el mirándose la punta de los pies descalzos. Respondí en silencio.

-Los arroyos...- se detiene por la tos que domina el cuerpo, tomo un poco de aire y continua: -los arroyos... cuando bajan.- Un nuevo acceso de tos que me hace llamar al sanitario de la columna; el rechaza al compañero de la cruz roja en el hombro; el insurgente me mira y e hago una seña para que se retire.

El viejo Antonio espera a que se aleje la mochila de medicinas y, en la penumbra sigue:

-los arroyos.... cuando bajan... ya no tienen regreso.... mas que bajo tierra.

Me abraza rápido y rápido se va. Yo me quedo viendo como se aleja su sombra, enciendo la pipa y cargo la mochila. Ya en el caballo recuerdo la escena. No se por que, estaba muy oscuro pero el viejo Antonio.... me pareció que lloraba.

Ahora me llega la carta de Antonio hijo con el acta del poblado con su respuesta a las propuestas del gobierno. Me dice Antonio hijo que EL viejo Antonio se puso muy grave de pronto, y no quiso que me avisaran y que esa noche se murió. Dice Antonio hijo que cuando le insistían que me avisaran, el viejo Antonio solo dijo:

-No ya le dije lo que tenia que decirle.... Déjenlo, ahora tiene mucho trabajo.

* Comunicado. Cuento a toñita. 28 de mayo del 1994


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From: gambito2010 Sent: 31/07/2005 08:08

Rendirse no existe en palabra verdadera

En el Comité estuvimos discutiendo toda la tarde. Buscamos la palabra verdadera en lengua para decir RENDIR y no la encontramos. No tiene traducción en tzoltzil ni en tzetal, nadie recuerda que esa palabra exista en tojolabal o en chol. Llevan horas buscando equivalentes. Afuera llueve y una nube compañera viene a recostarse con nosotros. El viejo

Antonio espera a que todos se vayan quedando callados y solo quede el múltiple tambor de la lluvia sobre el techo de lamina. En silencio se me acerca el viejo Antonio, tosiendo la tuberculosis, y me dice al oído:

-Esa palabra no existe en lengua verdadera, por eso los nuestros nunca se rinden mejor se mueren, por que nuestros muertos mandan que las palabras no andan no se vivan. -  Después se va hacia el fogón para espantar el miedo y el frió. Se lo cuento a Ana Maria, ella me mira con ternura y me recuerda que el viejo Antonio ya esta muerto....

La incertidumbre de las ultimas horas de diciembre pasado se repite. Hace frió, las guardias se revelan con una contraseña que un murmullo. Lluvia y lodo apagan todo, los hermanos murmuran y el agua grita. Alguien pide un cigarrillo y el fósforo encendido ilumina la cara de la combatiente que esta en la posta.... un instante solamente... pero se alcanza a ver que sonríe... llega alguien, con la gorra y el fusil chorreando agua. – hay café – informa. El comité, como es costumbre en estas tierras, hace una votación para ver si toman café o siguen buscando el equivalente de RENDIRSE en lengua verdadera. Por unanimidad gana el café. NADIE SE RINDE.

¿Nos quedaremos solos?

* Posdata del comunicado de junio de 1994

Reply  Message 5 of 7 on the subject 
From: gambito2010 Sent: 01/08/2005 12:35

Se saluda con aplausos

En 1985 tomaos por primera vez un poblado. Por entre milpas y acahuales, algún platanal y un pequeño cafetal, unas cuantas champitas se erigían honrosamente con el nombre de ejido. Ese era el poblado del viejo Antonio.

Cuando el viejo Antonio era nueve años mas joven que la muerte lo abrazó en 1994, nos invito a visitar el ejido. Nosotros hicimos un plan para tomarlo, para tomar el ejido. Después de perdernos en un cafetal, logramos tomar el pequeño poblado del viejo Antonio. Hicimos un papelón, por que cuando llegamos la gente estaba reunida en medio del poblado. En el medio del poblado, en términos de urbanística selvática, viene quedando entre la iglesia, la escuela, la cancha de basket y algo así como aquí están los compañeros que vienen de la montaña, la gente empezó aplaudir. Yo pensé: - hombre, ando mal este año, no he hablado todavía y ya me están aplaudiendo. –

Cuando dejaron de aplaudir, el viejo Antonio me dijo:

- ya acabamos de saludarte, ahora si puedes decir tu palabra. -

*discurso de marcos en la inauguración de la Convención Nacional Democrática. El 18 de agosto de 1994.

