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General: -II- Papel del capital extranjero
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De: maribea05 (Missatge original) |
Enviat: 07/08/2005 04:36 |
-II- El papel del capital extranjero
Nota de Maribea: Dándole seguimiento a Martín Hernández, en la actualidad, es miembro de la dirección de la LIT-CI (Liga Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional). Su orientación es troskista… , por cierto, al parecer batallan entre sí un montón de “tendencias” dentro de los seguidores de Trosky.
Eso mismo pasa con los grupos disidentes en Cuba y a mí me parece muy bien. Muchos grupos, muchas tendencias, hacen que la gente se entusiasme, se integre, se oponga, proteste, salgan ideas nuevas. Considerar "la unión" como un proceso informe, donde todo el mundo tiene que pensar y actuar igual, creo que es desvirtuar la esencia misma de la creatividad. Grupos disímiles, siguiendo incluso tendencias políticas distintas, grupos dentro de grupos, pueden encontrar objetivos comunes, más elevados, que les sirvan de bandera cuando se requiere un concurso más generalizado.
Sigo con Martín en Cuba:
El papel del capital extranjero
¿Cuál es, a mi juicio, la explicación? Voy a documentar mi posición leyendo una serie de disposiciones que existen en Cuba en los últimos años. El Gobierno cubano, en el año 1995, aprobó lo que se llama la Ley de Inversiones Extranjeras. En el artículo 10 de esa ley se establece lo siguiente: “...pueden ser autorizadas inversiones extranjeras en todos los sectores, con excepción de los servicios de salud y educación de la población y las instituciones armadas...” Vuelvo a repetir, hay una ley que permite las inversiones extranjeras en todos los sectores. ¿En que condiciones? En el artículo 3 de esa ley se establece: “Las inversiones extranjeras, dentro del territorio nacional gozan de plena protección y seguridad y no pueden ser expropiadas, salvo que esa acción se ejecute por motivos de utilidad pública o interés social..” En ese caso, es decir si fuese necesario expropiarlas, la ley establece que a las empresas se le pagará “una indemnización en moneda libremente convertible por su valor comercial establecido de mutuo acuerdo” Y ahora vean un tercer problema, que me parece más grave. En el artículo 8 de esa misma ley se establece que: “ El Estado garantiza al inversionista extranjero la libre transferencia al exterior, en moneda libremente convertible, sin pago de impuestos o ninguna otra tasa... de las utilidades netas o dividendos que obtengan por la explotación de la inversión” Es decir esta ley garantiza que todas las ganancias que obtengan las empresas extranjeras puede ser enviadas al exterior sin pagar cualquier tipo de impuestos y sin ninguna obligación de reinvertir esa ganancia en el país. Pero peor aún, en el artículo 29 se establece que los inversionistas extranjeros “ ...tienen derecho, de acuerdo con las disposiciones establecidas a tales efectos, a exportar su producción directamente y a importar, también directamente, lo necesario para sus fines” ¿Qué quiere decir esto? Antiguamente existía, por parte del Estado cubano, el monopolio del comercio exterior. Era el Estado quien exportaba e importaba y por esa vía se hacía el control de las divisas. Por esta nueva ley eso se acabó. Por esta ley cualquier empresa tiene derecho a importar y a exportar independientemente del Estado.
¿Pero por qué leí esos artículos? Porque si esta ley se está aplicando está ahí la explicación de porque el crecimiento de la economía no redunda en un crecimiento de la economía popular.
Se dice que este tipo de medidas, para incentivar las inversiones extranjeras, estarían justificadas a partir de la disolución de la ex-URSS. Hasta ahí todo sería coherente, sin embargo hay un problema. Estas medidas comenzaron a ser tomadas diez años antes de la disolución de la URSS. La disolución de la URSS se da a partir del año 1992 y en Cuba, la primera ley de inversiones extranjeras, es del año 1982 y esta ley que estoy leyendo, del año 1995, es sólo un perfeccionamiento del decreto 50 del año 1982 que apuntaba en el mismo sentido. Ese decreto de 1982, vuelvo a repetir, se aprobó diez años antes de la disolución de la URSS e incluso cinco años antes de la Perestroika. Ese decreto 50 tuvo como objetivo las inversiones extranjeras en un sector estratégico para Cuba que es el sector del turismo. A partir de 1992 se amplió para otras áreas, entre ellas la farmacéutica. Y aquí quiero plantear otra cuestión. El Presidente de la Asamblea Nacional de Cuba, Ricardo Alarcón, que ayer expuso en el plenario, dijo que en Cuba no había ninguna privatización, sin embargo los hechos demuestran otra cosa. Pero más aún la Asamblea Nacional que él dirige, en el año 1992, aprobó la reforma en la Constitución. Y esa reforma tenía un objetivo central que fue incluir el derecho a la propiedad privada de los medios de producción de tal forma que en el año 93 se abre la posibilidad incluso de la entrada de Bancos extranjeros. En el año 1994 se establece que ningún sector productivo, con la excepción de la salud y educación, quedaban fuera de la posibilidad de recibir inversiones extranjeras. En ese mismo año se determina el fin del monopolio del comercio exterior. Volviendo al año 93. En ese año comienza a existir un nuevo tipo de economía en el campo cubano que son las famosas UBPC (Unidades Básicas de Producción Cooperativas) ¿Cual es el cambio? Antiguamente el Estado era dueño de la tierra de tal forma que los campesinos entregaban su producción para el Estado el cual, sobre la base de la planificación, pasaba a distribuir lo producido. Pues bien, estas unidades básicas de producción significan que el Estado continua siendo dueño de las tierras pero las entrega, en concesión, a productores particulares los cuales son los dueños de la producción. Como ustedes saben Cuba es un país basado en el monocultivo de la caña de azúcar. Pues bien, ya en el año 94 el 80% de las tierras destinadas a la producción de caña de azúcar hacían parte de las UBPC. Es decir el 80% de las tierras eran explotadas con criterios capitalistas ya que no sólo la producción es propiedad de particulares sino que una importante parcela de la misma va para los nuevos Mercados Agropecuarios los cuales determinan el precio de los productos sobre la base de ley de la oferta y la demanda.
Anteriormente nosotros polemizábamos entre las diferentes corrientes marxistas sobre el carácter de Estado cubano. Por ejemplo yo hago parte de una corriente que opina que el Estado Cubano era un Estado obrero, otros hablaban de una economía popular. Otros hablaban de un Estado socialista. Eran opiniones diferentes sin embargo todas tenían en común la idea de que ese Estado era completamente diferente a los Estados capitalistas. ¿Por que existía esa “unidad” en la izquierda al afirmar que Cuba no era un Estado capitalista? Porque todos coincidíamos en que los medios de producción, las fabricas, la tierra etc., no era propiedad de una clase social, de la burguesía, era propiedad del Estado. Pero, además de eso existía un instrumento, que también existía en todos los Estados que expropiaron a la burguesía, que era la planificación económica central. Mas aún en Cuba existía un organismo de planificación que era la Junta Central de Planificación, que era la responsable de planificar lo que se producía, cómo se producía y cómo se distribuía. Y la tercera cuestión que existía era lo que hablé anteriormente, el monopolio del comercio exterior.
