Abolición de la Pena de Muerte en Cuba
La pena de muerte es la más cruel de todas las condenas. Es irreversible y elimina toda posibilidad de rehabilitación y revisión judicial.
Durante 39 años en Cuba se ha estado aplicando la pena de muerte contra miles de seres humanos, prioritariamente por razones políticas, lo que constituye un acto degradante e inmoral de parte de un Estado que debe tener como función garantizar la integridad física, el respeto a la dignidad y los derechos humanos de sus ciudadanos. Sin embargo, opta por la pena capital, más que como un acto punitivo como una forma de coerción política.
Casi a las puertas del siglo XXI, la abolición de la Pena de Muerte debe ser acatada por todos los gobiernos del mundo, los cuales deben desarrollar métodos más humanos para enfrentar y sancionar las problemáticas sociales y políticas, basadas en el respeto, la dignidad y los derechos humanos.
Por tanto, la pena de muerte debe ser abolida de inmediato como forma de sanción del Código Penal vigente en la República de Cuba, medida que deberá ser respetada por todos los gobiernos futuros de la República, asgurándose así el pleno respeto a la vida, cerrándose para siempre el ciclo de sangre que abraza a la nación cubana.
Pedimos solidaridad a los gobiernos del mundo, a las organizaciones que promueven y defienden el respeto a la dignidad y los derechos humanos; a las personalidades artísticas, ciéntificas, deportivas, intelectuales, religiosas y políticas, y les exhortamos a unirse a este esfuerco para lograr que el gobierno de la República de Cuba decrete la abolición de la pena de muerte, para evitar derramamientos de sangre presentes y futuros en la nación cubana.
Por la Abolición de la Pena de Muerte en Cuba