Gambito
Hasta a victoria siempre
No hay dolor en la muerte, esperanza hay en la vida


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From: gambito2010 Sent: 03/08/2005 23:38

El león mata mirando

El viejo Antonio cazó n león de montaña (que viene siendo muy parecido al puma americano) con su vieja chimba (escopeta de chispa). Yo me había burlado de su arma días antes:

- De estas armas usaban cuando Hernán Cortes conquisto México, - le dije

El se defendió:

-Si pero ahora mira en manos de quien está. -

Ahora estaba sacando los últimos tirones de carne de la piel, para curtirla. Me muestra orgulloso la piel. No tiene ningún agujero.

-En el mero ojo, - me presume, - es la única forma de que la piel no tenga señales de maltrato, agrega.

- ¿Y que vas hacer con la piel? -  pregunto.

El viejo Antonio no me contesta, sigue raspando la piel del león con su machete, en silencio. Me siento a su lado y después de llenar la pipa, trato de prepararle un cigarrillo con doblador. Se lo tiendo sin palabras, el lo examina y los deshace.

-te falta, -  me dice mientras lo vuelve a forjar. Nos sentamos a participar juntos en esa ceremonia del fumar.

Entre chupada y chupada, el viejo Antonio va hilando la historia:

El león es fuerte por que los otros animales son débiles. El león como la carne de otros por que los otros se dejan comer. El león no mata con las garras o con colmillos. El leon mata mirando. Primero se acerca despacio... en silencio, por que tiene nubes en las patas y le matan el ruido. Después salta y da un revolcón a la víctima, un manotazo que tira, mas por la fuerza que por la sorpresa.

Después la queda viendo. La mira a su presa. Así... (el viejo Antonio arruga el entrecejo y me clava los ojos negros). El pobre animalito que va a morir se queda viendo nomás, mira el león que lo mira. El animalito ya no se ve el mismo, mira lo que el leon mira, mira la imagen del animalito en la mirada de león, mira que, en su mirado del leon, es pequeño y débil. El animalito ni se pensaba si es pequeño y débil, era pues un animalito ni grande ni pequeño, ni fuerte ni débil. Pero ahora mira en el mirarlo de león, mira el miedo. Y mirando que lo miran, el animalito se convence, el solo, de que es pequeño y débil. Y, en el miedo que mira que lo mira el león, tiene miedo. Y entonces el animalito ya no mira nada, se le entumecen los huesos así como cuando nos agarra el agua en la montaña, en la noche, en el frió. Y entonces el animalito se rinde así nomás, se deja, y el león se la zampa sin pena. Así mata el leon. Mata mirando. Pero hay un animalito que no hace así, así que cuando lo topa el león lo manotea, el contesta con un zarpazo de sus manitas, que son chiquitas pero duele la sangre que sacan. Y este animalito no se deja del león por que no mira que lo miran... es ciego ‘Topos’, le dicen a esos animalitos.

Parece que el viejo Antonio dejo de hablar yo aventuro un:

-         si pero... – El viejo Antonio no me deja continuar, sigue contando la historia mientras se forja otro cigarrillo. Lo hace lentamente, volteando a verme cada tanto para ver si estoy poniendo atención.

El topo se quedo ciego por que, en lugar de ver hacia fuera, se puso a mirarse el corazón, se trinco en mirar para dentro. Y nadie sabe por que llego en su cabeza del topo eso dentro. Y nadie sabe por que llego en su cabeza del topo eso de mirarse para dentro. Y ahí esta de necio el topo en mirarse el corazón y entonces no se preocupa de fuertes o débiles, de grandes o pequeños, por que el corazón es el corazón y no se mide como se miden las cosas y los animales. Y eso de mirarse para dentro solo lo podían hacer los dioses y entonces los dioses lo castigaron al topo y ya no lo dejaron mirar pa’ fuera y ademas lo condenaron a vivir y caminar bajo la tierra. Y por eso el topo vive debajo de la tierra, por bajo la tierra. Y por eso el topo vive bajo la tierra, por que lo castigaron los dioses. Y el topo ni pena tuvo por que siguió mirándose por dentro. Y por eso el topo no lo tiene miedo al león. Y tampoco lo tienen miedo al león el hombre que sabe mirarse el corazón.