Nota de Maribea” Hago un alto en la disertación de Martín, para poner parte de la respuesta de un “compañero” de los cubanos participantes en el foro, porque “vale un millón de pesos” como dice el dicho.
Leonel.- (Instituto de Agronomía - Integrante de la delegación cubana en el Foro) “Sin lugar a dudas es importante que el Foro Social Mundial discuta los problemas de la agenda y es bueno que se analice la situación de Cuba, pero de Cuba en su lucha contra el neoliberalismo, en su lucha por un orden justo y superior. No para analizar imperfecciones de determinados aspectos de la economía cubana imperfecciones de determinados aspectos de nuestra vida política. Realmente no puedo dar datos porque no es lo más interesante. Simplemente voy a desmitificar un poco algunas ideas que planteó el compañero Hernández. Y pienso que es importante porque hay mala interpretación, o falta de conocimiento. En nuestro país, la Ley de inversiones extranjeras, aprobada en el año 1982, no se puso en funcionamiento hasta 1996 porque no hizo falta, pero ya nuestro Parlamento constituido en el año 1976, el Parlamento actual, valoró la conveniencia económica y política de que Cuba se abriera potencialmente a la inversión extranjera pero en ese momento nos apoyaba la Unión Soviética, existía el Consejo de Ayuda Mutua Económica, existía una ayuda concreta de la República Popular China, pero además existía ayuda alemana, de la RDA, que nos aportaba toda la leche en polvo para nuestra población. Existía ayuda de Polonia que nos daba todo los productos químicos para la agricultura, aviones para fumigación. Todo el parque automotor de autobuses era húngaro porque era el acuerdo que teníamos con el Consejo de Ayuda Mutua Económica. Entregarles azúcar, entregarles cítricos y que de Hungría viniesen autobuses, pero Hungría desapareció y la Republica Democrática Alemana también desapareció.
Nota de Maribea: Primero, dispara el aviso de censura, vaya, un subrepticio (o no tanto) “no tocar esos temas, el foro es para lo que nosotros autoricemos, no para que ustedes se crean que pueden hablar lo que quieran. Luego, intenta desmentir lo planteado por Martín, según él tomado de datos del gobierno cubano, y al final se enreda tanto que en su “análisis” el “compañero” termina dándole la razón a Martín, o sea, esas medidas YA ESTABAN ANALIZADAS Y CUAJADAS MUCHO ANTES DE IMPLEMENTADAS.
(seguiremos con esta historia en próxima sesión) Que tengan buen dormir, que yo no sufra mi pesadilla recurrente con la dictadura cubana, y que el día de mañana amanezca mejor para todos.
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De: mfelix28 |
Enviat: 07/08/2005 14:20 |
y 2 “Resuelta la fase de estabilización del “período especial”, se está ante una bifurcación de caminos, cuya complejidad intrínseca apenas permite un esbozo grueso de orden general”. Y establecen dos opciones posibles:
“Una primera opción conduciría a limitar los procesos de liberalización de la “segunda economía”, y a detener el fortalecimiento de los derechos privados de propiedad, lo que permitiría prevenir la ulterior segmentación de la sociedad o la dispersión del poder político y económico…”
“La otra opción sería la de proseguir con las reformas y suprimir gradualmente las trabas al desarrollo de la “segunda economía”. Desde la óptica cubana, elegir esta variante no estaría exenta de problemas. En principio, tendría que aceptarse la separación gradual de poderes entre Estado y mercado, lo que equivaldría a modificar el paradigma socialista prevaleciente hasta ahora”. Más claro, el agua.
Acerca del carácter de clase del estado cubano
Creemos que los análisis de estos economistas (burgueses) muestran con claridad: (Nota de MFelix Mesa Lago es un economista, y bueno, al menos es coherente, aunque anticastrista, ¡ nadie es perfecto!) 1. Que la realidad cubana de hoy es altamente contra-dictoria: 2. Que no se puede afirmar que Cuba sea ya un estado capitalista: 3. Que las reformas marcan una tendencia que, de continuar, llevará a este país al capitalismo como ha ocurrido en otros lados; 4. Pero que las reformas tienen fuertes trabas y han sufrido estancamientos y retrocesos, porque es evidente para la dirección cubana que, de continuar, está en juego el poder político. 5. Que sobreviven y prevalecen elementos del âparadigma socialistaâ en la economía cubana.
Al compañero Martín Hernández en su artículo le preocupa mucho la definición de clase del estado cubano, elemento clave para definir la actitud y la política de los revolucionarios frente a Cuba. Para él, Cuba ha dejado de ser un “estado obrero” por cuanto ha permitido la existencia del capital privado.
Pero Martín pasa por alto que ya con Lenin, en los primeros años de la Unión Soviética, y en circunstancias de aislamiento parecidas a las que hoy vive Cuba, se dio la curiosa mezcla de incentivos al sector privado en el marco de un Estado obrero, que Lenin denominó la Nueva Política Económica (NEP).
Salvando las distancias entre Lenin y Castro, y tomando en cuenta los peligros de una prolongación en el tiempo de la NEP, que Lenin tuvo en cuenta, y que luego Trotsky y la Oposición de Izquierda señalaron, hay que decir que en esas circunstancias y bajo un estricto control, no había otra salida para la Revolución Rusa que otorgar estímulos al mercado, en circunstancias muy similares a las que hoy padece Cuba.
Pero centrándonos en el problema de la definición del carácter de clase del Estado, en el marco de una política como la NEP, Lenin definió las características que no se debían perder a riesgo de transformar el signo de clase del estado:
“La masa aplastante de los medios de producción en la esfera de la industria y el transporte queda en manos del Estado proletario. Junto a la nacionalización de la tierra, esta circunstancia demuestra que la nueva política económica no varía la esencia del Estado obrero, modificando, sin embrago, esencialmente los métodos y las formas de la construcción socialista, puesto que admite la emulación económica entre socialismo en construcción y el capitalismo, que aspira a resurgir, a base de dar satisfacción, a través del mercado, a los muchos millones de campesinos”4.
Por los datos recabados, es evidente que en Cuba la aplastante mayoría de los medios de producción industriales, así como la propiedad de la tierra permanecen nacionalizados. Tal vez la característica esencial del estado obrero que se ha perdido es el monopolio estatal del comercio exterior, aunque no sin fuertes regulaciones al capital externo, como ya se ha visto. Incluso permanece mucho de la planificación centralizada, pese a la promoción de la autogestión de las empresas estatales.