Por que el hombre que sabe mirarse el corazon no ve la fuerza del león, ve la fuerza de su corazon y en entonces lo mira al león y el león, ve la fuerza de su corazón y entonces lo mira al león y el león lo mira que lo mira el hombre y el león mira que lo miran y tiene miedo y se corre.

-¿Y usted se miro el corazon para matar a este león? – interrumpo.

El contesta:

-¿Yo? N’hombre, yo mire la puntería de la chimba y el ojo del león y ahí nomás disparé.... del corazon ni me acordé...

Yo me rasco la cabeza como, según aprendí, hacen aquí cada que no entienden algo.

El viejo Antonio se incorpora lentamente, toma la piel y la examina con detenimiento. Después la enrolla y me entrega.

-Toma, - me dice – te la regalo para que nunca me olvides que al leon y al miedo se les mata sabiendo a donde mirar....

El viejo Antonio da la media vuelta y se mete a su champa. En el lenguaje del viejo Antonio eso quiere decir: - Ya acabé. Adiós. – yo metí en una bolsa de nylon la piel del león y me fui...

Gambito

Hasta la victoria siempre
No hay dolor en la muerte, esperanza hay en la vida


Reply  Message 7 of 7 on the subject 
From: gambito2010 Sent: 05/08/2005 15:51

La creación del sol y la luna

Posdata que de la mano de Toñita viene a pedir un cuento.

Una noche, una lluvia, un frió. Diciembre de 1984. el viejo Antonio mira la luz. En la hoguera el fuego espera, inútilmente, la carne del venado cola blanca que salimos a lamparear sin éxito. En la hoguera bailan los colores, hablan. El viejo Antonio mira el fuego, escucha.

Arrastrándose, apenas disputando el sonido de grillos y el babucco de las llamas, en las palabras del viejo Antonio se va tejiendo una historia de muy lejos, cuando eran muy mayores los mayores y los viejos de hoy andaban todavía dando tumbos en la sangre y el silencio de una hoguera, como la de esa noche, pero diez, cien, mil, un millón de noches antes de esta sin venado y con frió, con lluvia, sin nadie que no lleve la cuenta:

En el principio era el agua de la noche. Todo era agua todo noche era. Andaban los dioses y lo hombres como loquitos, tropezando y cayendo como los viejitos bolos. No había luz para mirarse el paso, no había tierra para acostar el cansancio y el amor.

No había tierra, no había luz, no era bueno el mundo.

Entonces los dioses, en la noche, en el agua, se fueron a topar con unos con otros y se enojaron y empezaron a decir palabras fuertes y grande era el enojo de los dioses por que grandes eran los dioses. Y los hombres y las mujeres, pura oreja, puro tzots’, hombres y mujeres murciélago, se escondieron del ruido de los grandes enojos de los dioses por que grandes eran los dioses. Y los hombres y las mujeres, pura oreja del ruido de los grandes enojos de los dioses. Y entonces los dioses se quedaron solos, y cuando pasó su enojo se dieron cuenta de que solos estaban y grande fue su pena de estarse solos y, apenados como estaban, se dieron en llorar los dioses y grande fue su llanto por que sin los hombres y mujeres los dioses solos estaban. Y lagrima y lagrima y llanto y llanto, mas agua vino al agua y no había remedio pues seguían la noche y el agua llenándose de tanta agua y noche, de la pena llorada de los dioses.