A quien quiera sugerir que los datos recabados son obsoletos y que, desde la fecha del último análisis citado (1997-98), ya se restauró el capitalismo, le sugerimos poner atención a la información proveniente de la política exterior cubana a inicios del 2001. Todo indica que existe un choque creciente (corroborado por múltiples declaraciones oficiales) entre el gobierno cubano y gobiernos que hasta hace poco eran sus socios comerciales y aliados ocasionales.
Ya no son sólo las presiones del gobierno español, sino que se han sumado el gobierno canadiense (ver Cumbre del ALCA), el nuevo gobierno mexicano, hasta el gobierno panameño. Todos presionando al régimen cubano por mayores reformas y éste resistiéndose.
En conclusión, mal puede afirmar Martín que sobre este criterio leninista podemos definir a Cuba como un estado capitalista. A lo sumo se puede advertir que, de continuar las reformas se llegará en un futuro a este salto de calidad, pero que aún no se ha producido, a diferencia de otros países.
Esta precisión tiene importancia para la política concreta de los socialistas revolucionarios, porque aún aceptando la situación de pobreza en que vive el pueblo cubano, es útil para educar a los trabajadores mostrándole que los elementos de socialismo existentes en Cuba le permiten alcanzar conquistas sociales que el capitalismo les niega.
Respecto a la defensa de los estados obreros burocratizados existentes, y que el SU no gustaba levantar para no chocar con los prejuicios democrático burgueses de las capas medias, Nahuel Moreno les respondió a E. Mandel (La dictadura revolucionaria del proletariado. D. Karim. Ed. Polémica Internacional. Bogotá. 1979):
«El documento no dice una sola palabra de la obligación número uno del proletariado mundial, que es la de tener el patriotismo de clase más consecuente hacia esas dictaduras proletarias, educando al proletariado mundial en que las tiene que defender. Jamás el documento señala como las máximas conquistas del proletariado en lo que va del siglo a los actuales estados obreros burocratizados ni levanta la bandera de su defensa intrasigente» ( pág. 247).
Moreno asemeja nuestra política de defensa de los estados obreros existentes, a nuestra defensa de los sindicatos y de la sindicalización de los trabajadores, y señala que es a «partir de esta defensa apasionada» que «hacemos la crítica más intransigente a la burocracia».
Y agrega: «Este patriotismo proletario, de clase, de defensa hasta el final de las organiza-ciones obreras existentes a nivel internacional, se concreta en la defensa intransigente de las dictaduras proletarias existentes, contra la campaña de desprestigio del imperialismo y, llegado el momento, contra el ataque militar del propio imperialismo».
Moreno fustiga al documento del SU porque: “No se insiste nunca, no se señala jamás que estas dictaduras proletarias son un millón de veces superiores a la democracia burguesa existente en los países imperialistas». Y culmina diciendo: «Una de las tareas más importantes del trotskismo es justamente la de educar a la clase obrera mundial en el reconocimiento de las dictaduras proletarias existentes, en demostrar que son mucho más democráticas para los trabajadores que cualquier democracia imperialista, en el carácter inevitable de las guerras contrarrevolucionarias de los países capitalistas e imperialistas contra los estados obreros y en la defensa de los mismos» (pág. 249).
Prueba de esto son los altos índices de salud y educación alcanzados por el pueblo cubano, que todavía se mantienen, superiores a los de las economías capitalistas más “prósperas” de Latino-américa (Brasil, Argentina o Chile) pese a 40 años de bloqueo imperialista y pese a la desaparición del COMECON. Hecho reconocido por los propios organismos imperialistas.
En este sentido, en Panamá, durante la última Cumbre de Presidentes Iberoamericanos, se propagó un slogan muy bueno: “En América Latina hay 40 millones de niños de la calle, pero ninguno de ellos es cubano”.
Cuba y el enfrentamiento al imperialismo yanqui
Por último queremos recalcar que el compañero Martín elude referirse a la política de denuncia y enfrentamiento de la dirección cubana frente al imperialismo yanqui en temas como: el bloqueo, la deuda externa, el neolibera-lismo, la integración económica que nos somete al imperialismo, la trampa del ALCA, etc.
Ver este hecho objetivo, aunque fuera pura demagogia de Castro, es imposible para Martín, porque refuta su afirmación de que Cuba se ha convertido en una semicolonia del imperialismo, que está en vías de convertirse en una pura colonia. Porque una semicolonia implica no sólo el sometimiento económico, sino también el político a los dictámenes del imperialismo.
Las semicolonias del imperialismo y sus gobiernos, desde México a la Argentina, no hacen estas denuncias, sino que se comportan como fieles lacayos del capital transnacional. Allí hay una diferencia muy grande entre la dirección cubana y el resto de los gobiernos latinoamerica-nos. Así que hablar de que Cuba es una semi-colonia es una soberana tontería que riñe con los hechos evidentes.
Esta realidad obliga a reconocer que, aunque Cuba no fuera un Estado obrero, posee un “gobierno independiente”. Recordemos que esta categoría fue usada por Nahuel Moreno para referirse a gobiernos capitalistas confrontados con la política imperialista. Y que en este enfrentamiento, los trotskistas siempre señalamos que era de principios apoyar a estos gobiernos independientes, sin claudicarle en las críticas a su inconsecuencia.
Desde 1962, cuando la revolución cubana dio un salto convirtiendo a la isla en el primer estado obrero de occidente, con la nacionalización de las grandes empresas transnacionales, el imperialismo ha mantenido una política de agresión y bloqueo sistemático contra ese país. Desde entonces, también, el problema de la defensa de Cuba y su autodeterminación frente al imperialismo ha ocupado un papel fundamental en la política del movimiento obrero y los antimperialistas de América Latina.
Así lo planteaba N. Moreno en Correo Internacional No. 20, junio de 1986: «La cuestión de los países independientes está cada vez más a la orden del día. Por una parte, porque el ascenso revolucionario ha permitido conquistar su independencia política a un gran número de países. Y, también, porque la contraofensiva imperialista plantea en forma acuciante la necesidad de defender a esos países contra la agresión, manteniendo en alto, a la vez las banderas de la clase obrera y el socialismo» (pág. 17).
Así que al menos, en este sentido, la política de Castro frente al imperialismo, tiene una importancia cardinal para los marxistas revolucionarios del planeta, y nos fuerza a la unidad de acción con el gobierno cubano. Por supuesto, sin renunciar a criticarle la ausencia de democracia obrera en Cuba y su papel en el fracaso de procesos de revolucionarios, como el nicaraguense o salvadoreño, a los que aconsejó âno ser otra Cubaâ, es decir, no expropiar a la burguesía.
En conclusión, no defender a Cuba frente a la agresión el bloqueo y la política del imperialismo, no sólo es una inconsecuencia para quien se diga revolucionario, sino que nos aisla sectariamente de la vanguardia obrera que lucha en el mundo contra la globalización neoliberal, y que tiene a Cuba como referente que resiste a estas imposiciones del imperialismo, cuya cabeza es Estados Unidos.
Por un programa revolucionario para Cuba
Los trotskistas, pues, tenemos el reto de establecer un programa revolucionario para Cuba que responda a esta contradictoria realidad del momento presente. Programa que no pretendemos formular aquí de manera acabada, pues debe surgir del debate democrático, pero que nos parece que en líneas generales debe responder a las siguientes necesidades:
1. La defensa consecuente de Cuba, frente a la agresión y al bloqueo económico del imperialismo norteamericano. Este debe ser el hilo conductor del que debe partir cualquier política para Cuba hoy. Defender a Cuba de la agresión yanqui por dos razones:
a. En cuanto estado obrero, así sea deformado burocráticamente, porque representa la máxima conquista del movimiento obrero latinoamericano, tal vez la única que queda en el mundo, en la lucha por una sociedad más justa y democrática que la explotación capitalista. En este sentido, pese a las actuales penurias del pueblo cubano, las grandes avances en materia social alcanzados por la Revolución cubana son un ejemplo para el proletariado de que es posible construir un mundo mejor, una alternativa, a la miseria capitalista.
b. En cuanto “país independiente”, porque definitivamente Cuba es un ejemplo de rebeldía frente a la dominación que el imperialismo yanqui impone al conjunto del continente. Por ello es castigada con el bloqueo y la agresión desde hace 40 años. Para los marxistas revolucionarios es de principios defender a toda pequeña nación agredida por un país imperialista, al margen de cualquier crítica que tengamos hacia su gobierno.
2. Lo anterior se vincula con la denuncia permanente de la política de sometimiento político y económico que EEUU impone al conjunto de América Latina, a través de los ajustes neoliberales y del ALCA. En este sentido, nos parece que sería conveniente realizar una campaña continental proponiendo que los países que han expresado su oposición (Cuba, Venezuela y Brasil) conformen un Frente Contra el ALCA. Así como exigir del resto de los gobiernos el establecimiento de plenas relaciones comerciales con la isla y acuerdos preferenciales, como el realizado con Venezuela por petróleo barato, para aliviar el peso del bloqueo.
3. La defensa de los derechos sociales y económicos de los trabajadores y el pueblo de Cuba frente a las reformas que el régimen castrista desarrolla. Hay que denunciar que las reformas adelantadas por el gobierno de Castro han fomentado una enorme brecha social en Cuba, entre quienes reciben salarios del sector transnacional y ayudas de familiares en el extranjero, y los que reciben salarios en pesos por laborar en la industria nacionalizada. Además de fomentar los privilegios de una minoría, esta política está produciendo un deterioro social y poniendo en peligro las conquistas de la revolución. Lo que se ha expresado en un crecimiento desmesurado de la criminalidad, la prostitución y otras lacras.
4. Exigencia de libertades democráticas para los trabajadores y el paso de las decisiones económicas y políticas (el poder real) a manos de las organizaciones obreras, acabando con el régimen burocrático de partido único. Si la sociedad debe asumir sacrifios, deben ser los trabajadores los que lo aprueben y fiscalicen combatiendo a burócratas y privilegiados de cualquier calaña, fuente social de la restauración capitalista. Lo cual no debe confundirse con garantías para los sectores políticos comprometidos con la gusanera de Miami y el imperialismo yanqui, pero sí el derecho a conformar partidos obreros que difieran de la política del PC cubano. En este marco es una tarea ineludible la lucha por construir un Partido revolucionario en Cuba, que represente la voz de la clase obrera y sus necesidades.
5. El apoyo a los procesos revolucionarios de otros pueblos por parte de Cuba, no a la ficción stalinista de “socialismo en un solo país”. En este sentido cabe señalar que la política de Castro en los años 80, de evitar que las revoluciones centroamericanas (Nicaragua) “no fueran otra Cuba”, es decir, no expropiaran a la burguesía, es la culpable en buena parte del actual asilamiento y de las penurias económicas del pueblo cubano. Sólo una Federación de Repúblicas Socialistas de América Latina, permitirá salvar las conquistas de la Revolución Cubana, derrotar al imperialismo y sacar de la miseria capitalista a las grandes mayorías del continente.
Panamá, mayo de 2001.
NOTAS
1 Hernández, Martín. “Cuba en debate”. Revista Marxismo Vivo, No. 1, junio/sept. 2000.
2 Mesa-Lago, Carmelo. “Hacia una evaluación de la actuación económica y social en la transición cubana de los años noventa”. Revista América Latina Hoy, No. 18, marzo de 1998.
3 Ibarra, David y Máttar, Jorge. “La economía de Cuba”. Revista de la CEPAL No. 66, diciembre de 1998.
4 Lenin, V.I.. “Acerca del papel y de las tareas de los sindicatos en las condi-ciones de la Nueva Política económi-ca”, resolución del CC del PC(b) de Rusia del 12 de enero de 1922. Obras Escogidas, tomo 3 |
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De: mfelix28 |
Enviat: 07/08/2005 14:20 |
Maribea: A los "trotskos" les pasa lo que les pasará a los gusanos y anticastristas, su "Fidel Castro" el que los unía era Stalin, y en menor grado la Unión Sovietica, el fallecimiento del primero y el derrumbe de la segunda, les hicieron perder su estrategia común y su razón de ser más inmediata. Paraece que van a refundar la IV Internacional y desembarazrse de grupos elitistas sin apoyo popular, que no sean marxistas-revolucionarios según la doctrina de Trotsky ( así que los neosocialdemocratas, los anticastristas, etc., van a quedar al descubierto y ver que son 4 escritores elitistas sin base popular) Mira una respuesta a Martín por parte de otro trotskista: ¿Qué es cuba hoy? Olmedo Beluche Sociologo y profesor de la Universidad de Panamá
Uno de los retos más importantes del marxismo revolucionario de comienzos del siglo XXI consiste en comprender, interpretar y responder a los procesos de transformación política y económica que se han operado en los países que, hasta 1989, denominábamos “estados obreros”. Sin duda, las burocracias stalinistas que regían estos estados obreros iniciaron, primero con el “socialismo de mercado” de Deng Xiao Ping, y luego con la “perestroika” de Gorbachov, un pro-ceso a veces gradual, a veces rápido, de restauración capitalista.
Cuba, único país del continente americano que avanzó en los años sesenta en un proceso de revolución socialista, se halla enmarcada en esta situación, así como por las nuevas relaciones de fuerza establecidas por la burguesía imperialista mundial, que genéricamente se ha denominado globalización neoliberal.