Y los dioses tuvieron frió, por que estando solo se siente frió, y mas si todo es agua de noche, y pesaron los dioses en llegar a un buen acuerdo que solos los tuviera, que trajera a salir de las cuevas de los hombres y mujeres murciélago, que trajera la luz que alumbrara el paso y la tierra trajera para acostar el amor y el cansancio. Y entonces los dioses sacaron acuerdo de ponerse a soñar juntos y llego en el acuerdo de su corazon de soñar. A soñar el fuego se pusieron y agarraron el silencio que nomás por ahí andaba y se soñaron un fuego y, en medio del silencio, del agua-noche que llenaba todo, en el medio de los dioses, una herida aprecio, una rajadita sobre el agua-noche, una palabrita así chiquita que se bailaba y grande se hacía y chiquita y se alargaba y gorda y flaca se ponía  se bailaba en el centro de los dioses que eran siete por que ahora se veía que eran siete y se vieron y se dieron en contarse y se llegaron al sete por que eran siete los dioses mas grandes, los primeros. Y rápido se dieron los dioses en hacerle casita a la palabrita esa que en medio bailaba, que en silencio bailaba. Y se dieron en arrimarle otra palabritas que salieron de sus sueños. Y fuego le llamaron a esa palabritas que se bailaban, y ya juntas hablaron y se empezó a traerse la tierra y la luz alrededor del fuego, y los hombres y mujeres murciélagos se salieron de las cuevas y se asomaron y se vieron y se tocaron y se amaron, y ya había luz y tierra había, y ya se miraba el paso y ya se acostaban el amor y el cansancio... en la luz... en la tierra. Ya los dioses no vieron por que se fueron hacer asamblea general y estaban en su champa y no salían y nadie podía enterarse por que los dioses estaban haciendo acuerdo,. Y en la champa los dioses sacaron acuerdo de que el fuego no se apagara por que mucha era el agua-noche y poca la luz y tierra.

Y se llego en el acuerdo de llevar para arriba el fuego, para el cielo, para que el agua-noche no lo alcanzara. Y mandaron decir a los hombres y mujeres murciélago que se tuvieran dentro de las cuevas por que iban a levantar el fuego, hasta el cielo dijeron. Y una rueda hicieron los dioses en torno al fuego y echaron en discutir quien debía llevar el fuego para arriba y morirse abajo para vivir arriba, y no se ponían de acuerdo los dioses por que no se querían morir abajo los dioses, y dijeron los dioses que valla el dios mas blanco los dioses, por que era el mas hermoso y así el fuego seria hermoso allá arriba, pero el dios blanco fue cobarde y no quería morirse para vivir, y entones el mas negro y mas feo de los dioses, el ik’, dijo que el lo llevaba para arriba al fuego y se dio en agarrarlo el y se quemo con el fuego y negro se puso y gris después y blanco  y amarillo y naranja después y rojo luego y fuego se hizo, y se levanto palabreando hasta el cielo y ahí se quedo redondo y a veces en amarillo y en veces en naranja, rojo, gris, blanco y negro, y sol le pusieron los dioses mas luz se llego para mas paso mirar y mas tierra se vino y el agua-noche se hecho para un lado y se vino la montaña. Y el dios blanco quedo tan apenado que mucho lloraba y por mucho llorar no miro su camino y se tropezó y se dio en caer en el fuego y se levanto también al cielo, pero mas triste su luz que echaba por que mucho lloraba por su cobardía y una bola de fuego triste, pálido, del color del dios blanco, se quedo del lado del sol y luna le pusieron los dioses a esa bola blanca. Pero el sol y la luna ahí nomás estaban y no se caminaban y los dioses se miraron con pena y grande fue su vergüenza y se aventaron todos al fuego entonces empezó a caminar el solo y la luna se puso a irse detrás de el pera pedirle perdón dice.

Y hubo día y tuvo noche y los hombre y mujeres murciélago se salieron de las cuevas y le hicieron su champa cerca del fuego y estaban siempre con los dioses de día y de noche por que de día el sol y la luna de noche.

Lo que siguió después no fue acuerdo de los dioses ellos ya se habían muerto.... para vivir...

El viejo Antonio separa con sus manos, un tizón de la hoguera. Lo deja en el suelo.

-Mira- me dice. –Del rojo, el tizón sigue el camino inverso que el señor negro del cuento: naranja, amarillo, blanco, gris, negro- aun caliente, las anos callosas del viejo Antonio lo toman y me lo da. Yo trato de fingir que no me quema, pero lo suelto casi inmediatamente. El viejo Antonio sonríe y tose, lo vuelve a tomar del suelo y lo remoja en un charquito de agua de lluvia, de agua-noche. Ya frió me lo vuelve a dar.