Concentrando nuestra reflexión sobre Cuba, cabe preguntarnos si es posible afirmar taxativamente, como lo hace el compañero Martín Hernández(1) que: “Cualquiera que haga un estudio de este tipo sobre Cuba, con un mínimo de seriedad, va a descubrir que en ese Estado, al igual que en Rusia, el capitalismo ha sido restaurado y, más aún que ese Estado está en vías de transformarse en una semicolonia, o directamente en una colonia, del imperialismo”.
Esta afirmación tajante nos hace dudar, ya que está en contradicción evidente con algunos hechos de la política internacional, y de las relaciones imperialismo-Cuba, que los medios de comunicación debaten cada día.
Para comprender la realidad contradictoria de Cuba nos parece que hay que tomar algunos resguardos metodológicos:
1. Apoyarnos en los datos objetivos de la economía cubana, cosa que el compañero Martín hace de manera parcializada, pues toma en defensa de sus tesis información sobre la nueva legislación cubana para inversiones extranjeras, mientras obvia los análisis contradictorios que los propios organismos económicos internaciona-les (como la CEPAL) hacen.
2. Hay que analizar la situación cubana como proceso, es decir, como un camino que se recorre en este momento, pero un camino con múltiples bifurcaciones, donde está claro que no se ha llegado todavía al final. Nos parece que el compañero Martín confunde una tendencia, contradictoria como veremos, con el final del túnel.
3. Es evidente que el futuro de Cuba, como el de la URSS antes, depende de la lucha de clases internacional, de la relación de fuerzas entre revolución y contrarrevolución en el mundo. Ya los trotskistas lo sabemos, no puede haber “socialismo en un sólo país”. Pero, salvo que pensemos que la revolución socialista está derrotada para toda una época (como han afirmado algunos) la restauración capitalista completa no es la única alternativa posible para Cuba.
4. Como revolucionarios no podemos obviar una toma de posición respecto a las contradiccio-nes que caracterizan las relaciones de Cuba con el imperialismo norteamericano. ¿Defendemos o no a Cuba del bloqueo? ¿Qué decimos sobre la defensa del socialismo que, al menos en la propaganda hace la dirección cubana? ¿Y las denuncias de Castro sobre la deuda externa o del ALCA, nos sirven para apoyar nuestra política o no? El compañero Martín en todo su escrito evita esta toma de posición, pero la vanguardia que lucha contra el imperialismo en el mundo sí tiene a Cuba como un referente.
5. En relación con lo anterior, hay que recordar a Lenin cuando dijo:“La política es economía concentrada”. Y esto es más verdad que nunca en la época de crisis del sistema capitalista mundial. No sólo para valorar la política internacional de la dirección cubana, sino en relación a la pregunta: ¿Está la burocracia cubana en la misma capacidad de autotransformarse en clase propietaria como la rusa? ¿O las agudas contradicciones de la burocracia cubana con la burguesía cubana de Miami, la ponen en una situación particularmente difícil y compleja? A esto no responde Martín.
Situación de la economía cubana
“En 1989, Cuba tenía la economía más colectivizada, igualitaria, dependiente del exterior y más subvencionada soviéticamente, de todo el mundo socialista”, nos dice Carmelo Mesa-Lago(2). Como no podía ser de otra forma para un pequeño país subdesarrollado aislado que había iniciado un proceso de revolución socialista a 90 millas del imperialismo norteamericano. La necesidad de sobrevivencia política, aunada a la imposibilidad del “socialismo en un sólo país” dictaron la alta dependencia de Cuba respecto a sus relaciones económicas con la ex URSS.
“El colapso de la URSS y del COMECON fue un soplo devastador para la economía de la isla y, a principios de 1990, forzó un proceso, modesto y sigzagueante, de reformas orientadas al mercado”, agrega Mesa-Lago.
El primer dato a tomar en cuenta, es que el proceso de reformas cubanas empieza forzado por una situación internacional, y no como en el caso de Rusia o China que fue una decisión conciente de la dirección burocrática del Partido Comunista. Este hecho explica lo ‘modesto y zigzagueante” del proceso de reformas cubanas, que lo diferencian de otros casos.
Creemos que su explicación última es política: contrario a China y Rusia, donde no existe un sector burgués capaz de disputar el poder a la burocracia, la dirección cubana sabe que en una restauración completa será barrida por el imperialismo y por la burguesía cubana de Miami. No hay mucho margen para un acuerdo.
La nomenklatura cubana no puede transformarse en clase propietaria e ignorar a la burguesía de Miami, ambas están cruzadas por un proceso revolucionario, en el que las masas antimperilistas movilizadas son factor clave, en el que la victoria de una implica la derrota de la otra.
Continúa la cita: “Este proceso empezó con una apertura hacia la inversión exterior y el turismo, puesto que el gobierno deseaba controlar la reforma dentro de los enclaves extranjeros. En 1993, cuando se demostró que la estrategia no había tenido éxito, el gobierno comenzó de forma recelosa una reforma doméstica. Ha sido un proceso parcial y tímido (comparado con las reformas en China y Vietnam), con la ausencia de un plan bien integrado de etapas coordinadas por una secuencia lógica. En su lugar, las medidas se han ido tomando componente a componente, con ocasionales retrocesos y el gobierno ha intentado ajustar el control de la reforma recurriendo a una excesiva regulación”.
Mesa-Lago, analista económico de la Universidad de Pittsburg, nos da una diagnóstico del proceso de reformas cubanas más contradictorio y objetivo que el compañero Martín, para el cual en la isla “ el capitalismo ya ha sido restaurado”, y que, de manera simplista afirma que “en lo esencial la restauración en Cuba ha seguido el modelo chino”.
En la parte medular de su artículo Mesa-Lago se pregunta si la reforma económica está progresando, estancada o retrocediendo. Para responderse señala varios indicadores a tomar en cuenta.
Para él los indicadores de “progreso” de la reforma son: 1. La nueva Ley de inversiones de septiembre de 1995; 2. La creación y extensión del “peso cubano convertible” (1995); 3. La legalización del mercado de pescado (1996); creación de impuestos menores a ingresos personales y autoempleo, y la creación de la Oficina para la Administración de Impuestos (1996); 4. Regulación de autoempleo y expansión de profesiones autorizadas, âasí como impuestos más altosâ (1996); creación de Banco de Inversión y Banco Metropolitano con carácter de sociedades anónimas (1996); 5. Autorización de zonas de libre comercio y parques industriales, en cuatro ciudades de puerto y en el aeropuerto de la Habana (1996); 6. Autorización para alquilar casa a extranjeros, “bajo fuertes restricciones y fuertes impuestos” (1996); 7. La regulación del banco nacional de Cuba y de instituciones financieras no bancarias (mayo 1997) “a pesar de que la esperada reforma bancaria no ha sido desarrollada todavía”.