-Toma... recuerda que el rostro cubierto de negro esconde la luz y el calor que harán falta a este mundo, - me dice y se me queda viendo.

-Vamonos- agrega mientras se incorpora, y agrega –esta noche el cola blanca no vendrá, el comedero no esta huellado.

Yo hago por apagar la fogata, el viejo Antonio me dice, ya con su morraleta al hombro y la chimba en la mano, -déjalo así.... con este frío hasta la noche agradece un poco de calor...

Nos fuimos los dos, en silencio. Llovía y sí, hacia frió... otra noche, otra lluvia, otro frió. 17 de noviembre de 1993. décimo aniversario de la formación de EZLN. El estado mayor Zapatista se agolpa en torno al fogón. están los planes generales y se han avanzado detalles a nivel táctico. La tropa se ha ido a dormir, solo los oficiales con grado mayor permanecemos despiertos. Esta también el viejo Antonio, es el único que puede franquear todas las postas Zapatistas y entrar donde sea sin que nadie se atreva a impedirle el paso. La reunión formal termino y ahora, entre bromas y anécdotas, se trazan planes y sueños. Surge el tema de los rostros cubiertos, que si paliacates, que si antifaces, que si mascaras de carnaval. Voltean a verme.

-Pasamontañas- les digo

-Y como le vamos hacer con las mujeres con el pelo largo- pregunta y protesta Ana Maria.

-Que les corten el pelo- dice Alfredo.

-N’ombre ¿cómo crees? Yo digo que hasta falda deben llevar dice Josué

Moisés mira al techo en silencio y rompe la discusión con un:

-¿y de que color el pasa montañas?

-Café... como la gorra – dice Rolando.

Algún otro dice que verde. El viejo Antonio me hace una seña y me aparto del grupo

-¿tienes el tizón de la otra noche?- pregunta.

-Si, en la mochila- respondo.

-Ve por el- me dice y se encamina al grupo en torno al fogón.

Cuando regreso con el tizón todos están, en silencio, en torno a la fogata y con el viejo Antonio mirando fijamente el fuego, como la noche aquella del venado cola blanca.

-Aquí esta- le digo y pongo el negro tizón en su mano.

El viejo Antonio mira fijamente y pregunta....

-¿Recuerdas?

Asiento en silencio. El viejo Antonio pone el tizón en medio del fuego: primero gris, blanco, amarillo, naranja, rojo, fuego. El tizón ya es fuego y luz. El viejo Antonio me mira otra vez y se va por entre la niebla.

Todos quedamos mirando el tizón, el fuego, la luz.

-Negros- digo

¿Qué?- pregunta Ana Maria

Yo repito sin dejar de mirar el fuego:

-Negros, los pasamontañas serán de color negro...

Nadie se opone....

Otra noche, otra lluvia, otro frió. 30 de diciembre de 1993. las ultimas tropas inician su marcha para tomar posición. Un camión se atasca en el lodazal, los combatientes empujan para sacarlo. El viejo Antonio se me acerca con un cigarro apagado en la boca. Se lo enciendo y enciendo la pipa con la cazuela boca abajo, técnica que invente a fuerza de lluvias.

-¿Cuándo?- pregunta el viejo Antonio.

-Mañana- respondo, y agrego: -si llegamos a tiempo....

-Hace frió...- dice el y se cierra la vieja chamarra

-Mmmmh- respondo.

Forja otro cigarrillo mientras dice:

-Necesita algo de luz y calor esta noche.

Le sonrío mientras le muestro el pasamontañas negro, lo toma en sus manos lo examina y me lo devuelve.

-¿Y el tizón?- pregunta.

-Se hizo fuego esa noche... no quedo nada- le digo apenado.

-Así de por si- dice el viejo Antonio con la voz quebrada.

-Morir para vivir- dice y me da un abrazo. Se pasa la manga por los ojos y murmura.

-Llueve mucho, ya me moje hasta los ojos.

El camión se desatascó y me llaman, volteo a despedirme del viejo Antonio. Ya no estaba....

*posdata del comunicado “la larga travesía del dolor a la esperanza” 22 de septiembre del 1994

Gambito
Hasta la victoria siempre
No hay dolor en la muerte, esperanza hay en la vida



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