Los indicadores de “estancamiento” son: 1. “no se produjo ni la eliminación de 500.000 a 800.000 que no se necesitaban en el sector estatal, ni se retiraron todos los subsidios del estado a empresas públicas (ambos diseñados en 1996 y no implementados..”; 2. Posposición de los impuestos sobre los trabajadores y las contribuciones de los mismos a la seguridad social; 3. Ralentización de la reducción del excedente monetario (por no implementarse las medidas anteriores) y aumento de la emisión monetaria; 4. Exclusión de los graduados universitarios y otras profesiones de actividades legales de autoempleo ; 5. “el fallo de la ley de inversión externa de autorizar la contratación directa (como se esperaba), el pago y promoción de los trabajadores en empresas mixtas con inversión externa (estas actividades son todavía desarrolladas por la agencia estatal)”; 6. La no autorización a los residentes cubanos o a grupos de trabajadores para desarrollar negocios de pequeño y mediano tamaño; 7. La afirmación oficial de que el peso cubano no tendría convertibilidad hasta que la recuperación económica estuviera consolidada; 8. Falta de referencia alguna a la necesitada reforma comprehensiva de los precios.
Luego Mesa-Lago analiza factores externos que a su juicio contribuyeron a estancar el proceso de reformas Acta Helms-Burton (1996), elección de Yeltsin y de Aznar en España y âla decisión de la Comunidad Europea de no proporcionar ayuda económica a Cuba debido al fracaso de la isla en su movimiento hacia la democraciaâ.
Finalmente cita el autor un discurso de R. Castro de marzo de 1996 en el que critica aspectos de las reformas económicas y señala sus peligros, cuyo contenido parece ratificado por el Congreso del Partido Comunista de octubre de 1997. A su juicio este congreso: “entre retroceder (una opción imposible) y continuar (como los reformistas puros recomendaban), el Partido optó por mantener el status quo, porque una mayor apertura de la economía y expansión del sector no estatal podría haber amenazado el poder del régimen”.
Y concluye este observador: “los indicadores de estancamiento y retroceso de la reforma son más fuertes que las que sugieren progresos contínuos. De hecho, el proceso de reforma parece haber sido detenido o ralentizado de forma significativa desde 1995… La lógica política, consecuentemente, ha prevalecido sobre la lógica económica. La perspectiva de un movimiento fuerte hacia el mercado, al igual que en China y Vietnam parecía nula a fines de 1997”.
Que dice el analisis de la Cepal?
El Consejo Económico para América Latina (CEPAL) realiza un análisis coincidente con el anterior(3). Respecto de la reforma en Cuba señala que: “Ha surgido y poco a poco se ha consolidado una “segunda economía”, con la formación de empresas de capital mixto, el otorgamiento de autonomía de gestión a las empresas exportadoras y la multiplicación de actores en los mercados liberalizados”.
“La médula de la reforma estructural es la reconstrucción de las relaciones económicas externas con miras a resolver el estrangulamiento foráneo y el intensísimo proceso de contracción económica” (ocurrido por la desaparición del COMECON). âA fin de combatir tales tendencias, el gobierno liberalizó muchas de las regulaciones anteriores; en particular, rompió el monopolio del comercio exterior al dar autonomía de gestión a las empresas públicas y permitir su convivencia con establecimientos privadosâ.
Respecto a la Ley de Inversiones extranjeras de 1995, la CEPAL señala: “Las características principales de esta ley representan una importante flexibilización del régimen anterior; sin embargo, se mantienen prácticas restrictivas o de control, entre las que destacan la aprobación, caso por caso, de los proyectos con participación extranjera, y la contratación de personal cubano a través de entidades públicas”.
En otras palabras, esta reforma representa un cambio importante respecto de la economía socializada, pero está lejos de ser un capitalismo completo, dados los controles estatales, incluso para la compra de fuerza de trabajo por el capital privado. Algunos han señalado que esta medida facilita la superexplotación de los trabajadores, por cuanto el estado cobra sus salarios en dólares a las empresas extranjeras, y les cancela a ellos en pesos. Pero la otra cara de la moneda es que esto representa un funcionamiento anómalo desde la lógica del capital, la cual implica el principio de la libre contratación de mano de obra.
Haciendo un balance se señala que a 1998, había instaladas en Cuba unas 370 empresas con capital extranjero, con una inversión de unos 4,300 millones dólares, que contrataban unos 60 a 65 mil trabajadores sobre una fuerza laboral superior a los 4 millones de personas.
Respecto al sector estatal de la economía se ha realizado un proceso de reducción en búsqueda de la eficiencia productiva, otorgando autonomía de gestión a las empresas públicas. Sin embargo, como ya vimos, no se produjo la masiva reducción de personal que se había planeado, de unos 800 mil puestos de trabajo.
El salario de los trabajadores del sector estatal se mantiene fuertemente depreciado (el salario medio es de 193 pesos ó 6 dólares del mercado negro), y ha aumentado el número de los que viven del autoempleo. Al respecto Mesa-Lago estima que el desempleo abierto puede alcanzar entre 8% (dato oficial para 1997) y otras estimaciones que los situan entre el 12 y 19 %.
Según Mesa-Lago la fuerza de trabajo oficialmente ubicada en el autoempleo alcanza 208.500 personas, 4.5% de la fuerza laboral. De los cuales el 29% eran antes desempleados, 29% fueron cesados de las empresas estatales, 24% eran jubilados y 18% amas de casa (1996).
Lo que estos datos nos están diciendo es que, pese a los bajísimos salarios, todavía una mayoría de los trabajadores se encuentran en el sector estatal, no en las empresas con capital externo, ni en el autoempleo (el cual podría considerarse como un inicio de sector privado, pero muy lejos de un capitalismo real).
Para conocer el estado de la producción agrícola volvemos al análisis de Mesa-Lago el cual señala que, manteniéndose la propiedad estatal sobre la tierra, el principal dato de las reformas es el fracaso de las granjas estatales, la creación de cooperativas que han pasado a ocupar un lugar creciente (Unidades Básicas de Producción Cooperativa, UBPCs), y la entrega en usufructo de parte de la tierra a productores particulares.
Obteniéndose la siguiente distribución de las tierras productivas para 1996: 32.8% granjas estatales, 21.55% viejas cooperativas, 3.4% granjas âprivadasâ (sin propiedad formal), y 42.3% en manos de las UBPCs. Y afirma: “Sin embargo, Cuba no siguió el exitoso modelo chino de reforma, donde prácticamente toda la tierra del estado se dio a familias y grupos de trabajadores bajo contratos indefinidos. Y donde los granjeros tenían libertad de vender su producción total”
En Cuba, para 1995, los mercados libres de productos agrícolas vendían sólo entre el 25 y el 30% de todo lo producido, el resto es gestionado por la distribución centralizada del estado que adquiere la mayor parte de lo producido por las UBPCs.
Respecto a la planificación económica, una de las características esenciales de los estados obreros, dice la CEPAL: “Con todo, aún predomina el sistema de control centralizado y las empresas públicas ejercen un papel principal en la asignación de los recursos y en el abastecimien-to de la mayoría de lo bienes y servicios. Sin embargo, las fuerzas del mercado van en ascenso, propiciando la descentralización progresiva de actividades y decisiones económicas. Por consiguiente, coexisten de manera tensionada la planeación central y el mercado en más y más áreas de la economía”.
Es decir, si la fotografía debe hacerse hoy, “aún predomina” la planificación y las empresas públicas, pero la dinámica, de continuar las reformas, es a un crecimiento de las fuerzas del mercado. Por ende, no puede afirmarse, como ligeramente hace Martín Hernández que en Cuba ya se ha restaurado el capitalismo.
El pronóstico de la CEPAL se asemeja al de Mesa-Lago: “…ambos procesos interdepen-dientes de cambio no han concluido y por lo tanto subsisten tensiones, sin que se perfile con nitidez la división del trabajo entre el estado y el mercado en la asignación de recursos o en la coordinación de la actividad económica”.
( continua). |
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De: matilda |
Enviat: 08/08/2005 21:27 |
Felix: con todo respeto que usted me merece, creo que se equivoca , en lo que es la concepción de Trotsky, la interpretación de lo trostkista es tan variada como la marxista, pero Trotsky, como Lenin o Marx , sólo uno, y sus ideas han quedado plasmadas.Si algo no tenía Trotsky, era una concepción elitista, que los demás hagan suya la doctrina de la manera que quieran no es cuestión de andar atribuyéndosela a él, como decimos algunos ¿qué culpa tiene Trotsky de los trotskistas? (..)......Encara la cuestiテウn de manera puramente individualista, subjetiva, diletante. Para テゥl no se trata de formular ideas precisas sino de reservarse el "derecho" a presentar en el futuro una posiciテウn "no ortodoxa". Pero el programa no es un proュblema de derechos. Es necesario plantear una posiciテウn, no el derecho a plantear una posiciテウn. En el movimiento obrero mundial a nadie le interesa particularmente si cualquiera tiene el "derecho" de sacar a luz un dテュa de テゥstos una posiciテウn no ortodoxa. Lo que se quiere conoュcer es la posiciテウn a fin de analizar su verdadero conteniュdo. Pero el secreto consiste en que el centrista, por lo general, no tiene ninguna posiciテウn definida, precisa, bien pensada. En consecuencia, se contenta con el deュrecho a... no tener posiciテウn. Y ahora aparece de Kadt con su "derecho a plantear una posiciónâ, quien nos dice, "por ejemplo", sobre la dictadura del proletariado que "no existe nada por el estilo", ya que en realidad "la dictadura la ejerce el sector socialista del proletariado" y, para peor, participan de ella elementos no proletarios. En otras palabras, no es la dictadura de una clase sino el gobierno de un grupo que piensa de determinada manera, de un conjunto de personas que sostienen la idea del socialismo. De modo que las que deciden la historia no son las clases sino las ideas.. En consecuencia, toda persona que se respete tiene que salvaguardar su derecho a sustentar ideas. De Kadt opone al marxismo, "por ejemplo", una filosofía metafísica de la historia, completamente idealista. Una docena de líneas le bastan para romper con los fundamentos del marxismo. Nosotros, pobres "ortodoxos", todavía creemos que no son las ideas sino las clases lo que determinan el destino de la sociedad, que las ideas sociales -como ya lo dijo el viejo sabio italiano Antonio Labriola-[i][5] no caen del cielo sino que expresan los intereses inmediaュtos o histテウricos de las clases. La "idea" del socialismo es la expresiテウn teテウrica de la tendencia histテウrica del proletariado combinada con el desarrollo lテウgico de la sociedad capitalista. La relaciテウn entre clase e "idea" no es mecテ。nica sino dialテゥctica. La clase no adquiere conciencia de sテュ por revelaciテウn; tiene que librar una difテュcil lucha, que a veces se expresa como lucha interna dentro del propio proletariado. Asテュ, con el permiso de usted, nuestra lucha contra el centrismo constituye una parte muy importante de la lucha de la clase obrera por conocerse a sテュ misma. En consecuencia, es inevitable que en el proceso de desarrollo del proletariado cristaュlice lo mテ。s avanzado, previsor y valiente, la elite, la verdadera vanguardia. Y sテウlo con la colaboraciテウn de テゥste, su テウrgano mテ。s importante, puede el proletariado cumplir su misiテウn histテウrica, es decir, conquistar el poder y mantenerlo en la forma de una dictadura hasta la liquidaciテウn completa de todos los antagonismos. La relaciテウn entre la clase y su vanguardia prueba que se trata de la dictadura de una clase: sin el apoyo de la inュmensa mayorテュa de la clase serテュa imposible implantar el estado obrero. Que, no obstante eso, la revoluciテウn proletaria se lleve a cabo con la intermediaciテウn de la vanguardia se explica por la heterogeneidad del proleュtariado tal como se da en la historia. Marx no se basaba en abstracciones vacテュas ("la clase", "el socialismo") sino en realidades histテウricas, en sus relaciones reales y efectos mutuos ..........(.....) Les gusta hacer chistes sobre la democracia burguesa, pero en la práctica demuestran una ingenua fe en ella. La humanidad nunca abandona lo que conquistó una vez. El camino de la emancipación humana es el camino de la verdad y la franqueza, no el de la puerilidad y la mentira. L.T. saludos Matilda |
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De: mfelix28 |
Enviat: 09/08/2005 05:59 |
Pues yo creo que Trotsky nunca abandóno el marxismo, quizás hasta sea el marxista más ortodoxo, al menos lo de "socialismo en un solo país" hubiera escandalizado a D.Carlos. Pero yo me refería a sus grupos de seguidores, que son muchos, demasiados, muy divididos y concepciones muy dispares respecto a la sociedad. Una prueba de ello es su actitud sobre Cuba, que va desde la defensa más exagerada hasta el ataque más virulento. E insisto en que como fueron los más perseguidos por el comunismo oficial, la desaparición de este, les dejó sin el mayor nexo común que tenían. Siempre me llamó la atención que no tuvieran sindicato ¿ pocos obreros/empleados? Yo conocía a unos cuantos trotskistas, en la España de la transición, eran de la llamada Liga Comunista Revolucionaria (LCR 4ª Internacional) con menos afiliados que letras su título, y como sindicalmente andaban solos, sin sindicato, cosa suicida en esos tiempos, me preguntaron los de banca si podrían ingresar en la socialista UGT ( todo el mundo pensaba que eramos correa de transmisión del PSOE) porque no se atrevían a entrar en Comisiones Obreras ( que todo el mundo pensaba que era correa de transmisión del PC) había un sindicato prochino ( el S.U. sindicato unificado, con los que me llevaba muy bien) y luego los amarillos y fachas Pues bien, fueron admitidos en la UGT, y como pasa en todas las organizaciones cuando se hacen grandes, la gente no arrima el hombro, y resultó que en Aragón, lo arrimaban aun menos, y que los unicos que iban a las Asambleas eran los de la LCR, con lo que un día el Comité Central de Aragon de la UGT era trotskista hasta la médula, y sin embargo no incumplieron ningún estatuto, no proponían nada que no fuera normal en nuestro sindicato, no se si fue que se amoldaron a lo sindical nuesro, porque cuando yo les pregunté que defendían en lo laboral-sindical se me enrrollaron con frases hechas pero no saqué nada en claro y como " el movimiento se demuestra andando" recomendé su admisión en bloque. Sigo pensando que es mejor que convoquen un congreso de clarificación, no les vaya a pasar lo que a los anarcos en España, y que bajen un poco de las revistas , universidades y libros y conferencias a las fabricas donde no se les ve. Al menos en España. Saludos |
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De: matilda |
Enviat: 09/08/2005 11:59 |
Felix: Coincido con vos en algunas cuestiones, el tema de las muchas líneas es una, pero sin intención de justificar y sólo ateniéndome a la situación de Argentina, te diré que nunca la situación ha sido buena para nosotros, el tema de la guerrilla nos tocó muy de cerca y eso fué determinante para una primera división, luego están los otros puntos de si los frentes electorales, de si la cuestión dogmática etc. Ahora con respecto a los otros puntos aalgunas pequeñas aclaraciones: en Argentina el trotskismo ha avanzado mucho, si te fijas por ejemplo, el Partido Obrero,ha registrado un crecimiento considerable, en parte a la acción, la labor que venimos realizando en las bases, en parte a la debacle del PC , es cierto, esto lo dirán los detractores, así que mejor asumirlo sin llegar a pragmatismos.Con respecto a la inserión en los sindicatos , deberías leer Prensa Obrera, verás no sólo hay una gran inserción, también en el movimiento piquetero , y en la universidad lo mismo, creemos que finalmente estudiantes y obreros pueden y lo hacen ,trabajar juntos en pos de un mismo objetivo. Ahora , en cuanto Argentina se trata, deberías tomar en cuenta , todo el aparato sindical , que se estructuró con el peronismo, y que se sigue manejando con las mismas pautas, o sea no hay un sólo frente, son dos, es una situación mas compleja, sobre todo después de la violenta desindustrialización neoliberal de Menem, no obstante hemos logrado importantes avances en la cooperativización de empresas "quebradas".Te doy mi palabra de que no es sólo propaganda, basta ver la plaza de mayo en una movilización convocante como la del 24 de marzo. Con respecto a la IV, es una inquietud que no sólo avalamos, impulsamos contundentemente. Ahora a la posición referente a los ámbitos internacionales, claro que no funcionamos como un bloque, no aceptamos bajada de línea permanente, sino estaríamos en lo mismo que criticamos, eso no significa división sino discusión de posiciones dentro del partido.Algunos creemos que Cuba por ejemplo, es una revolución no reformista, pero que se vió limitada por todos sabemos qué, apoyamos la revolución nicaraguense, hasta que comenzó con la serie de tratados y capitulaciones, pero siempre sin perder de vista las condiciones, el tema de los contras etc.El punto es: siempre situarse del lado del campo popular, en tanto y en cuanto esto no signifique resignar nuestros principios.No creemos en el socialismo (y más aún en América Latina) en un sólo país, como la realidad nos avala,no existe el Imperialismo para un sólo país y como todos podemos apreciar,nada más por el sentido común, lo que le sucede al que se atreve(tán sólo amenazar con reformas),se le lanzan todos los buitres juntos.En mi visión particular, si bien apuesto a la ortodoxia de Trotsky, creo que como a Marx, hay que aplicarle sus relecturas y adaptarlas a las circunstancias que ellos no pudieron preveer, ya que una ideología, un conjunto de ideas, no es futurología, pero si la teoría de donde se parte, para, en la dialéctica de las condiciones materiales, ver por donde se avanza.Sucede que como a todo lo que huela a "tocan mis privilegios" se ha estigmatizado la ideología marxista, luego como no pueden colgarnos a Stalin etc, la trotskista también. Además deberías Felix interiorizarte de , por ejemplo la situación del trotskismo en Bolivia, desde la revolución del 52 hasta ahora, te sorprenderías no sé si gratamente pero... Te dejo por ahora, con un saludo afectuoso Matilda |
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De: mfelix28 |
Enviat: 09/08/2005 17:59 |
¡Ah pues así, si! Ocurría que yo veía a loas trotskos de mi entorno, y veía que desde su escaso numero pero gran actividad desde la epoca en la transición en España, había pasado a ser meros escritores o editorialistas de variadas tendencias, pero habían perdido el contacto popular. Es que ya no se ven ni carteles, antes este se veía por muchos sitios y manifestaciones Ahora creo que sus archivos los han depositado en la Fundacion Pablo Iglesias ( del pSOE) junto con los de otros partidos semiextinguidos o extinguidos el POUM,( fuerte en la guerra civil, Stalin le purgó, por ser muy antiestalinista, a este partido pertenció Orwell, el de 1984) ,el POSI ( Partido Obrero Socialista Internacional), SU (Sindicato Unitario, prochino),Organizacion Revolucionaria de Trabajadores (ORT, el partido prochino del sindicato anterior) y los de la Liga Comunista Revolucionaria ( trotskos) hay tambien los de otra Liga Comunista ( sin "revolucionaria) pero estos llevan fecha de inicio y cierre (1972-1981) Lo que hay de ellos ( fuera de las páginas argentinas de internet, ) es esto: Liga Comunista Revolucionaria (LCR): partido trotskista fundado en 1971 a partir del grupo Comunismo proveniente del Frente de Liberación Popular. En 1973 se fusiona con ETA VI Asamblea; desde ese momento hasta 1976 utilizará las siglas de ETA-VI Asamblea. En las elecciones de 1977 participa en la candidatura Frente por la Unidad de los Trabajadores. En 1991 se fusionan con el MC creando Izquierda Alternativa. No te asustes por su fusión con ETA, porque ETA hasta la llegada de la democracia, 1977, eran de los "buenos" En un foro encontré estas antiguas pegatinas suyas: La antigua y extinta LCR Liga Comunista Revolucionaria PEGATINAS  Este era su simbolo más conocido. Saludos |
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De: Maceobravo1 |
Enviat: 09/08/2005 17:59 |
vaya, bronquita filosofica entre el malangon cojo y otra coja, de cabeza, la trokista, jajajajaj, interesante, que pase la ciencia, no que pase la matematica, no que pase la filosofia, naaaaaa, que acabejn de pasar este par de mierdas. maceo |
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